El laboratorio de dramaturgia del movimiento tiene como objeto de estudio analizar, diseccionar, reflexionar y construir estructuras o tejidos para la creación de una pieza no verbal, donde el cuerpo es el protagonista. Ese mismo cuerpo que hoy por hoy y a lo largo de todo este proceso de Covid-A (como le llamo), se ha visto sometido al aislamiento, al distanciamiento social, al no contacto, sometido al mundo de lo virtual tecnológico, convirtiendo nuestros tan necesarios encuentros en el estudio en pequeños cuadros a través de una pantalla, reduciendo nuestros espacios habituales de creación e investigación a nuestras habitaciones, salas, alrededores de la casa, considerando que cada salida requiere que mantengamos una equis cantidad de medidas de bioseguridad para sentir que aún se puede seguir siendo parte de este mundo, uno que de todas formas cambiará radicalmente junto con todos nosotros. Lo que no cambia y ha persistido es el deseo, el anhelo de seguir en “movimiento”, es el movimiento mismo. –“Todo fluye, todo cambia…”– es la frase proverbial que se le atribuye a Heráclito, filósofo de la antigua Grecia. Y Platón lo retoma diciendo:
“Todo se mueve y nada permanece y en el mismo río no nos bañamos dos veces…”– Partiendo de este principio y con el deseo claro de empezar una batalla a partir de esa constante del movimiento y del dinamismo, poniendo nuestra brújula hacia la estrella norte que es la singular capacidad de reinventarnos, nuestra capacidad de juego y en el flujo constante de la creatividad nos adentramos a la exploración, al cuestionamiento, a crear vínculos y hallar relaciones entre las teorías sobre dramaturgia y las técnicas de improvisación que nos permitían generar lenguaje y que definitivamente alimentan el fuego de la disciplina investigativa, con la firme convicción de seguir creando narrativas con y desde el cuerpo-espacio de vida, cuerpo-casa, cuerpo-territorio de conquista, cuerpo-patria, desde aquí, desde ahí y allá diseñamos texturas y tejidos, entramados que hicieran un uso creativo de los elementos de la dramaturgia y terminamos identificando y organizando el tejido de acciones y tensiones, que son las que movilizan tanto al creador, como al ejecutante, como al participante. Hoy presentamos aquí una serie de piezas cortas como video- danza de diez talentosos creadores, dramaturgos, de diez que han sabido creer en la persistencia del movimiento y se han movido desde muy dentro de cada uno y como yo también están seguros que si “todo se mueve y fluye”, esto en lo que estamos también pasará, lo que se queda es las ganas de seguir haciendo y el arte de seguir danzando.