El próximo miércoles 2 de mayo se posesiona la investigadora Dolly Montoya Castaño como nueva rectora de la Universidad Nacional de Colombia. Es la primera mujer que llega a ese cargo en los 150 años de esta institución pública colombiana.
Cuando termine su mandato, o sea, en 2021, Montoya espera dejar “una universidad que haya rescatado nuestra cultura institucional de trabajo colectivo”, y consolidar una Red de cultura, ciencia y tecnología para la paz activa “porque hay que bajar [la paz] de los escritorios a los territorios”, dice.
Trabajará por erradicar la corrupción del ADN de muchos colombianos, para lo cual propone una red que piense y proponga una educación centrada en el estudiante más que en el maestro desde los primeros años escolares. Una red que trabaje para “desarrollar en todos los estudiantes del país actitudes ciudadanas en un medio de innovación, siempre cambiando y transformando”.
En diálogo con Pesquisa Javeriana, dijo que asume “una responsabilidad enorme no solo con la universidad sino con el país y con el mundo. Somos un proyecto cultural de Nación”.
Montoya ha estado en la Nacional durante 35 años. Creó y dirigió el Instituto de Biotecnología (IBUN), tema al que ha dedicado su quehacer profesional. Esa iniciativa implicó aprender a conseguir fondos de cooperación internacional, crear grupos interdisciplinarios e interfacultades, diseñar y armar más de 16 laboratorios, entre otras labores. También ha ocupado cargos administrativos como Vicerrectora de Investigación, donde se dedicó a armonizar las tres funciones misionales de la Universidad –investigación, docencia y extensión–, lo que ella denomina “arquitectura organizacional”, y buscó hacerlo no solamente desde el nivel central sino con el aporte y la actividad de las sedes en todo el país. Uno de los logros que destaca es la gestión para crear el Centro de Excelencia en Geociencias, en colaboración con el Servicio Geológico Colombiano (SGC) y la creación de “25 centros de pensamiento donde se reúnen profesores para pensar problemas nacionales y hacer política pública”.
Como buena investigadora, cree en la investigación científica. Propone “soportar la investigación básica de manera fuerte porque de ahí sale la innovación disruptiva; los grandes descubrimientos se hacen en los laboratorios, los que cambian los paradigmas de la sociedad”, y menciona el diseño de hamacas y carpas contra rayos, una innovación reciente de la Nacional que obtuvo dos patentes por los dispositivos insertados en su tejido con el fin de desviar las corrientes eléctricas y proteger a quienes las usan.
“Si no hacemos investigación básica no podemos hacer desarrollo tecnológico ni podemos hacer innovación”. Reforzó su respuesta así:
El Congreso de la República inicia el próximo jueves 3 de mayo un debate sobre la propuesta de Iván Darío Agudelo Zapata, representante a la Cámara por el Partido Liberal, de crear el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
La profesora Montoya no está muy convencida de la necesidad de crearlo: “¿Qué ganaríamos? Lo primero es ponernos de acuerdo en lo que queremos hacer. Yo creo que es la voluntad de los pueblos la que define qué hacer, la voluntad de los equipos y actores para construir. Primero saber qué hacer y luego qué estructura montar”.
Esa respuesta llevó a a la pregunta: ¿Cómo convencer a los tomadores de decisión de la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación?
Y remata: “Convencer a los tomadores de decisión a través de proyectos, no de carreta ni de críticas. Tenemos tantos y diversos problemas de acuerdo con la región que, por lo menos, debemos establecer unos con fuerza nacional para poder hacer desarrollo económico también”.
Inicia pues una nueva era en la Universidad Nacional de Colombia con visión femenina. Es la segunda vez que Montoya participa en las elecciones para Rector y pasará a la historia como la primera mujer elegida para el cargo. “Serán tres años como rectora, pero lo importante es sembrar semillas y que ellas vayan germinando”.