En un año en el que se discute cómo será el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Misión Internacional de Sabios se reúne permanentemente para recomendar la ruta que debe seguir el país, tres universidades fueron sede para reflexionar en torno al diseño de las políticas públicas en materia de CTeI, la formación de pensamiento crítico y la apropiación social del conocimiento en la región.
El pasado viernes 2 de agosto, la Pontificia Universidad Javeriana fue anfitriona de esta actividad. Invitados internacionales, académicos, hacedores de política pública, representantes de la sociedad civil y empresarios se reunieron en el marco del ‘Congreso de Gobernanza de Ciencia, Tecnología e Innovación’ para debatir sobre el desarrollo inclusivo en economías emergentes, como la colombiana, y cómo pasar de la teoría a la acción.
La discusión giró en torno a precisar las ventajas que ofrece la construcción de políticas públicas a partir de un ecosistema de CTeI y reconocer los aportes de la Misión Internacional de Sabios en el fortalecimiento del sistema de gobierno nacional. Estos asuntos pusieron sobre la mesa la necesidad de promover la confianza como país en las posibilidades que ofrece la investigación como alternativa para el desarrollo social, en tanto articule la participación de científicos, universidades, industria y comunidades. Es decir, la actividad conjunta de la llamada ‘cuádrupe hélice’.
Helena García, vicepresidenta general del Consejo Privado de Competitividad y expositora del panel ‘Las políticas de ciencia, tecnología e innovación orientadas por la Misión’, añadió que “el problema no es la cantidad de dinero que le dan a la ciencia, tecnología e innovación del país como porcentaje del PIB, sino la poca articulación entre las instituciones gubernamentales porque, en la medida en que haya objetivos medibles, no será el número de patentes o investigaciones lo que definirá el estado de la ciencia en el país sino cómo ésta responde a problemas de movilidad, educación y alimentación”.
Las estrategias para recuperar a la diáspora de científicos colombianos que están en el exterior fue el eje temático de la segunda rueda de propuestas, en la que se abordó la importancia de aportar alternativas frente a los requerimientos de cultivar vocaciones científicas y potenciar la formación en CTeI tanto en escolares como en universitarios. Allí, Eduardo Posada, presidente de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAC), propuso “crear empresas, centros de investigación y desarrollo, y montar la infraestructura necesaria para que los investigadores colombianos que están en el exterior puedan venir a ejercer su trabajo”, así como también apuntarle “al fomento de las ciencias básicas, pues este enfoque ha sido el motor del desarrollo moderno”.
¿Cuál es entonces el rol del Gobierno en este ejercicio? Dar continuidad a los proyectos e investigaciones que adelantan los gobernantes durante sus administraciones, en nuevos periodos de gobierno sin desconocer los procesos y resultados de trabajos colaborativos realizados previamente entre la academia y la industria, así como también convenir con la “flexibilización del conocimiento”, es decir, la optimización de los pénsum universitarios, la reducción de los periodos de formación y la flexibilización de las restricciones del Gobierno para el uso de recursos, lo que permita que especialistas en diferentes áreas del conocimiento y con formación de calidad participen, desde sus aprendizajes, en la resolución de las problemáticas del país.
“Un país diverso implica complejidades de gobernanza”, concluyó el director del evento, Gonzalo Ordóñez. En un contexto donde “la violencia en un país que tienen una historia vergonzosa, donde se aprovecha la debilidad institucional, anula la diversidad institucional y aviva la polarización política”, preguntó: ¿cuál es el rol de los académicos? A la uruguaya Isabel Bortagaray, de la Universidad de la República, le preocupa el tema de la participación: “Los académicos estamos fallando en ser un puente entre el Estado y la sociedad civil”.
Academizar la política, propuso la microbióloga chocoana Mabel Torres, hoy miembro de la Misión de Sabios: “Yo creo que la regionalización de la ciencia ha sido una mentira, porque la plata se puso para las regiones pero se ejecuta desde el pensamiento del centro del país”.
Susan Cozzens, del Georgia Institute of Technology instó a pensar que las amenazas pueden convertirse en oportunidades. Entre ellas destacó que a pesar de la política e institucionalidad inestable, hay redes y comunidades interesadas en este tema que están unidas y en permanente actividad, y “este momento de la paz es uno de creatividad. Así que trátenla como una ventana de oportunidad”.
Este evento fue organizado por la Red de Gobernanza de la ciencia, tecnología e innovación (Red GCTI), la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad de los Andes, la Universidad Externado de Colombia, la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia (ACAC) y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT).