Egresados por la transformación social
A veces tras la costumbre se ocultan hasta los detalles enormes. Para nosotros, los javerianos, no hay nada más rutinario que ver la Universidad en obra. Basta recorrerla para encontrar siempre edificios en construcción, mejoras de los que ya están o adaptaciones de las rutas de acceso para que sean más incluyentes… Pareciera ser que la Pontificia Universidad Javeriana no estará nunca lista y aunque desde fuera, esto puede verse como una debilidad, nosotros sabemos que es nuestra mayor fortaleza – siempre podemos ser más, para servir mejor. A esto los jesuitas lo llaman el Magis y atraviesa toda la vida universitaria, ronda por las aulas de clase, habitando en el sinfín de proyectos sociales que la Universidad despliega a lo largo y ancho del país. Los javerianos creemos en la vida digna, en los demás, en un país en paz, en un país justo. Creemos que si todos nos implicamos y ponemos nuestros talentos al servicio, este país será mejor. Y, al igual que en las construcciones, al amor hay que ponerlo más en las obras que en las palabras [E.E 230]. Aunque muchos profesamos estos valores a veces nos resulta difícil ponerlo en acciones concretas. Como Universidad siempre hemos buscado tener egresados de alta calidad que canalicen su profesión a la construcción de una sociedad más justa y solidaria, pero ¿qué ha hecho la Universidad para apoyar y potenciar la incidencia que tienen sus egresados en la transformación de los desafíos sociales? La Red Javeriana de Transformación Social (RJTS) ha sido el espacio dispuesto por la Universidad para que sus egresados puedan seguir llevando a cabo sus apuestas por el cambio social del país, ellos son la comunidad extendida y donde se consolidan todas las apuestas de la Universidad. Por esto, no quisiéramos dejar de compartir los enormes aprendizajes y preguntas que nos ha dejado la Red luego de dos años de trabajo.
Cuatro aprendizajes
El primero es que los egresados necesitan nuevos contextos en los cuales participar. La costumbre, nuevamente, parece habernos hecho creer que la Universidad no es más que el lugar para formar nuestras habilidades técnicas y teóricas de distintas disciplinas. Sin embargo, el trabajo en la Red y las largas conversaciones con egresados nos han demostrado que para los profesionales Javerianos hay un sentido profundo de trascendencia que se concreta en una idea clara: dejar huella. Identificamos que una gran alternativa para relacionarse con ellos es desde lo que nos une, “construir esa Colombia que tanto soñamos”. Nuestro segundo aprendizaje es que los contextos hay que conocerlos antes de decir qué se debe hacer o cómo se debe hacer, pues es importante llegar con una actitud humilde y construir con el otro y para los otros; hemos sistematizado la experiencia en los programas y proyectos desde la línea de Saber y Responsabilidad Social Universitaria del Centro Pastoral San Francisco Javier, allí se ha identificado que un voluntariado enfocado en la transformación social implica un trabajo comunitario que busca construir sentidos conjuntos con todos los actores, realizar planeaciones participativas y construir desde ellos y para ellos. Por eso es fundamental que todo profesional que quiera aportar a la construcción de una nueva realidad se permita dedicar el tiempo de contextualizarse frente a su realidad, sentir propia la causa por la que está trabajando, para luego hacer una construcción colectiva que ponga en diálogo sus saberes profesionales con la experiencia de la comunidad y organización con la que colabora… la construcción participativa será el mejor camino. El tercer aprendizaje es sobre las instituciones. Cualquier proceso de voluntariado requiere una estructura institucional sólida. En la Javeriana nos hemos exigido y presentamos un modelo robusto y coherente con los procesos de transformación social el cual debe ser implementado en las organizaciones sociales aliadas. Hacer realidad este modelo en organizaciones que tienen amplios desafíos sociales es todo un reto, pero hemos decidido llegar donde más se necesita, sabemos y asumimos el tiempo que se requiere para que ellas puedan ir adaptando en sus estructuras estos procesos que mejoran la calidad, pertinencia y cobertura de sus acciones. Por último, en este proceso, hemos aprendido y confirmado lo que dice el P. Francisco De Roux, S.J. y es que debemos “ir a las fronteras, allí donde está el futuro y donde se construye lo nuevo”. No tiene sentido que nos quedemos aquí, en nuestra inmediatez, hay que trabajar con quienes nos cuesta y nos exigen, salir de la comodidad de la Javeriana y poder trabajar con las organizaciones que realmente lo necesitan. El Voluntariado es una gran oportunidad de participación ciudadana que necesita madurar y esa es nuestra misión: “Aportar a la transformación cultural del voluntariado en Colombia”, pero esto no va a pasar de la noche a la mañana, requiere tiempo, trabajo y talento. Por eso estamos generando procesos investigativos que pronto daremos a conocer. Actualmente estamos realizando investigaciones sobre voluntariado en: modelos de gestión, instrumentos de medición y valoración y procesos de acompañamiento. Estamos convencidos de que la mejor forma en que la academia puede aportar es generando conocimiento útil para la sociedad.