“Se puede medir la salud democrática de un país evaluando la diversidad de opiniones, la libertad de expresión y el espíritu crítico de sus diversos medios de comunicación”, Mario Vargas Llosa
En los últimos años hemos notado mayor presencia de temas de salud en los medios colombianos. Ya no es extraño ver titulares en primera página de los periódicos que hablan sobre obesidad o tabaquismo, o encontrar secciones de consultoría médica en los noticieros de televisión. Las audiencias piden asuntos de salud. Esta tendencia fue detectada en la investigación ¿Qué es noticia?, agendas, periodistas y ciudadanos (Bonilla y Cadavid, 2004). Allí un 26% de los encuestados dijo que quería ver más noticias de salud en los medios, cuando la materia ocupaba solamente el 5% de su agenda informativa.
En 2007 parte del grupo de investigadores vinculado a ese estudio quiso profundizar específicamente en la agenda de salud y su tratamiento periodístico en la televisión y la prensa escrita nacional y regional. Estándares de calidad en la construcción de los relatos periodísticos sobre salud es una de las siete investigaciones que, con base en la metodología de observatorios de medios (ver recuadro), han adelantado Maryluz Vallejo y Mario Morales en los últimos seis años, a partir de la matriz metodológica construida en la investigación de 2004. Entre los otros tópicos analizados están el conflicto armado (de absoluto interés en la década del noventa), la seguridad ciudadana (por encargo de la Cámara de Comercio de Bogotá, en 2007), las relaciones binacionales con Venezuela y Ecuador (2008-2009) y las narrativas audiovisuales (2008-2010).
La pregunta subyacente a todos esos estudios ha sido qué cuestiones reclaman las audiencias y cómo las comunican los medios. Ese cubrimiento se ha examinado desde dos puntos de vista: la calidad de la información como servicio público, es decir, en el caso de la salud, si los medios están cumpliendo con su responsabilidad social de fomentar una cultura de la salud y orientar la opinión en los temas que más afectan a la gente. Y, dos, ese cubrimiento informativo en relación con estándares de calidad periodística, como son el manejo del lenguaje, la contrastación de los datos, el pluralismo de fuentes, la ética y la precisión, así como las lógicas de producción informativa.
Los resultados de los estudios muestran que el cubrimiento de los medios para las temáticas mencionadas ha mejorado en aspectos como la ética, el respeto a la intimidad, la precisión del lenguaje y la coherencia narrativa entre titulares y cuerpo del trabajo, entre imágenes y texto. Pero sigue habiendo problemas con el manejo y legitimidad de las fuentes y el condicionamiento comercial y promocional; aspecto especialmente marcado en la agenda de salud, donde las empresas prestadoras de salud y la industria farmacéutica han tenido un alto protagonismo como fuentes directas e indirectas.
Para el estudio de 2007 se tomaron nueve periódicos nacionales y regionales: El Tiempo,El Colombiano, Vanguardia Liberal, El Heraldo, El País, El Espacio, La Patria, el entonces semanario El Espectador y la revista Semana. Y cinco noticieros de la televisión pública, privada y local: Caracol, RCN, CM&, Noticias Uno y City TV. Se analizaron un total de 1.265 piezas, distribuidas así: 1.008 en la prensa escrita (819 en géneros informativos, 189 en géneros de opinión) y 257 piezas en televisión. La muestra fue seleccionada entre marzo y junio de 2007 con un total de 34 fechas elegidas de acuerdo con métodos de muestreo estadístico que se explican en el informe. Como valor agregado de esta investigación estuvo la inclusión de editoriales, columnas de opinión y cartas de los lectores que pocas veces se tienen en cuenta en los seguimientos hechos a medios de comunicación.
En entrevista con Pesquisa, los profesores Maryluz Vallejo y Mario Morales señalan que la prensa ha sabido darle mayor relevancia a los temas relacionados con el derecho del ciudadano a la salud ―sobre todo en el ámbito de la opinión― mientras que la televisión ha estado más permeada por los intereses comerciales o por el impacto de cierto sucesos jerarquizados en la prensa internacional. Con frecuencia los medios le hacen el juego a la industria farmacéutica y de la salud que busca introducir nuevos productos o tratamientos, y desplazan así la información realmente importante para la población. “Aunque las universidades publican investigaciones de alto impacto sobre tuberculosis y leishmaniasis ―enfermedades aún presentes en Colombia―, los medios no hablan de ellas. Cuarenta y cinco tutelas diarias seguramente habrían sido material para muchos artículos, sin embargo, la presencia de este tema en la prensa y la televisión fue muy escasa en nuestra investigación. Se presentan temas fuertes, de corrupción, como la adquisición de equipos médicos muy costosos que luego no se usan, o las muertes por errores médicos que se trasladan a la sección judicial; sin embargo, el periodista se limita a reproducir lo que difunden las agencias internacionales (sobre todo hallazgos y avances tecnológicos) sin preocuparse por indagar y hacerle seguimiento a las noticias locales que requieren investigación”, afirman los investigadores.
A pesar de un confirmado interés de la población por el tema de la salud, constatamos en esta entrevista que el incremento de las narrativas sobre esta materia se explica, en gran parte, por una presión comercial y que, incluso, debido a ella es que los temas de salud no forman parte de la agenda central de los medios. “Si uno suma cuantitativamente aparece como que el tema de salud está, pero en realidad no está. Aparecen algunos asuntos, pero no trabajados periodísticamente”, comentan los profesores.
Unifuentismo en prensa y TV
Señala el informe de la investigación que para el caso de la prensa 50% de las piezas informativas manejan una sola fuente que “en 37% de la muestra corresponde a una voz autorizada de instituciones públicas y entidades del Gobierno, y en menos casos a especialistas de la salud, lo que subraya, además, el oficialismo de la información”. Para ilustrar este punto cabe anotar que las fuentes más citadas en el periodo estudiado fueron el superintendente de Salud; el secretario distrital de Salud; el director de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI) y el presidente del ISS. Además el gremio de las EPS (ACEMI) fue el patrocinador de una página quincenal sobre el Sistema de Salud en Colombia destinada a orientar a los ciudadanos sobre su derecho a la salud, que no fue anunciada como publirreportaje, aunque claramente lo era, como lo comunicó en junio de 2007 la Defensora del Lector de El Tiempo.
En cuanto al origen de la información ésta proviene en un 58% de los boletines y comunicados, ruedas de prensa y eventos; un 18%, de agencias de prensa internacionales; un 5%, de agencias nacionales y un 5%, de otros medios. Con mucha frecuencia, constata el informe, el redactor reproduce las cifras de los boletines oficiales sin verificar y se toman los cables de noticias de las agencias sin hacer reportería propia, por lo que la información tiende a repetirse.
Por su parte, en los medios audiovisuales las fuentes aparecen poco (15% de las informaciones no tienen fuente explícita), mientras que 36% utiliza solo una fuente. Muchas veces se habla de “estudios recientes” o “expertos” sin más explicaciones que garanticen un trabajo de investigación propia. Para noticias como el cierre de la Clínica del Niño, por citar un ejemplo, no se evidenció siquiera la corroboración de las causas que las autoridades del hospital expusieron para ese cierre. Los autores comentan que con gran frecuencia las notas se presentan desde la perspectiva de sus productores y no de las personas afectadas por las decisiones, evidenciando una falta de enfoque social.
También el hecho de que la liquidación del ISS y la puja de las empresas interesadas en el negocio de la nueva administradora de riesgos profesionales (ARP) ―que genera ingresos por 600 mil millones de pesos― se constituyera en un asunto económico que no se trató en una sección de salud, fue señalado por los investigadores como falta de enfoque social; la calidad del servicio y el interés de los usuarios pasaron a un segundo plano. “De igual manera, las noticias relacionadas con la industria farmacéutica y el debate por el tratado de libre comercio con Estados Unidos y los genéricos se deberían ubicar en la sección de salud, atinente a los derechos de los usuarios, pero siempre aparecen en la económica”, afirman los autores.
Y en la prensa encontraron que en la narrativa noticiosa (noticias no firmadas) no se presenta el punto de vista crítico que sí encontraron en las columnas de opinión. En TV no hay la veeduría de los temas que sí se da en los editoriales. Sin embargo, las audiencias, en su mayoría, se enteran de las noticias a través de lo informativo, así que el aporte de los medios para formar una ciudadanía crítica y consciente de sus derechos termina siendo escaso.
El aspecto más preocupante es que la presión de la línea editorial crítica de los medios no pareció surtir ningún efecto en los programas y servicios de atención en salud en Colombia, según señalan los autores. Y agregan: “el tema estaba sobre diagnosticado, pero no pasó nada. No se reemplazó al impopular ministro de la Protección Social, ni el gobierno anterior se planteó la posibilidad de tener un ministerio dedicado a la salud. Ante la Ley 1122 de 2007 para reformar la Ley 100 de 1991 —gestada por el entonces senador Álvaro Uribe Vélez— los medios reaccionaron tímidamente. El fenómeno se explica porque la salud está privatizada y al sector privado no le hacen mella estas presiones mediáticas. Un asunto de la esfera pública se desplazó a la esfera privada”.
Ante la pregunta de si ya será tiempo de replicar esta evaluación de medios, a cuatro años de tomada la muestra, los profesores consideran que se puede esperar un poco más dado que las tendencias en materia de salud no han variado mucho, en parte debido a que no ha habido un cambio radical en la política gubernamental que modifique la agenda pública. Señalan, sin embargo, que ha surgido en su facultad una buena cantidad de trabajos de grado aplicando la metodología para el monitoreo de medios y que, también, ha sido implementado en los ejercicios de revisión a los medios en el curso de teorías y prácticas del periodismo que dicta uno de los entrevistados. Entre los trabajos de grado nos mencionan: la incidencia de la tuberculosis en Bogotá, los trastornos alimenticios, el cubrimiento del virus AH1N1 en el país y los efectos de la despenalización del aborto, que examina el notable papel que jugaron los periodistas de opinión, a pesar del poco seguimiento informativo que se hizo de la noticia, sobre todo en los periódicos de provincia.
Para finalizar, preguntamos qué incidencia puede tener para la sociedad la realización de este tipo de seguimiento a la información de los medios, a lo que respondieron siguiendo la línea de la reflexión del Nobel de literatura peruano con la que iniciamos este artículo: “en la medida en que se ejerza esta fiscalización de los medios, en tónica constructiva, particularmente con el cubrimiento de temas de políticas públicas que inciden en la vida ciudadana y en el debate público, y se compartan los criterios de análisis con estudiantes, periodistas, directivos de medios y audiencias, en general, habrá una mayor cultura periodística y una democracia más real”.
Para leer más…
Bonilla, J. I. y Cadavid, A. (2004). ¿Qué es noticia? Agendas, periodistas y ciudadanos. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana y Konrad Adenauer Stiftung.Morales, M. (2008). “Radiografía del cubrimiento informativo de la crisis colombo-ecuatoriana”. Disponible en: https://www.c3fes.net/docs/radiografiadelcubrimientoinformativoecu-col.pdf. Recuperado en 14/02/2011
Morales, M. y Vallejo, M. (2010). “Estándares de calidad en la construcción de los relatos periodísticos sobre salud”. Disponible en: https://recursostic.javeriana.edu.co/cyl/syp/components/com_booklibrary/ebooks/5618.pdf. Recuperado en 18/02/2011
+Vallejo, M. (2008). “Consensos y disensos de la opinión en el conflicto colombo-ecuatoriano”. Disponible en: https://www.c3fes.net/docs/Consensosdisensosopinionecu-col.pdf. Recuperado en 14/02/2011.