“La perseverancia no es una cuestión meramente biológica, tampoco es cuestión de edad, es una cuestión de convencimiento, de que lo que estoy haciendo es la voluntad de Dios”.
“Me gusta la docencia y enseño Ética. Esta no se contradice entre los trabajos y los argumentos. Se trata de que reflexionemos y aprendamos, insisto en el diálogo y escuchar ante todo”.
"Yo, como maestro, incito a los estudiantes a que pongan sobre la mesa sus deseos, sus críticas, sus anhelos, sus rabias y sus contradicciones, y que desde allí nos preguntemos: cuál es aquel comportamiento que verdaderamente nos plenifica, el auténticamente humano”.
“La escritura ha estado siempre conmigo… se lo inculco a mis alumnos porque saber escribir y saber hablar es de las cosas más importantes en la vida. Siempre me gustó enseñar, transmitir conocimiento, vivir la experiencia de transformar”.
“La fusión de intereses entre la institución y la vida de uno, hace que no haya distancias entre dónde acaban unos y empiezan otros. Cumplo lo que la institución me pide sin que signifique un enorme esfuerzo. Se convierte en una relación franca y de aprendizaje en donde yo he aprendido más de los estudiantes que lo que yo les he enseñado a ellos”.
“La formación de la Universidad hace que uno reflexione en que debemos ver en las otras personas lo bueno que tienen y sus habilidades. Ver que si yo pude desarrollar mis habilidades no fue a costa del otro, sino que yo me desarrollo si los demás se desarrollan conmigo”.
“La docencia para mi es una de las cosas más bonitas, porque es un encuentro de alma a alma, de la subjetividad propia con la del alumno. Si uno vive este tipo de docencia realmente como un diálogo, siempre se saldrá enriquecido”.