Tres son los temas sobre política científica que se están moviendo activamente en Colombia durante 2019, lo que ha permitido una mayor visibilidad de la ciencia para el ciudadano común y corriente.
El primero —y quizá el que más se conoce— es la conformación de la Misión Internacional de Sabios, lanzada en febrero pasado con 42 miembros, cuyo número aumentó a los pocos días a 47. Está dividida en ocho temas que el gobierno consideró claves y cada grupo o foco está integrado por colombianos residentes en el país y en el exterior, así como por extranjeros.
Durante el primer semestre entiendo que han abierto el diálogo para consultar a sus sectores a través de diferentes mecanismos y se reunieron en pleno a comienzos de junio para integrar los resultados y alinearse entre todos los grupos. Pesquisa Javeriana informó sobre este encuentro realizado en Medellín.
Tanto en esta nota como en las demás que se han publicado al respecto en los diferentes medios y portales resalta el tema de la educación, algo que no es nuevo porque es una verdad de a puño que un país educado tiene más posibilidades de ser consciente de su desarrollo, de generar nuevo conocimiento y de lograr la equidad para sus ciudadanos. Por un lado emociona, para ver si al fin logramos un cambio de 180 grados en la manera como estamos educando a nuestros niños y jóvenes, pero también sorprende porque desde hace décadas —o por lo menos desde la anterior misión de 1994— esa fue una de las conclusiones y recomendaciones más sobresalientes.
Los sabios tienen el reto de identificar barreras y oportunidades en cada uno de sus campos y de entregar el 5 de diciembre recomendaciones oportunas y factibles. Muy probablemente las harán para el mediano y largo plazos porque así se debe pensar un país, y el reto para el gobierno será empezar a ponerlas en marcha cuanto antes, sin necesidad de hacer un nuevo análisis porque, para eso, estuvo deliberando la Misión.
El segundo tema es el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, creado mediante la ley 1951 de 2019 y que debe empezar a funcionar el 24 de enero de 2020. Colciencias está liderando la implementación del nuevo órgano del ejecutivo, ha participado en reuniones por todo el país hablando al respecto, y también hace lo propio Iván Darío Agudelo, el senador que impulsó la iniciativa. El pasado 13 de junio en el Salón Boyacá organizó un evento titulado ‘Avances en el Ministerio de Ciencia’, en el que nuevamente, como en ocasiones anteriores, se escucharon diversas voces de apoyo con propuestas —cada uno desde su orilla— para la nueva institucionalidad. En conversación con Pesquisa Javeriana fue enfático, cuando le preguntamos sobre la relación entre Colciencias y el Ministerio: “Colciencias ya fue fondo, instituto y departamento; no vamos a permitir que sea el cuarto nombre”. Pero cómo, esa la pregunta, si el parágrafo 2 de la ley dice: “El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para iniciar su labor no debe generar gastos adicionales de personal ni generales a los que al momento de su creación tenga presupuestado el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias)”.
Si es a costo cero, ¿cómo se lo imaginan entonces? Aún no hay una respuesta y todos los involucrados elucubran —elucubramos— al respecto. ¿Se podría pensar en un esquema, por ejemplo, en el cual el personal del Ministerio estuviera conformado por gente de la academia y de la industria que trabajaran ‘prestados’ por sus actuales lugares de trabajo y cumplieran el objetivo de dictar los lineamientos de la política pública en ciencia, tecnología e innovación? ¿Unos cerebros que durante el primer año, con las recomendaciones de la Misión y con su conocimiento experto piensen el país, fortalezcan y consoliden el Sistema Nacional de CTI, y establezcan una hoja de ruta que active Colciencias con unos recursos cada vez más sólidos?
Y así llegamos al tema del dinero, el tercero. Ya por lo menos pasó el susto de que le iban a quitar el 10% de regalías a la ciencia. La tarea ahora es continuar enderezando el proceso de adjudicación de los dineros que provienen de este rubro a proyectos que cubran y beneficien a las diferentes regiones para que sea posible consolidar en sus territorios la ciencia, la tecnología y la innovación.
Pero también resulta muy conveniente aclarar que cuando el gobierno promete subir la inversión en ciencia a mínimo el 1% del PIB, se refiera a Investigación y Desarrollo (I&D) más que a actividades de CTI (ACTI), concepto que incluye a I&D pero también la promoción, difusión y aplicación de los conocimientos científicos y técnicos, entre los cuales se destacan la formación y capacitación, las actividades de innovación y los servicios de apoyo a la actividad investigativa.
El presupuesto siempre será un dolor de cabeza hasta que nuestros gobernantes no se convenzan del todo de la importancia de invertir en educación y ciencia.
Es el momento de actuar y de apoyar todos estos espacios para que 2020 sea el año de iniciar con pie derecho esta nueva etapa de la investigación científica y la innovación en nuestro país. Y también es el momento de velar para que sea una investigación de calidad que allane con inteligencia el camino del desarrollo y se convierta en modelo a nivel internacional.
1 comentario
Toc, toc, toc. Mis felicitaciones Sra. Lisbeth por su excelente escrito en Pesquisa Javeriana. Estoy seguro que estoy retrasado con el acontecer noticioso de la ciencia, la tecnología y la innovación en Colombia, más no con lo que éstas significan. Lamentablemente no estuve al tanto con la conformación de la Misión Internacional de Sabios. No implica que hubiese estado allí, la primera razón es que no me considero un sabio, la segunda que no me enteré en su momento. Pero si he padecido del andar por el mismo camino por el cual transitan los sabios de Colombia, país en el que resulta más que una proeza hacer ciencia, ni que se diga de tecnología y mucho menos de innovación. Tenemos un atraso en estos rublos con los países desarrollados que no se puede cualificar ni mucho menos cuantificar en años, quizás en años luz -medida de distancia- sí podríamos obtener un aproximado de que tan lejos nos encontramos de éstos, indudablemente están en otra galaxia. El problema parece insoluble, no existe un modelo que nos ofrezca luz y algo de la tan deseada, plausible e intrincada solución. Acoto con las peripecias de un camino hecho.
Ya desde el año aproximado de 1983 pasé por Colciencias cuando apenas nacía en la Avenida Jiménez mostrando un modelo primario pero único a nivel internacional sobre las Películas Delgadas y su aplicación en los microcircuitos electrónicos. Mucho interés y grande acogida de las personas que me atendieron con excelente receptividad. Para el año de 1996 pasé por el edifico del norte de Bogotá y no fue posible que la persona con la cual había concretado una entrevista, con muchos días de anticipación, me atendiera. Había viajado desde la Universidad de Pamplona, en la cual fui el conformador del departamento, pensum y primer director de su primera ingeniería (Electrónica). Utilicé recursos propios para este viaje y el material y entusiasmo que llevaba no cabían en mi maletín. La persona, la cual no quiero mencionar, se disculpó después de hacerme esperar varias horas porque se le presentó un entierro.
Esto es solo un ejemplo amiga Lisbeth a lo que estamos sometidos-una carrera con obstáculos- los que buscamos hacer ciencia, tecnología e innovación y del porque señalo que estamos a muchos años de lograr algo de desarrollo en un país que debería tener las personas más idóneas en facilitar la ciencia, la tecnología y la innovación-espero que ahora sí las tenga. Además, el país no destina los recursos necesarios. ¿Pasar de un 0.25% a un 1% del PIB es un logro con el cual se quiere dar un gran salto? Busquémonos una garrocha mucho más larga. Una como la que está utilizando Ecuador con su Programa PROMETEO.
El modelo matemático-físico que presento ahora es para la innovación de la micro-electrónica y de la nano-electrónica. Es un modelo único a nivel internacional con un desarrollo de más de tres décadas- Modelo TRANSCOPE. La nano-electrónica es y será por mucho la generadora de un mundo tecnológico nuevo. Un ejemplo, evolucionará tanto a la medicina hasta el punto que seguramente no volverán a existir los diagnósticos invasivos en el ser humano y la mayoría de las operaciones serán igualmente no invasivas: el verdadero nacimiento de la medicina con nano-robots. Otro más, los móviles o celulares superarán por mucho a las computadoras del presente y éstas a su vez serán aproximadamente unas 10. 000 veces más poderosas y rápidas que las actuales. El beneficio económico en pro de nuestro medio y de la comunidad es invaluable en los actuales momentos, pero en esa medida necesitamos inversiones acordes. Pero, muy seguramente seremos simples espectadores de éstos y de muchos otros logros que se “harán afuera”. Gracias amiga Lisbeth, puede escribirme a augusto.galo@hotmail.com, @DurangoGalo