Arte en el túnel: paz, reconciliación y perdón
A través del arte urbano se logran manifestar necesidades, creencias, inconformidades y diferentes sentimientos que se gestan desde la cotidianidad, permitiendo que el público circundante sea admirador de estas obras. En Bogotá, el arte urbano también ha ganado su espacio. Encontramos murales de “Guache”, “Pez” “Chanoir”, que se unen a un colectivo anónimo que permite que muchas paredes queden llenas de color y creatividad plasmando muchas veces un trabajo crítico, incluyente y transformador. Un espacio privilegiado para los artistas urbanos ha sido el túnel que atraviesa la carrera séptima a la altura de la calle 40, pues es un lugar que cuenta con un gran público que transita diariamente y que puede llegar a inspirarse durante su transitar, con la creatividad presente en este lugar. Se le ha confiado al Centro Pastoral San Francisco Javier liderar y asumir el manejo de las iniciativas artísticas que puedan dar vida a uno de los muros transversales que allí se encuentran. En los últimos 3 años se han abierto convocatorias para que los artistas que deseen, puedan participar con sus propuestas, apoyándose en un tema central sugerido por el Centro y en sintonía con contextos actuales. Muchos de los postulantes son estudiantes de la Universidad Javeriana que refuerzan su vocación y articulan su proyecto profesional con sus habilidades artísticas. Luego de un proceso de selección de las obras de diferentes postulantes, se elige aquella que logre transmitir un mensaje claro y actual ante las situaciones que se viven en el país. Siempre, un artista diferente ha ganado la convocatoria. Para el 2017 el mural del túnel presenta sus imágenes centradas en el tema: Paz, reconciliación y perdón. Se espera que esta intervención artística pueda impregnar con fuerza y sentido los contextos universitario, ciudadano y de vida de los transeúntes. Su creación estuvo a cargo de Gabriel Henao, estudiante de Artes Visuales de la Javeriana, quien fue escogido junto a su grupo de artistas “Taller Obra Negra” para desarrollar la intervención durante las primeras semanas de diciembre. Con estas imágenes el artista manifestó su interés en expresar de manera metafórica, el mecanismo de deshumanización en que vive muchas veces el ser humano, para luego romperlo y humanizarse. Las máscaras expresan la animalización para desvanecerse y dejar ver el rostro empático del otro; pues considera que la reconciliación solo será posible, cuando se abandonen o transformen los imaginarios y representaciones que durante la guerra fueron gestadas, instauradas y normalizadas. Se espera que el nuevo mural suscite en quien pueda contemplarlo, el deseo de tener siempre presente en su acontecer diario la necesidad de que cada vez más caminemos hacia un mejor mundo para todos. Este es un aporte que se realiza de cara al logro de una sociedad más justa, sostenible, incluyente, democrática, solidaria y respetuosa de la dignidad humana.