enero-febrero 2017 | Edición N°: año 56, nro. 1324
Por: Hoy en La Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



La entrevista empezó hablando de fútbol. Cuando llegó a su casa el fotógrafo de la Oficina de Información y Prensa, Carlos Prieto, quien trabaja en la Javeriana desde el año 1981, de inmediato Álvaro Dávila lo reconoció como uno de sus rivales en los partidos que se jugaban en la cancha de la Universidad. “Yo duré en la Javeriana de 1964 a 1992 y jugué fútbol todo ese tiempo, primero con el equipo de los estudiantes y luego con el de los empleados. Cuando era Decano entré a estudiar el posgrado en Ciencia Política y dadas las normas pude jugar con la Universidad como estudiante hasta 1975. Luego me hice muy cercano a Alonso Rosas, que era el director de fútbol, y con él logramos que los equipos de la Universidad jugaran en la Liga de Bogotá”. El entrevistado, Álvaro Dávila Ladrón de Guevara, fue uno de los decanos más jóvenes que ha tenido la Pontificia Universidad Javeriana, a sus 27 años fue nombrado en este cargo en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, pero como si fuera poco, después, en el año 1975, se convirtió en el primer Vicerrector Administrativo laico de la Universidad, cuando apenas contaba con 30 años. El tema del fútbol, una de sus mayores pasiones, sirvió para llamar la atención sobre la falta de una persona que escriba la historia del deporte en la Javeriana. “Esa es una historia que nunca nadie ha querido recoger. Curiosamente el deporte en la Javeriana, que ha sido muy importante, no ha tenido historiador, muy pocos saben que la Javeriana fue campeona nacional universitaria en Bogotá en el año 1963 y que ahí jugaba, entre otros, el odontólogo Marino Klínger, que luego fue delantero de Millonarios. La Universidad no son solo los rectores y los edificios, es también lo deportivo, lo cultural y el proceso de administrativo, que es muy interesante”, afirmó. Recordó que él estudió en la Javeriana por el fútbol. “Yo pasé en la Nacional, pasé en el Rosario, pero yo era muy amigo de un grupo de odontólogos que eran futbolistas todos, y ellos querían que yo estudiara odontología para estar en el equipo con ellos, pero tampoco era tan bruto (risas), yo sabía que la odontología no era lo mío. Yo no sabía si estudiar Derecho o Economía. Cuando me gradué del Bartolomé Mayor, el día que mataron a Kennedy, en 1963, me fui por la tarde para la Javeriana a inscribirme y en vez de irme para el segundo piso, donde estaba Derecho, me fui al tercero, y allí estaba el Padre Jaime Bernal, me pareció chévere y me presenté”. Antes existía la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas, y en 1963, en el rectorado del padre Jesús Emilio Ramírez, S.J., se separaron las dos facultades, la de Derecho y la de Economía. Es decir, Álvaro Dávila formó parte de la primera promoción de esa nueva Facultad. “Iniciamos en 1964 unos 50 estudiantes en el salón 319 del edificio central donde hicimos toda la carrera. Fueron decanos académicos míos Misael Pastrana Borrero, Guillermo Villaveces y Miguel Ángel González, y el decano de disciplina era el Padre Jaime Bernal, S.J.”. Se graduó en abril de 1969 y lo llamaron a dictar clases como profesor de tiempo parcial en el Departamento de Economía. A finales de 1970, Bernardo Gaitán Mahecha, que era en ese entonces Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, que conformaban Economía, Trabajo Social y Sociología, lo nombró Director del Departamento de Economía a partir de 1971. A sus 27 años, en 1972, el Padre Gerardo Arango, S.J., Provincial de la Compañía de Jesús, lo nombra Decano de la Facultad encargado ante la renuncia de Gaitán Mahecha. Y simultáneamente Guillermo Núñez Vergara, Director Financiero, lo nombró Director de Presupuesto. En noviembre de 1975, el Provincial lo nombra Director Administrativo y Financiero con categoría de Vicerrector y estuvo en el cargo hasta enero de 1986. Y a partir de ese momento fue miembro del Consejo de Regentes de la Universidad hasta 1992. “Me tocó vivir la etapa del nacimiento de una Facultad y luego uno de los procesos más importante que ha vivido la Universidad, que fue el cambio estatutario del Padre Borrero, que aclaró las relaciones entre la Universidad y la Compañía de Jesús y creó el Consejo de Regentes, dándole valor al laicado dentro de la estructura universitaria. El Padre Jesús Emilio Ramírez fue el gran comprador de tierras, eso fue una gran inversión, pero dejó ilíquida a la Universidad. En esa época llegó una comisión de expertos conformada por Jaime García Parra, Guillermo Núñez Vergara y Aníbal Fernández de Soto, que hicieron todo el estudio de reestructuración financiera de la Universidad y del Hospital. Cuando llegué estaba en plena efervescencia todo ese cambio y me tocó como Decano, como Director de Presupuesto y como Vicerrector”. En Cali existía en ese momento un programa de extensión de Contaduría Pública, que dependía de la Facultad, al que Álvaro Dávila visitaba como Director de Departamento una vez al mes. Existía un programa nocturno de Relaciones Industriales que luego evolucionó hacia Administrador de Empresas nocturno. Y además Economía pasó de ser anual a semestral. “Entonces me tocó toda esa evolución y la creación de la que es ahora la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas”. Entre anécdotas e historias continuó la entrevista durante una hora y media, con el fútbol en algunos momentos como columna vertebral de su relato, sobre todo cuando Álvaro Dávila recordaba personajes que fueron importantes en los procesos de los cuales fue protagonista, como Gilberto Troncoso, a quien recuerda como hincha furibundo del América, y quien tuvo mucho que ver en la creación de la seccional de Cali. “El fútbol es muy importante en todo, lo que pasa es que no le paran bolas, eso me ayudó a mí tremendamente para mi relación con los demás en mi paso por la Javeriana”.