IV. Investigación y docencia

Leer y escribir en chat, Facebook y Twitter. Transformaciones de la cultura escrita y retos para la formación de los comunicadores sociales

Giovanna Carvajal Barrios

Candidata a doctora en Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira. Pertenece al grupo de investigación Escritura, Tecnología y Cultura. Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle.

Resumen

La ponencia expone los hallazgos de una investigación doctoral sobre las transformaciones de la cultura escrita en el ciberespacio. El estudio cualitativo —realizado en Cali entre 2014 y 2016— caracteriza las interacciones de dos grupos de sujetos (estudiantes universitarios entre 18 y 23 años, y adultos profesionales mayores de 45), tomando en cuenta: rasgos asociados a la convergencia y la continuidad entre la oralidad y la escritura; conocimientos procedimentales para leer y escribir, derivados del software de medios y del ciberespacio; desplazamiento y permanencia de conocimientos procedimentales propios de la cultura escrita alfabética y sus cánones; y nuevos conceptos sobre la lectura y la escritura. La ponencia formula algunos retos para la formación de los futuros comunicadores sociales, con miras a fortalecer su relación con la cultura escrita alfabética, pues esta, además de ser un recurso comunicativo inherente a su trabajo profesional, constituye una mediación cognitiva para aprovechar las potencialidades del ciberespacio.

Palabras clave: cultura escrita, ciberespacio, escritura en las redes sociales, formación de comunicadores sociales.

La ponencia presenta hallazgos de una investigación sobre las transformaciones de la cultura escrita en el ciberespacio (Carvajal, 2016), expresadas en la emergencia de conocimientos procedimentales y de nuevos conceptos. En términos generales, se pregunta si es factible hablar de una cultura escrita específicamente digital - ciberespacial, con unos conocimientos semánticos y procedimentales propios.

En la investigación se analizaron mensajes producidos en chat, Facebook y Twitter, por once sujetos de la ciudad de Cali (seis estudiantes universitarios entre los 18 y los 23 años –tres de ellos de Comunicación Social- y cinco adultos con título universitario entre los 46 y los 65 años). Las interacciones que conforman el corpus (1569) fueron recopiladas durante cuatro meses y analizadas a partir de un conjunto de códigos que permite identificar la emergencia, el desplazamiento y la permanencia de conocimientos procedimentales para leer y escribir, las transformaciones en los conceptos sobre la lectura y la escritura y, en un sentido general, identificar si se trata de nuevas prácticas de la cultura escrita alfabética.

Se trata de una investigación de carácter cualitativo que caracteriza los modos como se lee y se escribe en los escenarios seleccionados, a partir de un diseño metodológico que si bien tiene como referente el canon de la escritura alfabética occidental1, permite dar cuenta de los rasgos emergentes en los modos de leer y de escribir.

La convergencia entre conocimientos propios de la cultura escrita y conocimientos del software de medios, así como el cruce entre lo emergente, lo desplazado y lo permanente permite hablar – a la luz de los resultados obtenidos- de nuevas prácticas de la cultura escrita y de transformaciones en los modos de definir la lectura y la escritura.

La investigación toma como punto de partida los conceptos de cultura escrita, canon de la cultura escrita y conocimientos semánticos y procedimentales (Ulloa y Carvajal, 2006). Dicha conceptualización se fundamenta en Olson (1998) y Williams (1992), así como en la lingüística textual (Chomsky, 1974; Van Dijk, 1980, 1994, 1996), la teoría de la enunciación (Bajtín, 1997; Benveniste, 1977; Austin, 1962; Searle, 1969; Ducrot, 1988) y la psicología cognitiva (Serrano, 2000; De Torres, et. al., 1999). Los conceptos de ciberespacio y software de medios se fundamentan en Lévy (2007) y Manovich (2013), respectivamente.

En el cierre de la ponencia se formulan algunos retos para la formación de los comunicadores sociales, teniendo en cuenta que para ellos la lectura y la escritura constituyen no solo mediaciones cognitivas (Ulloa y Carvajal, 2006) necesarias para la adquisición de conocimientos, sino parte de su ejercicio profesional.

Cultura escrita en el ciberespacio: entre lo permanente, lo desplazado
y lo emergente

Desde la perspectiva de esta investigación, las transformaciones de la cultura escrita derivadas de su presencia en el ciberespacio y de los condicionamientos del software de medios se manifiestan en el surgimiento de nuevos conocimientos procedimentales para la lectura y la escritura, así como en la emergencia de nuevos conceptos para definir dichas prácticas.

La lectura y la escritura ciberespaciales -presentes en Facebook, en Twitter y en el chat, el - se diferencian de las prácticas asociadas al manuscrito y al impreso, dado que involucran conocimientos procedimentales específicos (que no desplazan totalmente los conocimientos procedimentales propios de la cultura escrita) y conceptos particulares sobre lo que significa leer y escribir.

Entre los conocimientos procedimentales (un saber hacer) de la cultura escrita canónica, se encuentran: el manejo de los signos de puntuación, la ortografía, el uso de preposiciones, adverbios, conectores y pronombres relativos, la concordancias gramaticales, la propiedad lexical, la coherencia local (que forman parte de la dimensión lingüística de la escritura), así como los relacionados con el uso de marcadores deícticos, la representación y el reconocimiento de enunciadores, la elaboración de inferencias, la representación y la recuperación de la fuerza ilocucionaria, etc. (que hacen parte de la dimensión discursiva de la escritura). Como parte de los conocimientos procedimentales ligados al software de medios y al ciberespacio se pueden mencionar: la partición mensajes y de oraciones, el empleo de abreviaturas, la introducción de enlaces, el uso de emoticones y otras simbologías, la presencia de implícitos, el uso no canónico del alfabeto, el empleo de nuevos léxicos asociados a la cultura escrita en el ciberespacio, la presencia de imágenes, la creación o adhesión a hashtag como representación de macroestructuras textuales (Van Dijk, 1980, 1996), el desfase en la continuidad de los mensajes, etc.

A continuación se presentan los rasgos caracterizan la escritura y la lectura del chat, Facebook y Twitter, y que permiten calificarlas como nuevas prácticas de la cultura escrita:

Rasgos asociados al software de medios y al ciberespacio

  1. La continuidad de los mensajes no constituye un imperativo en el chat. Los textos que se intercambian en dicho escenario no se elaboran de principio a fin antes de ser enviados; su escritura, al realizarse sobre la marcha, es un proceso que se alterna con la puesta en común (envío) de los enunciados. Esto trae como resultado una tendencia generalizada a fragmentar los mensajes.
  2. Para quienes escriben en Facebook y Twitter, recibir comentarios hace parte de un acuerdo comunicativo implícito derivado de pertenecer a estas redes. Aunque no siempre esto sucede, suscitar comentarios constituye una posibilidad siempre abierta, trascendiendo incluso límites de temporalidad. Escribir en estos escenarios es un acto público que implica interactuar con otros, lo que ubica tal práctica en un lugar distinto al de la escritura del manuscrito e incluso al de la escritura digital no ciberespacial.
  3. Prácticas marginales como el uso de apócopes y abreviaturas se convierten en tendencia generalizada. Lo que es evitado en espacios formales (como la academia, la jurisprudencia, la escritura literaria o periodística) no sólo es admitido en el chat y las redes sociales sino que constituye un recurso funcional y se erige como un conocimiento procedimental necesario. Algo similar ocurre con otros usos no canónicos de elementos de la cultura escrita (como la repetición de signos puntuación, las mayúsculas sostenidas y la reiteración de fonemas).
  4. El software de medios que soporta el chat, Facebook y Twitter brinda la opción de conectar la propia escritura con otros universos textuales del ciberespacio. No sólo es posible sugerir textos sino que éstos se ponen a disposición de los demás a través de enlaces. En este mismo orden de ideas, la herramienta del hashtag permite la interconexión con otros textos y funciona como una especie de índice temático ciberespacial.
  5. La invención y la recreación lúdicas tienen un lugar privilegiado. Asociados a ellas, hacen presencia el uso maleable del lenguaje, la utilización de los recursos del software (imágenes fijas y en movimiento, emoticones, memes, etiquetas, archivos de audio, etc.), así como la búsqueda de recursos verbales -canónicos y no canónicos- para representar lo sonoro y lo visual, ausente en la escritura, y para comunicar la fuerza ilocucionaria.
  6. Lo implícito –que adquiere relevancia- tiene como contraparte la necesidad de construir inferencias y de relacionar los conocimientos previos del lector con la información aportada por el texto.
  7. La comunicación a través de la escritura hace parte de un tejido que permite el tránsito entre interacciones presenciales e interacciones online, en distintos dispositivos.
  8. Las formas expresivas no alfabéticas (emoticones, stickers, fotografías, audios, videos) confluyen con recursos propios de la cultura escrita. La multimodalidad deja de ser privilegio de especialistas (editores, diagramadores, diseñadores, artistas, productores multimediales) para estar al alcance de todos. Adicionalmente, la utilización de recursos no lingüísticos puede hacer que la construcción de enunciados verbales tenga un peso menor en la representación de rasgos para y translingüísticos o de la fuerza ilocucionaria.
  9. El uso de rótulos y etiquetas desplaza los conocimientos procedimentales de la cultura escrita relacionados con la representación proposicional (Van Dijk, 1980, 1996), la representación de enunciatarios y la expresión de la fuerza ilocucionaria. La capacidad de utilizar dichas herramientas hace innecesaria (aunque no la excluye) la construcción de enunciados propios para llevar a cabo una intención comunicativa. De igual manera, ciertas opciones (como la publicación de estados) funcionan como paquetes prediseñados (superestructuras) para que el usuario vacíe en ellos la información, con la posibilidad adicional de acceder a sitios web, archivos digitales, etc. y de marcar explícitamente los enunciatarios de sus mensajes mediante etiquetas.

Rasgos asociados a la convergencia y a la continuidad entre oralidad
y escritura

La presencia de registros de la oralidad aparece como una tendencia generalizada, aunque depende del grado de adscripción de los sujetos a la cultura escrita. El interés de dotar a los mensajes de un carácter oral (que alude a lo sonoro y lo visual de la comunicación, sobre todo del chat), da lugar a una notoria presencia de los componentes paralingüístico y translingüístico (especialmente del primero de ellos). Tal propósito –articulado a la representación de la modalidad y de la fuerza ilocucionaria- conlleva a una búsqueda en la que se subvierten los cánones y se hace un uso libre de elementos de la escritura alfabética. A ello se suman recursos como la modificación lexical, las onomatopeyas, los emoticones, la repetición de fonemas y el uso de mayúsculas sostenidas. Esa capacidad inventiva con el lenguaje, asociada a la recuperación del tono oral, se caracteriza por ser idiosincrásica y está relacionada con lo lúdico, que también se hace evidente en muchas de las interacciones analizadas.

Al primar la búsqueda de recursos orientados a restituir el carácter oral de las interacciones presenciales, la frontera entre la oralidad y la escritura se hace porosa, permeable y difusa; la permisividad y flexibilidad del ámbito oral se trasladan a la escritura, y se pretende que ésta adquiera un carácter fluido y espontáneo.

Rasgos relacionados con los conocimientos procedimentales de la cultura escrita y con el canon

En la escritura:

  1. Se observa el desplazamiento de algunos conocimientos procedimentales de la cultura escrita, especialmente la puntuación y la acentuación, así como una tendencia a la estructuración sintáctica elemental de los enunciados.
  2. Se identificó un uso no convencional (y, en ese sentido, no canónico) de algunos signos de puntuación (repetición y combinación de signos) y de otros recursos de la cultura escrita (v.g. repetición de fonemas, mayúsculas sostenidas).
  3. Algunos conocimientos procedimentales de la cultura escrita, como la representación del enunciatario, la organización de la información, la presentación de la macroestructuras y los vínculos intertextuales se solventan con el uso de herramientas como las etiquetas, los “estados”, los hashtag y los enlaces, respectivamente. Incluso los enunciados verbales pueden sustituirse con emoticones, recurso expresivo predominante.
  4. La referencia a otras interacciones (online y offline) conlleva –en el caso de los jóvenes- a la utilización de recursos de la cultura escrita (marcadores de enunciación) para citar fragmentos y comentarlos como parte de nuevas interacciones. Ello indica, entonces, la permanencia de un conocimiento procedimental de la cultura escrita.

En la lectura:

  1. Se identificó la puesta en marcha de conocimientos procedimentales para reconocer la fuerza ilocutiva de los enunciados, en correspondencia con las marcas presentes en los mensajes (en las que confluyen tanto recursos de la cultura escrita, como del software de medios y el ciberespacio). Puede afirmarse, incluso, que el eje central de los conocimientos procedimentales presentes en el chat, Facebook y Twitter lo constituye la representación de la fuerza ilocucionaria y su recuperación a través de la construcción de inferencias.
  2. Los mensajes se caracterizan por su relación con el contexto inmediato. De ello se deriva la exigencia de un trabajo inferencial encaminado a resolver los implícitos presentes en los textos.
  3. El trabajo inferencial también está encaminado al ajuste de las distintas inconsistencias frente al canon (distanciamiento frente a la norma estándar) que podría afectar la coherencia de los enunciados y el reconocimiento de la fuerza ilocucionaria. Los interlocutores deben activar una “mecanismo reparador”, capacidad que (si bien está presente en la lectura por fuera del ciberespacio) se erige como un conocimiento procedimental para leer en el Chat, Facebook y el Twitter.

En síntesis, al desplazamiento de unos conocimientos para escribir, le corresponde un fortalecimiento de algunos conocimientos procedimentales para leer, entre ellos la capacidad para resolver implícitos y la capacidad de construir inferencias.

Rasgos asociados a los nuevos conceptos de lectura y escritura

  1. Escribir y leer son actividades que se pueden realizar en cualquier momento y lugar. Múltiples dispositivos digitales, cada vez más sofisticados, permiten que esa simultaneidad derive en formas de comunicación omnipresentes que se mezclan con otras actividades, otros discursos y otras prácticas.
  2. La escritura ciberespacial tiene la posibilidad de ser abierta, pero a la vez es efímera y fugaz.
  3. Escritor y lector alternan sus roles en una cadena ilimitada. No necesariamente comparten el momento y el espacio de la enunciación pero encuentran en el ciberespacio un lugar de confluencia y de presencia mutua. Esto conlleva a que la doble ausencia de la cultura escrita2 (Ulloa y Carvajal, 2006) adquiera matices distintos. Si por un lado la ausencia física conlleva a prescindir de los componentes para y translingüístico de la comunicación oral, por otra parte, los interlocutores pueden estar presentes en un espacio virtual compartido para preguntar, interpelar o controvertir. A esto se suma la posibilidad de generar interacciones colectivas que acentúan la ruptura de la unidireccionalidad comunicativa. Los escenarios analizados permiten tener un número ilimitado de interlocutores, sin la existencia de filtros o censuras relacionadas con la factura de los mensajes publicados (es decir, sin importar si cumplen o no con la normatividad del canon).

La escritura softwarizada ciberespacial como manifestación emergente de la cultura escrita

El surgimiento del chat y de los sitios de redes sociales como Facebook y Twitter inauguró nuevas prácticas de lectura y escritura, sin que ello signifique una ruptura tajante con modos de leer y de escribir anteriores. En dichos escenarios se presenta una relación dinámica entre lo emergente, lo que permanece y lo desplazado, que permite decantar formas inéditas de comunicación escrita cuyas derivaciones aún están por verse. Se trata de manifestaciones emergentes de la cultura escrita, que sin llegar a configurar una nueva lengua en sentido estricto, poseen unos rasgos específicos que permiten denominarla tentativamente como escritura softwarizada ciberespacial. Los matices que adquiere esta nueva manifestación de la cultura escrita alfabética dependen de los sujetos particulares que la pongan en marcha, de su nivel de apropiación del canon de la escritura, de su dominio de los conocimientos procedimentales asociados al software y de los propósitos que motiven las interacciones, entre otros aspectos de orden histórico, social y cultural.

Cultura escrita en el ciberespacio: retos en la formación de los comunicadores sociales

En un contexto en el que las políticas gubernamentales le apuestan a la dotación tecnológica de las instituciones educativas y a garantizar la conectividad, es necesario profundizar el conocimiento sobre los cambios en los modos de leer y de escribir propiciados por las nuevas tecnologías y en particular por internet. En este sentido, la investigación aquí reseñada pretende hacer aportes en dos direcciones. La primera de ellas es la profundización sobre el concepto de cultura escrita y los conocimientos procedimentales inherentes a ella, y su diferenciación frente a los conocimientos procedimentales derivados del software y del ciberespacio. En esa distinción se juega un problema clave para los distintos niveles de la formación escolar. La segunda tiene que ver con la necesidad de caracterizar los cambios en ciernes, de tal manera que se pueda pasar de las generalizaciones a la identificación de los aspectos y niveles específicos donde se producen las transformaciones.

La integración de los recursos tecnológicos de punta -propuesta por el gobierno nacional a través de los ministerios de Educación y de las TIC- podría contribuir a mejorar la calidad educativa, pero no constituye una panacea. Aunque las formas tradicionales de enseñanza tienden a verse desplazadas por el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, escribir y leer –en distintos formatos, contextos y con diferentes propósitos- sigue siendo importante en la educación del siglo XXI.

Las trasformaciones actuales nos plantean una serie de retos que atañen directamente a la formación de los futuros comunicadores, para quienes la escritura forma parte de su quehacer profesional: (1) Continuar trabajando para que en el espacio universitario se afiance la relación de los estudiantes con la cultura escrita. (2) Considerar las transformaciones en curso como objeto de análisis en distintas asignaturas y talleres. Esto implica que involucremos a los estudiantes en el análisis de las prácticas que ellos mismos agencian, de tal manera que además de potenciarlas puedan asumir una cierta distancia crítica frente a ellas y frente al modo como se relacionan –en términos de tensión y complementariedad- con sus prácticas de lectura y escritura académicas. (3) Seguir investigando las novedosas relaciones entre la cultura escrita, las tecnologías de la información y el ciberespacio. Entre los aspectos que podrían abordar futuras investigaciones se encuentran: las diferencias entre el tipo de inferencias que se realizan en la cultura escrita del impreso y las inferencias que se realizan en la cultura escrita del ciberespacio; las características de la doble ausencia en la escritura del ciberespacio y sus diferentes implicaciones; la presencia de la escritura ciberespacial de las redes sociales en el ámbito escolar, por ejemplo el uso de las redes sociales con propósitos académicos; las prácticas de lectura y escritura en el ciberespacio realizadas por sujetos de distintas edades y contextos socioculturales. Lo anterior implica, en el plano teórico, profundizar en el concepto de cultura escrita, sus distintas perspectivas y su presencia en la investigación contemporánea sobre las prácticas de lectura y escritura.

El campo de estudios de la comunicación, dado su carácter interdisciplinar, es un espacio privilegiado para abordar un objeto de investigación tan complejo pero a la vez tan fascinante como las transformaciones de la cultura escrita en el ciberespacio, de las que nuestros estudiantes son protagonistas.

Referencias

Austin, J. L. (1962). How to do things with words. Cambridge: Oxford.

Bakhtin, M. (1997). Marxismo e Filosofía da Linguagem. Sao Paulo: Editora Hucitec.

Benveniste, E. (1977). El Aparato formal de la enunciación. En E. Benveniste, Problemas de lingüística general II (pp. 82-91). México: Siglo XXI.

Carvajal, G. (2016). Cultura escrita en el ciberespacio: ¿nuevos conocimientos, nuevos conceptos, nuevas prácticas? (Tesis doctoral en proceso de evaluación). Universidad Tecnológica de Pereira.

Chomsky, N. (1974). Estructuras sintácticas. México: Siglo XXI.

De Torres, J. S., Tornay, F., y Gómez, E. (1999). Procesos Psicológicos Básicos. Madrid: Mc Graw Hill.

Ducrot, O. (1988). Polifonía y Argumentación. Conferencias del Seminario “Teoría de la argumentación y análisis del discurso”. Cali: Universidad del Valle.

Lévy, P. (2007). Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. Barcelona: Antropos.

Manovich, L. (2013). El software toma el mando. Barcelona: Editorial UOC.

Marin, A. L. (s. f.). El Concepto de Competencia. Una mirada interdisciplinar (Vol. II). Bogotá: Sociedad Colombiana de Pedagogía.

Olson, D. (1998). El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. Barcelona: Gedisa.

Serrano, E. (2000). Consideraciones Semióticas sobre el Concepto de Competencia. Bogotá.

Ulloa, A., y Carvajal, G. (2017). Cultura escrita, conocimiento y tecnocultura. El marco teórico de una investigación exploratoria en la Universidad del Valle. Revista Nexus Escuela de Comunicación Social Universidad del Valle, 2, 105-141.

Van Dijk, T. (1980). Estructuras y Funciones del Discurso. México: Siglo XXI.

Van Dijk, T. (1994). Análisis Crítico del Discurso. Cali: Universidad del Valle.

Van Dijk, T. (1996). La Ciencia del Texto. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.

Williams, R. (1992). Historia de la Comunicación. Barcelona: Bosch Editorial.


1 El canon de escritura –que corresponde, en términos generales, al registro estándar de la lengua- constituye una construcción histórica y social, razón por la cual no se puede hablar de un canon exclusivo y estático. A partir del canon general (que en el presente estudio constituye el parámetro a partir del cual se describen los textos producidos en el chat y las redes sociales) han surgido cánones particulares que son hegemónicos en los contextos donde cada uno de ellos prevalece, pero que coexisten y se relacionan con otros de diversas maneras.

2 Este concepto hace referencia a la ausencia del lector cuando el autor escribe, y a la ausencia del autor cuando el lector lee. La doble ausencia –característica de la enunciación escrita que la diferencia de la enunciación oral- fue determinante en la creación del canon de la cultura escrita alfabética occidental. Escribir canónicamente implica la puesta en marcha de un conjunto de conocimientos procedimentales que garantizan que el texto sea interpretado según la intencionalidad de quien lo escribió. A su vez, el lector pone en marcha conocimientos procedimentales pare leer desde la perspectiva de la organización del texto dada por su autor y no sólo desde su propia cognición social (Ulloa y Carvajal, 2006).


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