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La desnutrición predice una pérdida funcional más rápida en pacientes con demencia

La investigación, en la que son coautores los doctores javerianos Miguel Germán Borda, Carlos Alberto Cano y Diego Andrés Chavarro, fue publicada el 13 de enero en la revista Journal of Alzheimer's Disease y destacada por su editor como de especial interés.

 

Nueva investigación dirigida por King's College London, Stavanger University Hospital, la Universidad Javeriana y el Hospital San Ignacio destaca la importancia de evaluar la desnutrición en las personas con demencia para ayudar a frenar el deterioro funcional o pérdida de la independencia.

 

Esta investigación publicada en el Journal of Alzheimer's Disease es uno de los primeros en analizar la asociación entre la desnutrición y el curso del deterioro cognitivo y funcional en personas que viven con demencia.

La demencia es una enfermedad común que afecta a más de 9% de las personas mayores de 60 años en Colombia. Esta enfermedad tiene un impacto severo en la vida diaria de las personas y es una de las principales causas de discapacidad. Las personas con demencia varían ampliamente en la forma en que progresa su afección, y múltiples factores pueden contribuir al curso del deterioro cognitivo, físico y funcional.

 

La nutrición, y en particular la desnutrición, está emergiendo como un factor importante y prevenible relacionado con el deterioro cognitivo (como la capacidad mental) y la demencia. La desnutrición es una condición común en los adultos mayores que viven tanto dentro de la comunidad como en hogares de ancianos, aunque se sabe poco sobre cómo contribuye a la progresión del deterioro cognitivo y funcional.

 

Los investigadores accedieron a un estudio de cohorte a largo plazo basado en datos de 202 pacientes diagnosticados con demencia leve, incluida la enfermedad de Alzheimer, la demencia con cuerpos de Lewy y otros tipos de demencia.

 

El grado de deterioro funcional y cognitivo mostrado por los pacientes se midió mediante un análisis de diversas actividades diarias, entre las que se encuentran la elaboración de alimentos sencillos, la higiene personal y la movilidad. Los niveles de desnutrición se definieron utilizando el Índice de la Iniciativa de Liderazgo Global sobre Malnutrición (GLIM), que mide el peso corporal, la delgadez y la masa muscular.

Los investigadores encontraron que la desnutrición estaba presente en más de una cuarta parte de los pacientes con demencia (29%) y se asoció con un deterioro funcional más rápido durante cinco años. La relación con el deterioro cognitivo, por otro lado, no fue estadísticamente significativa.

 

El doctor Miguel Germán Borda, médico y geriatra javeriano, estudiante de doctorado en el Centro de Medicina Relacionada con la Edad (SESAM), Hospital Universitario de Stavanger, Stavanger, Noruega. dijo: “Las personas mayores y especialmente aquellas con demencia por muchas razones tienden a comer menos. Puede resultar más difícil mantener una dieta equilibrada con los nutrientes necesarios. Los familiares, cuidadores o los pacientes pueden hablar con sus médicos o con un nutricionista registrado si necesitan consejos sobre una alimentación saludable. Podrían ayudar a planificar las comidas con alimentos ricos en nutrientes, aumentar los refrigerios saludables o verificar la ingesta diaria de calorías recomendada por los pacientes”.

 

El profesor Dag Aarsland, del King's College London's Institute of Psychiatry, Psychology & Neuroscience (IoPPN) y el tema de investigación NIHR Maudsley BRC Dementia and Related Disorders, dijo: “Nuestros resultados indican que la desnutrición está asociada con una pérdida funcional más rápida, pero no con un deterioro cognitivo, en adultos mayores con demencia. Creemos que la desnutrición empeora la función debido a su impacto en los músculos y el sistema inmunológico del cuerpo, el estado de ánimo, la movilidad y otros aspectos de la salud física y mental’’.

 

El doctor Carlos Alberto Cano, director del Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana también añadió: “Necesitamos un enfoque más completo para el tratamiento de la demencia, que incluya evaluaciones nutricionales que detecten la desnutrición lo antes posible, para que los médicos puedan tomar medidas preventivas y, en última instancia, mejorar los resultados de sus pacientes”.

 

Esta investigación fue financiada por el gobierno noruego y el Centro de Investigación Biomédica Maudsley (BRC) del Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR).

El artículo fue publicado en Journal of Alzheimer's Disease Volume (79) Issue (4).