IV. Prácticas de comunicación y procesos socioculturales

La propuesta de política de la Cumbre Agraria Étnica y Popular

Luisa Fernanda Vallejo Cruz

Doctora en Antropología de las Organizaciones de la Universidad de Salamanca, de España. Estudios de Especialización en Comunicación Organizacional de la Universidad Autónoma, de Cali. Docente investigadora, integrante del grupo de investigación Conocimientos e Identidades Culturales. Vinculada con el Departamento de Comunicación Social de la Universidad Central de Bogotá.

Resumen

Esta reflexión analiza el surgimiento de la Cumbre Agraria Étnica y Popular1, concebida como un espacio de convergencia de las organizaciones rurales para construir una propuesta de política de Estado para el campo. La Cumbre consolida un escenario político de autogobierno democrático, identificado por su carácter propositivo, orgánico y antiinstitucional. Su propuesta se afianza con el pliego: “Mandato agrario para el buen vivir, por la reforma agraria estructural, la soberanía, la democracia y la paz con justicia social”, que pretende la defensa de un proyecto de país justo, incluyente y equitativo. La Cumbre constituye un hito en la convergencia política de movilizaciones étnicas y campesinas para la interlocución con el Estado colombiano sobre la política rural. Tal acción colectiva implica el encuentro entre culturas en términos de la confrontación sobre ideales de desarrollo y de gobierno, a propósito del sentido de su existencia posible en los contextos rurales del país. Expuesta la falla del sistema democrático, esta reflexión valora cómo los sentidos de la acción política de las organizaciones sociales agrarias que movilizan la Cumbre constituyen una estructura de oportunidad política para la concreción de sus ideales.

Palabras clave: cumbre agraria, resistencia, oportunidad política, acción política.

The political propsal for the ethnic and popular agricultural summit

Antecedentes de la cumbre agraria

En el 2003 el Coordinador Agrario Nacional (CNA) convoco a las organizaciones rurales y les planteó la necesidad de convenir la unidad pluricultural de campesinos, indígenas, afrocolombianos y empresarios para la defensa del derecho a vivir dignamente y a trabajar en los territorios. Trazado el objetivo común las organizaciones sociales (OS), independientemente de su situación jurídica se congregaron en el Congreso por la paz del 2013 para trazar un proyecto alternativo de desarrollo.

Ganado el poder del pacto las OS articuladas a procesos de resistencia política y territorial, reúnen cerca de 40 mil personas en la Cumbre Agraria (CA), asumida por las bases como un Movimiento social popular (MSP), entendido como

Diversas formas de acción colectiva, que surgen de la sociedad civil y que dan cuenta tanto de contradicciones fundamentales de una sociedad, normalmente de las oposiciones de clase, pero más ampliamente de una diversidad de tensiones estructurales, relativas a la desigualdad, la discriminación sociocultural, el consumo, al medio ambiente y que dan lugar a diferentes iniciativas y proyectos de cambio social con un sentido emancipatorio. (Garcés, 2012 citado por Díaz, 2013, p. 2013).

La CA no se construye desde las lógicas de las luchas de las clases sociales ni pretende edificar nuevas identidades, como parte de la sociedad civil que ha vivenciado pobreza y dominación pretende reemplazar la subordinación por la autonomía y acuerda su eje de acción mediante la inclusión de grupos minoritarios étnicos y no étnicos. Expuesta la falla del sistema democrático y las contradicciones originadas entre los individuos y el Estado, esta asume su acción política desde articulación de los viejos MS, potenciando su acumulado experiencial al ubicar sus conocimientos y capacidades en el debate proponente de los paradigmas de la movilización de los recursos. La CA se abre a la esfera política profiriendo las demandas populares que politizan asuntos previamente confinados al campo privado (Scott, 1991 citado por Guariglio, Pp.185, 2013).

Desde la fortaleza de las identidades re politiza el hecho social y al proponer una nueva forma de agrupación, que concibe la acción colectiva como fines en y de sí mismos más que simplemente los medios de un fin (Melucci, 1989), entra en conflicto con las normas del Estado y las lógicas del mercado. La CA al promover sus movilizaciones evidencia el vacío de Estado generado por la precaria institucionalidad pero no lo niega porque desde la oposición, que fortalece la participación del MSP, el Estado juega un papel importante en la reivindicación de los derechos históricamente negados.

Al pretender la transformación de la estructura representativa del Estado, mediante la concepción de un sistema de gobierno propio con incidencia directa en la formulación de las políticas públicas, la CA se percibe como una comunidad nacional que alberga la posibilidad de un nuevo orden socioeconómico para el MSP, autodefinido como no institucional y no convencional.

Para la CA lo cultural constituye la impronta de su acción política, por ello las relaciones entre el desarrollo y los procesos económicos componen un espacio de convergencia para el apropiamiento y ejecución de las transformaciones mandatadas en el Pliego Único: Defensa de la soberanía, cambio de la matriz productiva, consolidación y ampliación de nuevos derechos y construcción de más ciudadanía. Su crítica política del orden social confronta la democracia representativa, la que inclinada por la burocracia tradicional insta a ser vigilada porque las decisiones tomadas que pasan por el ajuste y la reducción de derechos no se pueden unificar en la consolidación de un espacio social democrático (Offe, 1985).

La estructura de la CA es plana y su fuerza se afianza en el conjunto de valores y creencias compartidas por MSP, fundamentada en la Constitución del 1991 demanda la exigencia de los derechos concedidos mediante la Ley 70 de 1993, la que al reconocer la diversidad étnica y cultural de la Nación concede a los afrocolombianos e indígenas derechos sobre los territorios colectivos, las tierras y los conocimientos ancestrales. Excluidos los campesinos acuerdan su resistencia política para demandar lo que le ha sido concedido a los campesinos étnicamente diferenciados.

Entendiendo que los preceptos de la Constitución son procesos políticos y culturales, la CA apropia la ley y al reclamar su cumplimento construye una dinámica orientada a la transformación de las desigualdades en condiciones de equidad. Así, la CA puede ser estudiada como la articulación de actores cuyas formas de organización y acción buscan un cambio económico en el contexto de la Nación. Su logro potencial redice en la conciencia de sus partícipes quienes al demandar trasformaciones estructurales alineadas con el cambio del orden social, han logrado concesiones gubernamentales que apoyan la democratización de la cultura política.

El paro nacional agrario y popular del 2013

El paro motivado por la dignidad y la defensa de los derechos de la población rural frente a las políticas neoliberales, movilizo a 22 departamentos del territorio nacional durante 24 días. Acudiendo al poder de la convocatoria el MSP respaldado por OS agrarias, los sindicatos, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil y las organizaciones internacionales recorrió en tensa calma más de medio país a través de la vía Panamericana, custodiada por la autoridad militar. Durante el recorrido el desafío común cobro rostro para los ciudadanos que percibieron el paro como una oportunidad política (OP) frente a su condición de desventaja socioeconómica. Confrontados por la realidad acompañaron tramos de la movilización que cobro poder con el paro caminero, el apoyo de sectores productivos agrarios y no agrarios y el registro realizado por los medios locales, nacionales e internacionales que reforzó las demandas en diversas redes sociales.

El gobierno Santos puesto al límite de la tensión trata de reducir la movilización mediante el uso de la represión. El 30 de agosto, en medio del paro, el presidente declara el Pacto Nacional Agrario propuesta para el desarrollo del campo que artilla 3 ejes: TLC- Asociatividad- Alianzas productivas, estrategias de orden económico para el sector rural que agencian la extranjerización de la tierra, la importación de productos subsidiados, el avance de la minería transnacional y el impulso de la ganadería extensiva, dispositivos que ahondan la economía del despojo y constituyen un desafío que reafirma la emergencia de la CA, la que con la adhesión de cerca de 2.500 representantes de OS, define una estructura organizativa capas de cooperar y gestionar acciones conjuntas. La CA está conformada por:

Se presenta el estimado de organizaciones que congrega la CA.

Tabla 1. Organizaciones de la CA 2015

Tipología organizaciones

Suma organizaciones

Organizaciones agrarias

1277

Sindicatos

602

Asociaciones

10

Movimiento sociales

4

Federaciones

2

Coordinaciones

2

Congreso

1

Proceso

1

Total

1899

Fuente: Elaboración Propia.

La tensión por el desarrollo la CA evidencia que sus demandas no son amparadas por la dirigencia política, la que no arriesgara sus intereses particulares sobre Agro. Sembrada la desconfianza y consientes de la necesidad de proyectar seguridad impulsan el fortalecimiento de la acción política desde las bases, organizando contextos de interacción social orientados a: decantar el sentido del principio de Unidad, “evaluar críticamente los legados históricos, proyectar su propia seguridad de futuro, crecer como sujeto social y como actor histórico” (Salazar, 1999, p.9). A la voz de Nuestras propuestas han sido claras trazan las rutas de encuentro para avanzar en una política de reforma agraria integral que desmonte los latifundios, reconozca los territorios colectivos y adjudique tierra para para el campesino.

De las 24 pre cumbres agrarias a la gran cumbre nacional

Durante Febrero y Marzo de 2014 se realizaron en 22 departamentos 24 Pre Cumbres con la participación de comunidades campesinas, mineras, indígenas, OS políticas y populares, juntas de acción comunal, obreros, víctimas y gente del común. Creados los escenarios amplios y democráticos orientados a la formación política de líderes, se intercambiaron propuestas sobre el qué hacer de la CA frente a la amenaza de la arquitectura global capitalista, vuelta realidad en sus territorios mediante: el despojo de la tierra, la exploración y explotación del petróleo, la contaminación ambiental y el modelo de monocultivos. Se reconoció que el peligro sobre sus vidas se daba con la militarización de los territorios, la estigmatización y la persecución al tejido social.

Trabajar desde lo local constituye un escenario estratégico para comprender las restricciones que se materializan en los territorios, la valoración crítica de las afectaciones genera en las OS un sentimiento de solidaridad, que embravece la resistencia evitando que la CA se debilite y proyectándola al ámbito nacional. En el entendido que “las oportunidades son también, y a la vez, muy localizadas y específicas” (McAdam, 1999, p. 70) se consolidan acuerdos para avanzar en el proceso de unidad y se traza el horizonte de la acción colectiva mediante la articulación local-nacional, siendo sus principios rectores: las identidades, la defensa de los líderes y la solidaridad frente a hechos que vulneren el bienestar de las comunidades. La CA no desconoce las tensiones internas que genera la quimera de la Unidad rural-urbana, sin perder el horizonte expresa

Toda la Cumbre va a luchar por el reconocimiento de las figuras territoriales. Hay algunos sectores que están diciendo que construyamos los territorios interétnicos e interculturales porque en algunas regiones hay comunidades indígenas, negras, campesinas y mineras que no son campesinos, que viven en el campo pero se dedican a otras actividades y cada una de estas comunidades tienen costumbres, culturas y medios de producción diferentes. El gobierno nacional lo que ha hecho es aprovechar que sus comunidades están en conflicto y agudizan el problema para que entre ellas se estén peleando por el territorio, pero no vamos a permitir ese tipo de cosas. Una de las tareas de la Cumbre hacia dentro es resolver los conflictos territoriales y construir formas de convivencia de comunidades interétnicas e interculturales. Entender que la riqueza de las comunidades es que los pueblos negros, indígenas y campesinos puedan construir sus modos de vida dentro de la comunidad (Lizarazo, CNA, 2016).

La Pre Cumbre teniendo como herramienta la Constitución de 1991 reclama un nuevo modelo de relacionamiento entre el campo-ciudad que los ponga en igualdad de condiciones, condena la acción legislativa en contra del pueblo colombiano, que parece construirse más para la guerra que la para la paz y cuestiona: la reforma a la salud, la propuesta de fuero militar, el estatuto de desarrollo rural y la ley de sostenibilidad fiscal.

El reconocimiento de la CA como una comunidad de intereses que articula distintos sujetos políticos a una identidad colectiva, crea oportunidades para sí misma y para otros (Tarrow, 1997, p.148) y al asumir el compromiso consensuado de cumplir el Mandato se acuerdan acciones para avanzar en el proceso de unidad. La materialización de los principios de su acción colectiva convertidos en formas de resistencias cotidianas, se acompañan de un trabajo político que robustece sus alianzas con: la Alternativa Bolivariana para las Américas –ALBA-, las plataformas de integración desde los movimientos y pueblos de América, los MS nacionales, organizaciones de DDHH y la Vía Campesina. La disponibilidad de aliados influyentes le permite a la CA construir relaciones de poder intermediadas para lanzarse a la escala política.

Gran cumbre agraria: campesina, étnica y popular

La CA de 2014 desafiando las condiciones de lo posible declara la ruta de su acción política con el Mandato por el Buen Vivir. Su pretensión de valorizar el carácter autónomo de la política defendida desde la base, gana como aliados representantes políticos de izquierda y al proceso de diálogo interétnico e intercultural que plantea una agenda unificada de lucha por la tierra. Abrigando la utopía de la democracia participativa y buscando el apoyo de los actores, cuyas armas en tregua daban inicio a un periodo de estabilidad democrática, se remite el Mandato a la Mesa de diálogos en la Habana.

Tabla 2. Mandato para el buen vivir.

Mandato para el buen vivir, por la reforma agraria estructural, la soberanía, la democracia y la paz con justicia social-Principios de autodeterminación política

BUEN VIVIR

Interculturalidad

El Buen vivir. Ejes:

*Reconfiguración de los roles estratégicos del Estado. *Recuperación de lo público. *Democratización de los factores de producción.

TERRITORIO

Territorialidad

Modelo de desarrollo con enfoque territorial. Ejes:

*Política rural.*Redefinir los usos del territorios. *Política de desarrollo económico de libre mercado. * Mejoramiento equitativo de la calidad de vida de la población.

Ordenamiento Territorial

Modelos de desarrollo con enfoque territorial. Ejes:

*Relaciones intersectoriales. *Calidad de vida de la población.*Régimen de subsidios que proteja la producción nacional. *Política de reforma agraria integral. *Prohibición de importación de productos agropecuarios estratégicos.

Ley de Reforma Agraria Estructural

Figuras colectivas de gobierno propio. Ejes:

*Resguardo de tierras indígenas. *Tierras de comunidades negras. * ZRC.*Redistribución y desmonte de la propiedad de la tierra y del latifundio.

Fortalecimiento economía propia

Situación de pobreza del campo. Ejes:

Déficit condiciones naturales para la producción: agua, tierra, trabajo.*Fomento adecuado de la explotación económica de tierras*Adjudicación de baldíos.*Constitución de la UAF.* Participación en las instancias de planeación y definición de la política agropecuaria.

AUTONOMÍA

Resistencia política

Procesos de Justicia social que motivan la resistencia política no violenta. Ejes:

*Reconocimiento de la CA como sujeto político.*Re significación del Estado. *Deslegitimación de la violencia.

SOLIDARIDAD

Justicia Social

Autodeterminación. Ejes:

*Transformaciones de condiciones de inequidad y exclusión * Desmilitarización de los territorio. *Apoyo negociaciones FARC y el ELN.

Fuente: elaboración propia.

En este escenario político donde se disputa la definición de los problemas del conflicto agrario y armado, la acción disruptiva de la CA reivindica las condiciones para su bienestar en los territorios redimensionando el valor otorgado a la soberanía y al poder que deviene del uso la tierra. Así afianza su reconocimiento como un sujeto político cuya convicción por la justicia social le abroga el derecho de reconfigurar las prácticas sociales dominantes.

Simultáneamente inician una movilización nacional que duro 15 días. Para este momento la CA había realizado 2 movilizaciones nacionales, 22 regionales y había apoyado el paro del Catatumbo, recorrer el país reclamando justica social y promulgando la acción no violenta es un ejercicio de soberanía popular que traza la construcción de la acción colectiva.

Comprendiendo la tensión que desestabiliza al gobierno, el presidente valora la coyuntura como una oportunidad para defender su apuesta por la Paz y asumiendo el costo politico de la oposicion conservadora adepta al “Pacto por el Agro y el Desarrollo Rural”, ordena a sus ministros continuar el diálogo con los sectores agropecuarios y campesinos para el cumplimiento de lo acordado. Santos ampara su determinación desde la institucionalidad creando el 3 de octubre la Mesa Única Nacional de negociación, mediante el decreto 870 de mayo del 2014.

Sorteando las dificultades Gobierno y Cumbre conforman 22 Mesas de dialogo con el apoyo del Departamento Nacional de Planeación para la formalización de 200 proyectos, algunos ejecutados. Después de 2 años de los 30 proyectos de infraestructura presentados: 1 no se consideró, 5 fueron aprobados y 24 fueron aplazados. Esta experiencia le plantea al MSP la necesidad de apropiar un manejo estratégico de la política económica y del conocimiento técnico relativo a la capacidad de negociación de recursos con el gobierno.

A manera de un cierre abierto, la realidad evidencia que la CA demuestra destreza para articular las demandas del Mandato Agrario con el Pliego de negociación entre las FARC y valora que el proceso de unidad liderado es decisivo para proyectar cambios políticos y económicos. Tras las movilizaciones pacíficas gana legitimidad social y es reconocida por el presidente, en octubre de 2014, como un actor político con espacio formal para negociar sus reivindicaciones con el Gobierno. Hecho que conduce a la negociación del decreto 870 de 2014 firmado entre las partes, la que pese al apoyo de mediadores los organismos de la ONU no logro conciliar el monto económico solicitado por la CA de 2,5 billones de pesos anuales y los 250 mil millones concebidos por Gobierno.

La creación de un Cerrem campesino que evalúe el nivel de riesgo y la situación jurídica de los líderes: unos encarcelados en el paro de 2013 por subversión y penalizados como terroristas; otros penalizados como narcos por cultivar hoja de coca. Tras la dilación de los acuerdos y el incumpliendo de los pliegos presentados, y, posterior a las movilizaciones del 24 de enero y 17 de marzo de 2016 la CA se levanta de la mesa de negociación, la discordia reside en los cambios estructurales al modelo socioeconómico avizorados por la CA que cuestiona el modelo neoliberal, la reprimarización de la economía, la confianza inversionista y la inversión extranjera potenciadas por el gobierno como estrategias de crecimiento y bienestar, con resultados inequitativos.

En este sentido la CA plantea el reto de su comprensión superando las variables del contexto para ubicar su dimensión de lo político en la apertura a la participación política, las alineaciones de las fuerzas políticas con las negociaciones del gobierno con las FAR y el ELN y la contención de dicho procesos.

Referencias

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1 Con base en el proyecto de investigación Escenario Político de Autogobierno Democrático: El caso de la Cumbre Agraria Étnica y Popular. Investigadora principal. Universal Central de Bogotá. Febrero Diciembre 2016. Investigación sin publicar.


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