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Voces unidas por la convivencia. Un legado para la no repetición

En el marco del Día internacional de la convivencia en paz, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad llevó a cabo el 16 de mayo una jornada de diálogo y encuentro sobre los retos y las posibilidades de la convivencia para Colombia en el contexto actual y en el futuro, con el objetivo de reflexionar en torno a perspectivas de trabajo por la convivencia en Colombia.

Durante el encuentro, líderes y lideresas que desde diferentes regiones de Colombia han promovido estrategias para la reconciliación, compartieron más de 50 experiencias de convivencia alrededor del Gran Acuerdo por la Convivencia, una iniciativa que busca hacer un llamado a los diversos actores y sectores del país a unirse en el trabajo por la construcción de la paz.

El evento se llevó a cabo en el auditorio Santiago Páramo, S.J. de la Universidad Javeriana y contó con la participación del presidente de la Comisión, padre Francisco de Roux, S.J.; el embajador de Francia en Colombia, Frédéric Doré; y el rector de la Universidad Javeriana, padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.

Además del encuentro, los participantes y la comunidad en general fueron invitados a firmar el Gran acuerdo para la convivencia donde cada ciudadana y ciudadano se compromete con diez acciones particulares y así honrar la memoria y la vida de todas aquellas personas, organizaciones y comunidades que vivieron y han sufrido en este conflicto, para que “jamás, ¡nunca más!” se vuelva a repetir, y para que como sociedad asumamos la corresponsabilidad que tenemos en construir un futuro distinto para Colombia.

Las acciones plasmadas en este acuerdo son:

1. Cuidar la vida como valor supremo en todas sus formas y manifestaciones y condenar cualquier argumento que justifique el sufrimiento de las personas y demás seres que hacen parte de la naturaleza.

2. Abrir el corazón frente al dolor que ha dejado la guerra en los cuerpos, las mentes y los territorios en Colombia. Si hablamos de eso, si reconocemos y hacemos memoria de lo que nos pasó, podemos sanar las profundas heridas que nos ha dejado la violencia, y acoger a quienes estuvieron del lado de la guerra y hoy le apuestan a la paz.

3. Transformar los conflictos de manera creativa y constructiva. Es necesario rechazar la violencia como forma de tramitar los conflictos, pues estos son parte del desafío de vivir en sociedad y una oportunidad para el cambio. ¡Nada se resuelve a través de la violencia!

4.Recuperar una relación armónica con la naturaleza, reconociendo que la vida de todas y todos depende de que la cuidemos. Esto permitirá a las futuras generaciones vivir de forma más plena, sin exponerlas a la escasez y a la lucha destructiva por los recursos.

5.Propiciar espacios de encuentro y diálogo con quienes tenemos diferencias. Es necesario vencer el miedo que nos impide hablar con quienes piensan distinto. Reconocer que no siempre tenemos la razón, aprender a escucharnos y construir confianza es el camino para encontrar lo que nos une. El diálogo es la posibilidad de imaginar y construir un presente y un futuro compartido.

6. Reconocer y aceptar, desde la empatía, que existen y son válidas diferentes formas de pensar, sentir y actuar. Esto hace parte de la sociedad plural en la que deseamos vivir, donde a nadie se le discrimine o excluya por ningún motivo. ¡Todas las personas tenemos la misma dignidad!

7. Trabajar de forma colaborativa, reconocer a cada quien su liderazgo en el cambio y cumplir acuerdos. El bienestar y la prosperidad son responsabilidad de todos y cada una; en esa tarea nos necesitamos y dependemos mutuamente. ¡Si recuperamos la confianza y la credibilidad, sumaremos una fuerza capaz de sacar al país adelante!

8. Actuar responsablemente con todas las personas, defendiendo sus derechos como si fueran los propios. Rechazar los privilegios y los abusos de poder, porque en una democracia nadie está por encima de nadie. Así construimos una Colombia justa y equitativa.

9. Cuidar la integridad de cada persona, en el trato y en todas las formas de comunicación. Los rumores y la desinformación son prácticas que fracturan las relaciones. El cuidado y el respeto de la dignidad fortalecen nuestros vínculos como comunidad.

10. Potenciar la creatividad, la sensibilidad y las espiritualidades, como fuentes de cohesión e identidad. El arte, las manifestaciones culturales y los referentes éticos nos permiten alejarnos de la violencia y abrirnos a nuevas realidades. ¡Crear nos acerca a la vida!

Si desea firmar el acuerdo puede hacerlo a través de este vínculo.