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EVENTOS ARTES JAVERIANA

cubulart

Este período de pandemia nos ha hecho poner la brújula creativa hacia nuestro propio cuerpo como primer espacio de conquista y a la vez hacia nuestros espacios más íntimos y con esto, no solo nos referimos a nuestras casas y habitaciones, sino también a nuestras propias percepciones y reflexiones sobre el confinamiento, el aislamiento social y la cuarentena. Toda esta situación, llamada “nueva normalidad” nos ha obligado a pensarnos de nuevo la existencia, sobre todo a los más jóvenes que de repente ven su vida plagada de restricciones. Con esto en mente, en nuestro nuevo paisaje humano, hemos iniciado el proceso de hacer estas piezas en pequeño formato con y desde la danza contemporánea, diseñadas para espacios de 2×2 metros cuadrados y como un gran tablero de juego. Haciendo así, un paralelo en lo que se han convertido nuestras ciudades, en donde las reglas, la casa (el home), la distancia, el azar, la obediencia y otros factores empiezan a ser parte de nuestro día a día. Acostumbrados, como estamos, al estudio de danza y a las salas de teatro, al trabajo colectivo y al contacto físico, a través de este ensamble proponemos poner en juego lo “corpográfico” como un acercamiento en presente y en primera persona al trabajo de la composición realizando un mapeo personal e individual que nos permita dirigirnos de forma expresiva hacia nuestro hábitat corporal y hacia nuestra manera de habitar este tiempo. Le daremos la palabra al cuerpo. Trabajamos sobre una cartografía de aquello que nos mueve y nos conmueve de este momento a partir de tres preguntas, en tres tiempos diferentes: (pasado) ¿Qué he dejado de hacer en este tiempo? (presente) ¿Qué me ofrece este tiempo? y (futuro) ¿Qué quiero hacer a partir de este tiempo?   

Se nos ha restringido la movilidad, pero se nos ha abierto la posibilidad de crear nuevos mundos en soledad y, desde los microcosmos personales, con esta propuesta hemos empezado a contar nuestras “crónicas en retazos”. Crónicas que ponen en cuenta este momento histórico, que han hecho de cada uno de nosotros una ficha más de un juego gigante y global en donde, evidentemente, hemos empezado a ser parte de la noticia, a ser parte de la historia: una que tal vez no pensamos que llegaríamos a vivir.