Detectar las primeras señales de la desnutrición infantil se convirtió en la misión de dos investigadoras javerianas, que viajaron hasta Cúcuta para seguirle el rastro y proponer un modelo de tratamiento a una enfermedad que no respeta nacionalidad.
Cuando tenía nueve años soñaba con ser médica y especialista en bebés recién nacidos; ese sueño cambió cuando supo que existía la carrera de Nutrición y Dietética.