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"...un transitar de escenarios homogeneizados que se centran en la idea de una sola forma de enseñar y aprender hacia propuestas cada vez más diversificadas o usando un término recién acuñado por uno de los grupos de mis estudiantes: diversignificadas."

Educación resignificada desde la perspectiva diversa

Hilba Milena Jiménez Pulido*

En el país se han adelantado acciones encaminadas a reconocer las realidades, en todo sentido diversas, que constituyen nuestros contextos educativos; un transitar de escenarios homogeneizados que se centran en la idea de una sola forma de enseñar y aprender hacia propuestas cada vez más diversificadas o usando un término recién acuñado por uno de los grupos de mis estudiantes: diversignificadas. Estas propuestas traen consigo significar, entre muchas otras, la lucha histórica de personas, comunidades, colectivos que enunciaron desde su eslogan “nada de nosotros sin nosotros” la situación de marginación, segregación y exclusión en la que se encontraban las personas con discapacidad y sus familias, situación que cabe anotar se viste como una silenciosa violencia, escondida tras la falta de reconocimiento de las múltiples posibilidades humanas y la estatua erguida del ideal de sujeto “normalizado” que la sociedad construyó por siglos. Desde la Convención de derechos de las personas con discapacidad, realizada en 2006 se levantan las voces, las propias voces antes silenciadas, para exigir que se reconozca tal realidad desde la que han sido violentadas; se implementen acciones encaminadas a su participación y se dé alcance a los derechos mismos que le atañen a toda persona.

En concordancia se pone en escena en el contexto educativo, como en muchos otros, la necesidad de ajustar, adaptar, flexibilizar, proporcionar apoyos, desarrollar acciones afirmativas que posibiliten a las personas que se relacionan con la discapacidad -y otras categorías como la neurodiversidad, diversidad funcional, necesidades educativas, etc.- participar, aprender y llegar al máximo de su capacidad, como se esperaría que ocurriera con todo aquel que se encamina en el desarrollo de procesos educativos o de formación. Noten que estamos hablando de personas que se relacionan con una categoría esta que en sí misma no las constituye en su totalidad, sino que hace parte de lo que son. Tales ajustes, adaptaciones, flexibilizaciones, apoyos se hacen necesarios especialmente al haber construido sistemas para un ideal de grupo de estudiantes que debo anotar, en mis aulas no existe o por lo menos no he encontrado; un grupo en el que todos aprendan de la misma manera, requieran los mismos recursos, razonen del mismo modo, creen o elaboren desde una misma perspectiva, lleguen a las mismas metas, se comuniquen utilizando los mismos medios, etc., no existe; precisamente es este ideal el que considero radica la silenciosa violencia que mencionaba, aquella que considera inexistentes las múltiples posibilidades humanas, las anula o niega aun cuando son evidentes.

Un punto de partida para erradicar esta realidad y alcanzar la diversignificación, se marca en el dejar de considerar a determinadas personas como los “incompletos”, “anormales”, “menos capaces”, “los diferentes”-esta última cuando nos referimos solo a determinadas personas y no a todas, porque en sí la diferencia es una característica humana-; algo que aparenta ser lógico en esta época llena de enunciaciones desde la diversidad que nos caracteriza, pero que en profundidad requiere de esfuerzos conjuntos para trasformar culturas y actuaciones arraigadas en los escenarios educativos. Esta trasformación normativamente está legislada en nuestro país desde la ley 1618 de 2013 y el Decreto 1421 de 2017 que hoy alcanza sus cinco años de existencia y como tal apenas da sus primeros pasos, en muchos territorios y escenarios del país aún incipientes. La tarea sigue latente, reconocer las posibilidades de todas las personas en su individualidad, contexto particular e historia de vida implica acercarnos, leernos, incorporar nuevas dinámicas que contemplan apoyo entre pares, acompañamiento, currículos flexibles, formación profesoral, puesta en escena de la característica esencial de la didáctica que implica pensar en quien aprende, cómo aprende y cómo puedo mediar tal aprendizaje, construir conjuntamente múltiples caminos por los que puedan transitar las personas hacia el alcance de objetivos formativos y de participación, eso para mí describe procesos de Educación inclusiva tan nombrada hoy y más allá de ello la construcción de escenarios educativos que contemplan la posibilidad en sí mismos de ser diversignificados.

 


*Magister en Educación
Licenciada en Educación con énfasis en Educación Especial
Acompañamiento y asesoría Programa de Inclusión y Diversidad PUJ