Diciembre 1986 | Edición N°: 924
Por: María Teresa Gnecco | Pontificia Universidad Javeriana

Editorial


Hace ya un año que en solo una noche Armero se convirtió de una región fértil, próspera y llena de vida en un gran cementerio, angustiosamente apacible con rasgos que revelan una gran tragedia. Cuando la mayoría de las personas dormía, sobrevino el ruido, la confusión y el río se salió apresuradamente de su cauce. Se veía aproximarse a una gran velocidad arrasando con casas, árboles, animales, vehículos y todas las personas que encontraba a su paso: niños, ancianos, jóvenes y familias enteras que en vano trataban de permanecer juntas agarrándose como podían mientras todo se cubría de lodo. Es muy difícil descubrir el sufrimiento y la angustia de esa noche y de los día siguientes, llantos y gritos en[…]