Enero-febrero 2009 | Edición N°: año 48 No. 1244
Por: Ana María López Herrera | Pontificia Universidad Javeriana



Cada año la Universidad Javeriana recibe alrededor de 1.500 estudiantes de diferentes partes del país. Jóvenes provenientes de Santander, Tolima, Sucre, Risaralda, entre otras muchas regiones de Colombia, deciden abandonar su lugar de origen para enfrentarse a los nuevos retos capitalinos con una idea en mente: ser profesionales de una de las más prestigiosas universidades del país.

Para muchos jóvenes neojaverianos como Julio César, Nicolás y Daniel la adaptación a la capital no ha sido fácil, pues problemas como la inseguridad, el tráfico, el tiempo, la soledad, la comida, entre otros tantos factores que se viven a diario en Bogotá, ahogan sus expectativas y motivaciones. Sin embargo, para ellos uno de sus sueños más grandes desde que estaban en el colegio se está haciendo realidad. Estos neojaverianos procedentes de Inírida, Chiquinquirá y amazonas aseguran que a pesar de las circunstancias a las que se tengan que enfrentar en Bogotá eso no será una barrera al momento de cumplir con su mayor meta: Ser egresados javerianos.

Todo gracias a una beca

Julio César Ruiz, llegó a Bogotá procedente de Inírida. gracias al haber logrado el puntaje del ICFES más alto del departamento del Guanía, se ganó una beca para estudiar Contaduría Pública en la Javeriana. aunque advierte que la llegada a Bogotá no ha sido agradable, pues ya ha sido víctima de un atraco y ha tenido que cambiar el río por el caos vehicular de la ciudad, su meta sigue en pie: sueña con trabajar en el desarrollo del país y crear nuevas políticas económicas. además quiere hacer un viaje al Brasil, para obtener mayores conocimientos académicos. Ser primíparo en la Javeriana también le sirvió para enterarse que tenía una hermana en Bogotá y que sería la encargada de hospedarlo en la ciudad. así fue. Hoy aunque añora el paisaje de Inírida, sabe que le esperan cinco años de Carrera.

Ser todo un médico javeriano

Daniel Alfonso Aguilar llegó de Chiquinquirá para estudiar y convertirse en un gran médico. Según él, mi mayor ilusión es poder vestir con orgullo el uniforme de medicina de la Javeriana”. asegura, que cuando ve a los estudiantes de medicina uniformados siente un gran escalofrío que recorre su cuerpo, pues ésa es una de sus mayores ambiciones. Para este estudiante lo más difícil ha sido adaptarse a las exigencias académicas, pues en su colegio en Chiquinquirá el método de estudio era muy diferente al que tiene que enfrentarse cada día en su Carrera. Por eso, decidió hacer el pre médico, pues quería reforzar sus conocimientos y tener el mejor promedio para entrar directamente a estudiar medicina sin necesidad de hacer el examen, requisito indispensable a la hora de estudiar este pregrado.

El transmilenio se convirtió para Daniel en el transporte ideal de su casa a la Universidad. Cuenta como anécdota, que fue difícil adaptarse a él, pues en Chiquinquirá el medio de transporte más usado es la moto y nunca se había perdido. En Bogotá se perdió una vez, tratando de llegar a la universidad se equivocó de estación y terminó cuatro más adelante, lo que le acarreó una llegada tarde a clase y la burla de sus compañeros bogotanos. Por eso, ahora anda con mapa en mano.

El único estudiante del Amazonas ni el ajiaco y ni el puchero han podido reemplazar la fariña y la calabresa, platos típicos del amazonas que solían deleitar Nicolás Aguirre, estudiante de arquitectura. la fariña es un polvito que se hace de la yuca y la calabresa es como una salchicha ranchera pero más grande, es muy rico y aquí no he contrato esa comida, dice Nicolás con una gran sonrisa. las maquetas, los dibujos, entre otras tareas típicas de su Carrera, han sido factores difíciles para Nicolás, pues el costo de vida en Bogotá es mucho más alto que en Leticia. Para él aprender a manejar el dinero ha sido algo complicado, pues aunque cuenta con la ayuda económica de sus padres, tiene que hacer cuentas diarias, semanales y mensuales ya que, a diferencia de los bogotanos o quienes tienen familia en esta ciudad, nicolás debe pagar arriendo, comida, transporte y los materiales que necesita para realizar los trabajos de la universidad. los sueños de nicolás se enfocan en regresar a su tierra a ejercer su profesión. la idea de abandonar Colombia no está en su mente como les sucede a muchos jóvenes en el país.

Cada año diversos jóvenes colombianos llegan a la capital con una esperanza y muchas metas por cumplir, algunos no logran estudiar en las universidades bogotanas, pero otros, con muchos esfuerzos y ganas terminan sus estudios con la plena satisfacción de haber cumplido con sus propios proyectos de vida.