[#if IMAGEN??]
    [#if IMAGEN?is_hash]
        [#if IMAGEN.alt??]
            ${IMAGEN.alt}
        [/#if]
    [/#if]
[/#if]
"Este recorrido nos muestra que las violencias, las discriminaciones traen efectos sobre la salud mental algunos inmediatos, otros de tardía aparición y otros que pueden persistir mucho tiempo después de que haya cesado la violencia."

VIOLENCIA Y SALUD MENTAL UN “EFECTO” REAL

Claudia Patricia Reyes Oviedo

Directora Centro de Asesoría Psicológica y Salud

Pontificia Universidad Javeriana

5 de Octubre de 2022

Según ONU Mujeres a nivel global, se estima que 736 millones de mujeres – casi 1 de cada 3- ha experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual por parte de una pareja intima sin incluir el acoso sexual, menos del 40% de las mujeres que experimentan violencia buscan algún tipo de ayuda. Las tasas de depresión, trastornos de ansiedad son más altas en las mujeres que han experimentado este tipo de violencia en comparación con las que no la han sufrido y la violencia tiene efectos negativos en la salud física y mental y el bienestar de las mujeres.

La estigmatización, los estereotipos y la discriminación contra las personas LGBTIQ+ deja unas huellas psicosociales de angustia, miedo que también van acompañadas de incertidumbre, temor, ansiedad, angustia a causa de la constante búsqueda por legitimar un lugar en donde se quebrantan lazos familiares, se afrontan tensiones, se ponen en crisis sus creencias y relaciones. Acorde al informe de la guía para profesionales de la UNODC “Nada que Curar” identificaron y midieron más de 50 conductas familiares de rechazo para desaprobar la orientación sexual y encontraron cómo éstas contribuían entre otros a la depresión, consumo de sustancias psicoactivas, suicidio, entre otros.

Hay violencias que son tangibles, basta solo con revisar nuestra historia de vida y estoy segura que podríamos narrar hechos concretos en los que fuimos parte, testigo o presenciamos alguna situación. Pero, a veces se hace más difícil poder reconocer las violencias intangibles esas que no dejan rastro en los cuerpos, esas que se hacen difícilmente perceptibles, esas que nos dejan sensaciones pero que no crean espectadores porque minimizamos, relativizamos o normalizamos.

Este recorrido nos muestra que las violencias, las discriminaciones traen efectos sobre la salud mental algunos inmediatos, otros de tardía aparición y otros que pueden persistir mucho tiempo después de que haya cesado la violencia. Dentro de los más frecuentes está la depresión, los trastornos del sueño y de los hábitos alimentarios, el estrés, los trastornos de ansiedad, los trastornos de estrés postraumático, la baja autoestima, el autoreproche, las conductas autolesivas y de riesgo suicida. La evidencia de signos y síntomas de tristeza, irritabilidad, desesperanza, llanto, vacío, entre otros son llamados que debemos atender y ante los cuales buscar ayuda.

Las violencias son un problema de salud pública que requiere integrar recursos y medidas multisectoriales y holísticas, son prevenibles y requieren de un compromiso político que se traduzca en leyes, en escucha, en educación y sensibilización a las comunidades, en exigir respuestas y servicios adecuados en salud, en formar para reconocer las señales, en crear intervenciones dirigidas a prevenir la violencia antes de que ocurra, disponer de medidas centradas en respuestas y acompañamientos más inmediatos ante el suceso e intervenciones centradas a reducir los efectos que las violencias generan.

Así que les invito a que tomemos acciones de autocuidado y bienestar a través de la búsqueda de ayuda y a aquellos quienes no la necesitan a repensar, si es el caso, qué conducta que hoy normalizo puede ser vista desde otro ángulo.