Hoy en la Javeriana: Ejercicios de Contemplacion: una nueva propuesta de Ejercicios Espirituales en la Javeriana - Hoy en la Javeriana
Ejercicios de Contemplación: una nueva propuesta de Ejercicios Espirituales en la Javeriana
Por: Andrés Hernández, S.J., Andrés Samper, Hna. Melba Neris, Iván Darío Caro y Luis Felipe Navarrete, S.J.
¿Qué sucedió?
Durante tres días nos adentramos en el silencio de San Claver. Fue un silencio fértil que nos llevó al encuentro con la presencia amorosa de Dios, tanto en las meditaciones colectivas como en los gestos sencillos: caminar, comer, respirar. Cada acción se volvió oración al hacerse con calma y atención. Poco a poco, el silencio fue tejiendo vínculos invisibles que nos unían con Dios, con los demás y con la creación entera. Acompañados personalmente, recorrimos un peregrinaje interior guiado por la serenidad.
Los participantes compartieron haber encontrado herramientas para entrar en el silencio y contemplar lo interior, no solo lo externo. Algunos vivieron experiencias de sanación; otros hallaron la oportunidad de detenerse, mirarse y reencontrarse. Fue, para muchos, una renovación de su relación con Cristo. Como dijo un participante: “pude entrar a la Eucaristía con el corazón más abierto y en una escucha profunda”.
¿Quiénes participaron?
Como toda experiencia promovida por la Pastoral de la Javeriana, esta propuesta estuvo abierta a toda la comunidad universitaria. Esa apertura generó un grupo diverso, reunido de manera providencial. Llegaron personas de distintos lugares académicos y vitales: algunos con amplia experiencia espiritual, otros con apenas curiosidad, y varios sin conocimiento previo de los Ejercicios de Contemplación.
Llamó la atención la presencia mayoritaria de hombres jóvenes, estudiantes de programas técnicos o analíticos. Una señal de que la búsqueda espiritual habita en todos, más allá de las disciplinas o creencias. El grupo acogió la propuesta con gratitud y disposición. Cada persona, a su ritmo, contribuyó a sostener el clima de silencio y contemplación. Se formó así una comunidad orante, unida por el deseo de vivir de manera más consciente, más presente y más abierta a Dios.
¿De dónde surgió la idea?
Durante la dirección del Padre Ricardo Delgado, S.J., el Centro Pastoral impulsó el propósito de ampliar y diversificar la oferta de Ejercicios Espirituales Ignacianos, adaptándolos a los diversos públicos javerianos. De ahí nacieron los Ejercicios “en camino”, seguidos luego, bajo la guía del Padre Andrés Hernández, S.J. (desde 2023), por la reflexión sobre dos nuevas propuestas: los Ejercicios desde el arte y la sensibilidad y los Ejercicios de Contemplación.
En abril de 2024, con la visita de Pablo d’Ors, la propuesta de Contemplación tomó fuerza e inspiración en la escuela de Franz Jalics, S.J. Luego, miembros del Centro Pastoral participaron en experiencias contemplativas en Villa Claver (Turbaco, Bolívar) para conocer de primera mano esta modalidad. En junio de 2025, un grupo de profesionales vivió un retiro guiado por Juan Francisco Rodríguez, director de la Casa de Ejercicios, como preparación para ofrecer esta experiencia a la comunidad javeriana.
Finalmente, del 18 al 21 de septiembre de 2025, el Centro Pastoral ofreció su primera Iniciación a los Ejercicios de Contemplación, con una participación entusiasta. Con ello, la Pastoral reafirma su compromiso de proponer caminos espirituales pertinentes y transformadores, que acompañen las búsquedas de sentido de toda la comunidad educativa.
¿Qué hemos aprendido?
En los Ejercicios Espirituales Ignacianos suele resaltarse cómo esta experiencia aporta sentido, propósito y capacidad de amar. En esta nueva propuesta contemplativa, emergió con fuerza otro aprendizaje: la necesidad de la calma y la quietud. Muchos participantes reconocieron que, antes de cualquier discernimiento profundo, es imprescindible pacificar el corazón.
Hemos comprendido que conocer nuestro llamado no basta si los afanes y la ansiedad nos impiden vivirlo; y que la paz, si no se deja transformar por la realidad, puede volverse evasión. Por eso, los Ejercicios de Contemplación ofrecen una vía complementaria: un silencio que no huye, sino que despierta.
Al igual que los Ejercicios Ignacianos clásicos, esta experiencia busca fortalecer la vida interior. No todos recorrerán el mismo camino: algunos encontrarán profundidad en ambos estilos; otros preferirán uno solo, y está bien así. Incluso quienes no se reconocen creyentes pueden encontrar aquí un espacio de autenticidad, pues en el fondo todos somos buscadores de sentido, de paz, de encuentro.
Como enseñan Ignacio de Loyola y Franz Jalics, S.J., Dios está presente: no hace falta hacer acrobacias espirituales para hallarlo. Solo abrir los ojos —o a veces cerrarlos— para reconocerlo en todas las cosas. Como recuerda J. Melloni en El Cristo Interior: “Hay semillas de divinidad por doquier. Jesús vino a despertarnos, y desde entonces estamos amaneciendo a pesar de nuestro adormecimiento”. Quizás, para despertar, debamos aprender a mirar con los ojos del alma, donde se gesta la verdadera vida.
¿Qué deseamos para el futuro?
Esta primera experiencia de Ejercicios de Contemplación marca un punto de inflexión en la vida espiritual de la Javeriana. La acogida cálida y la búsqueda genuina de los participantes nos animan a continuar. De cara al futuro, abrigamos tres esperanzas:
- Mayor frecuencia y alcance: Queremos ofrecer estos Ejercicios de Contemplación con regularidad y a un público más amplio. Hemos confirmado que el crecimiento espiritual requiere tanto una percepción profunda del cuerpo como una apertura cultivada al silencio. Solo quien aprende a habitarse puede abrirse verdaderamente a la trascendencia.
- Integración con la espiritualidad ignaciana clásica: Aunque esta primera experiencia fue breve, aspiramos a integrar esta dimensión Contemplativa en los Ejercicios de la Universidad. La atención al cuerpo, a los sentidos y al silencio está en el corazón del método ignaciano original, y su recuperación puede enriquecer las experiencias tradicionales.
- Del retiro al campus: deseamos que el espíritu de estos Ejercicios no quede encerrado en un retiro, sino que permee la vida universitaria. Ya surgen espacios que promueven la percepción corporal, la calma y el silencio contemplativo. Creemos que al cultivar estas prácticas en el día a día, la Javeriana formará personas más centradas, atentas y capaces de reconocer la presencia de Dios —o de lo trascendente— en medio del ritmo académico y laboral.

