Las miradas de los médicos especialistas siempre revelaban sorpresa, incluso incredulidad. Mientras escuchaban a dos inquietas enfermeras, revisaban con cuidado el texto de su propuesta de investigación y pedían aclaraciones. Esa rutina se repetía una y otra vez, siempre que pedían una reunión con los miembros los comités de ética e investigación de centros hospitalarios y clínicos.
“En algunas instituciones tuvimos que presentar el proyecto hasta tres veces”, cuenta Sandra Mónica Rodríguez, enfermera y coordinadora de la Especialización en Cuidado Crítico de la Pontificia Universidad Javeriana, quien vivió esta rutina durante todo un año: “Fue gratificante que finalmente los comités reconocieran que en Enfermería éramos capaces de liderar un proyecto de esta magnitud, con tantos nodos participantes y personal al mismo tiempo”.
La iniciativa, desarrollada en conjunto con Diana Marcela Achury, docente javeriana y coordinadora del nodo colombiano de la Red Internacional de Enfermería en Cuidado Crítico, parecía, a primera vista, inviable: por medio de una investigación multicéntrica (con participantes en varios países) se propusieron determinar qué tan frecuente era la ocurrencia de eventos adversos —EA, aquellas lesiones no intencionadas que se presentan en el proceso de cuidado asistencial— en las unidades de cuidado intensivo (UCI) de América Latina.
El diálogo entre los miembros de la red les reveló que compartían diversas situaciones, en especial las relacionadas con elementos del modelo de salud, del equipo humano, de su distribución y de las características de los pacientes. Pero lo que las motivó a liderar una investigación de estas dimensiones fue la ausencia de literatura específica sobre el tema: dos estudios que describían el suceso en Europa, donde las condiciones de atención hospitalaria son diametralmente diferentes, y uno regional que trataba el fenómeno a nivel general.
Los intercambios de opiniones en los encuentros virtuales les dieron la pista de que estaban sobre un tema clave y, a la vez, sensible, en especial porque los EA pueden prevenirse en buena medida si se cumplen los procedimientos o las guías de protocolo de cada institución. Pero, aunque suene sencillo, es algo que puede perderse fácilmente de vista en la práctica cotidiana.
Las UCI son instancias hospitalarias en las que nadie quisiera ser internado. A ellas van pacientes con un estado crítico de salud, cuando su vida depende, literalmente, del cuidado de expertos, el monitoreo constante y el funcionamiento continuo de máquinas. Para los profesionales de la salud, especialmente para las enfermeras, supone un ritmo abrumador de trabajo: turnos de siete horas de trabajo que se extienden con situaciones continuas de gravedad, un número alto de pacientes a su cargo y condiciones laborales lejos de ser las ideales.
Efectivamente, el Estudio Iberoamericano de Eventos Adversos, IBEAS, uno de los pocos que indaga la presencia de EA en América Latina, reveló una prevalencia de efectos adversos entre el 9,8% y 41% en los servicios de hospitalización.
Sin embargo, esa cifra seguía siendo confusa. Cuando en la Red Internacional de Enfermería en Cuidado Crítico se postuló la posibilidad de coordinar una investigación sobre el tema, el interés fue inmediato. A la iniciativa se sumaron enfermeras de Argentina y México, quienes se comprometieron a liderar el estudio en sus países, con lo que se concretó la participación de 17 instituciones.
Para Achury, esto fue vital para el proyecto: “Quienes nos apoyaron en el proceso de recolección y análisis de los datos fueron alrededor de 32 enfermeras asistenciales. Todo un reto porque, cuando se hace investigación en Enfermería, existe una brecha entre la academia y la práctica. Quienes investigan siempre son las académicas. Nos propusimos romper con ese paradigma y lo logramos”.
El proyecto inició cuando, a través de un aula virtual, Rodríguez y Achury formaron a las enfermeras (nunca las conocieron en la vida real) en el protocolo de investigación y en los registros de los EA, labor que realizaron durante seis meses. En total encontraron 1.163 incidentes, de los cuales el 94,8% se hubiera podido prevenir. Los restantes obedecieron a la condición de salud del paciente. “Básicamente se presentaron por incumplimiento en los estándares de cuidado. Los más frecuentes fueron eventos como úlceras por presión, flebitis y caídas, al igual que los de vía aérea: extubación y retiros de catéteres o sondas”, explica Achury.
Incumplir los protocolos de atención en las UCI y la poca formación del personal generan eventos adversos en los pacientes.
Las conclusiones de su trabajo permiten dilucidar que los EA ocurren en contextos laborales con diversos problemas: el principal, que no se cumplen al pie de la letra los protocolos de cuidado en la UCI; también pesan el déficit de evidencia científica a la hora de elaborar estos procedimientos y la poca formación, entrenamiento y reentrenamiento del personal de enfermería asistencial.
Capítulo aparte merece la desigualdad en la jornada laboral de las UCI, que se expresa en la relación enfermero-paciente, descrita como cuántos profesionales están disponibles para atender a un enfermo. El estudio reveló que Colombia dispone de un enfermero por cada cinco pacientes, frente a Argentina, con uno por cada dos pacientes, y México, con uno por paciente, lo cual deriva en jornadas más largas y estresantes de trabajo. “Cuando se tiene una carga laboral de más de 15 horas, la probabilidad de que se cometa un error es importante”, asegura Achury.
Los resultados se publicaron en abril de 2016 en la revista indexada Enfermería Global, en conjunto con diversas propuestas de soluciones: fortalecer las estrategias para la elaboración de protocolos de cuidado, mejorar procesos de comunicación interna y renovar la política de recursos humanos en las instituciones, más centrada en seguir formando a sus profesionales de enfermería. Los datos fueron compartidos con las instituciones participantes para promover la elaboración de planes de mejora.
Este trabajo ha llamado la atención dentro de la red, y profesionales de países como Perú, Bolivia y Brasil ya manifestaron el interés de participar en una posible continuación del proyecto. Rodríguez y Achury evalúan esta opción, pues lo ideal es dar un tiempo prudente a los directivos de los hospitales y clínicas para que pongan en práctica sus correctivos.
Mientras tanto, las investigadoras preparan un nuevo proyecto de investigación multicéntrica: conocer el perfil laboral y académico de los enfermeros que laboran en las UCI de América Latina. “Es una cuestión documentada a nivel general, pero en el área de cuidado intensivo, que es demandante y requiere gente muy preparada, no lo está”, explica Achury.
La experiencia de la UCI en niños
- Entender los miedos, el estrés y los efectos que genera la experiencia de los niños internados en una unidad de cuidado intensivo fue el tema central de una investigación promovida por la Pontificia Universidad Javeriana y la Clínica Infantil Colsubsidio.
- Durante 2014, Herly Alvarado, enfermera y docente de la Javeriana, en conjunto con Rosalba Pardo, pediatra intensivista, y Claudia Ariza, doctora en Enfermería, indagaron a 16 pacientes entre los 7 y los 17 años. A través de dibujos y entrevistas con cada uno, entendieron que factores como retrasar las horas de visita, el continuo sonido de los monitores, los baños o la ausencia de los padres pueden marcarlos para siempre.
- Con los resultados elaboraron recomendaciones para que esta experiencia sea lo menos traumática posible, las cuales están siendo aplicadas por los directivos de Colsubsidio. Las investigadoras esperan divulgar este año las conclusiones de su trabajo en una publicación científica.
INVESTIGACIÓN: Factores presentes en los eventos adversos reportados por Enfermería en unidades de cuidado intensivo (investigación multicéntrica)
INVESTIGADORES PRINCIPALES: Sandra Mónica Rodríguez, Diana Marcela Achury y Juan Carlos Díaz
Facultad de Enfermería, Pontificia Universidad Javeriana.
Red Internacional de Enfermería en Cuidado Crítico
PERIODO DE LA INVESTIGACIÓN: 2014-2016
1 comentario
El trabajo de este equipo me parece excelente.
Felicicacdes