IV. Investigación y docencia

Sentidos de la práctica docente ante los contenidos digitales: recursos de comunicación en los ambientes virtuales de aprendizaje

Sandra Melo Zipacón

Magíster en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social. Especialista en Docencia Universitaria. Psicóloga. Once años de experiencia como docente en ambientes virtuales de aprendizaje (AVA).

Resumen

La comunicación viene reconfigurándose a partir del uso de las TIC, lo que genera alternativas de interacción-interactividad, por medio de dispositivos más abiertos y no lineales, nuevas formas de recrear la realidad física y virtual, a partir de recursos multimedia, para facilitar la comunicación docente-estudiante. La metodología se desarrolló bajo el método de etnografía virtual; lo etnográfico que involucra la descripción de vínculos y formas de sociabilidad, y lo digital, como un fenómeno social de dinámicas complejas de asociación y de relaciones espacio-temporales. La muestra fue estratificada al considerar los criterios de docente del programa de Psicología y con cinco o más años de experiencia en rol de director de curso; se contó con la participación de nueve directores de curso, a quienes se les aplicó entrevista y encuesta en línea. Los principales resultados dan cuenta de que las rutas para el diseño y uso de determinados contenidos digitales se piensan tanto en la intencionalidad que adquiere para el aprendizaje, como en que esta sea interpretada de forma efectiva; significa ponerse en el lugar del otro y que en la práctica se está en constante actualización de estrategias, al ampliar las posibilidades del saber práctico y de opciones de construcción de tejido social.

Palabras clave: comunicación, cibercultura, multimedia, contenido digital.

El fenómeno

Las actuales dinámicas de la denominada sociedad del conocimiento, se encuentran inmersas en dos procesos que Martín-Barbero (2004) propone como transformadores de la cultura; tales son, la revolución tecnológica y la revitalización de identidades; la primera, marcada por la presencia y acelerada innovación de una serie de dispositivos y plataformas que transforman las maneras de comunicación y de producción de conocimiento; la segunda, representada en los modos de percepción y de situarnos ante una realidad física y virtual; que dentro de un paradigma que centra el poder en el acceso al conocimiento, indudablemente reconfiguran las prácticas culturales.

En tal sentido los productos y procesos de la comunicación son más abiertos, dinámicos e instantáneos haciendo que lo digital tenga un alto campo de interés ante el cómo percibimos, recreamos y comprendemos la realidad de una sociedad denominada posmoderna; una sociedad en la que entre en tensión lo global y lo local, lo público y lo privado, lo abstracto y lo concreto.

El Objeto de estudio

La presente investigación se delimita con directores de curso del programa de psicología de la Escuela de Ciencias Sociales Artes y Humanidades de la UNAD, ente educativo que precisamente oferta la modalidad en ambientes virtuales de aprendizaje y que acompaña este proceso desde y para las diferentes regiones; representan un campo de interés profesional ante los componentes de la comunicación inmersos en los contenidos digitales, además vistos desde la perspectiva del desarrollo y el cambio social.

Los referentes

Entender lo digital, necesariamente convoca a un análisis de la comunicación no lineal y en el terreno de la práctica docente convoca al reconocimiento de los componentes pedagógicos, didácticos, tecnológicos y culturales, que hacen posible estos nuevos sistemas de comunicación, a través de los cuales se plasma un texto, una imagen, un color, una forma, una narrativa que habla y da cuenta de un tema, una realidad, un conocimiento; texto e ideas representados en un producto que se denomina contenido digital, y cuyo valor comunicativo dentro de los ambientes virtuales de aprendizajes, es un proceso que involucra experiencia, saber e intencionalidad de un actor académico a cargo de facilitar el acceso al conocimiento en el marco de las nuevas dinámicas culturales. Lo complejo del asunto está en reconocer el efecto o las formas de interpretación que logra en otros, las formas en que afecta a otro ser humano, a otro colectivo de personas que acceden a ese producto multimedia, lo reproducen o lo transforman.

Estas categorías, permiten desde el énfasis de un componente de la comunicación, el desarrollo y el cambio social, el reconocimiento de la dinámica interactiva y los sentidos desde las acciones pedagógicas y didácticas que se van estableciendo, permitiendo un campo de análisis desde una dimensión más amplia y compleja de lo que precisamente involucra la comunicación como una esfera de construcción de comunidad, y más cuando en el discurso – precisamente de los escenarios académicos- es hablar de una comunidad con identidad cultural, equitativa y democrática.

El fenómeno de lo digital, como aquello que viene reconfigurando los territorios, los modos de situarnos en ellos y en esa medida su efecto con todo lo que involucre la actividad humana y hace que se construyan otros sentidos. El sentido como el resultado de las “habilidades comunicativas que permiten captar el contexto en la praxis” (Brunner, 1991), el sentido reconfigura la comprensión de la existencia desde la experiencia, además en el marco de un sistema de representaciones constituidas histórica y culturalmente: en este punto, lo cultura ocupa un lugar fundamental, que más allá de una moda, se trata de “un proceso civilizatorio, que impacta en los ámbitos más trascendentes de la vida humana, un gran cambio en relación con nuestros modos de ser y estar en el mundo, que se vuelve lo cotidiano y de hecho de nuestra manera de percibir y de representarnos tanto a nosotros mismos como a los demás” (Doueihi, 2010).

Nuevas interacciones y territorios inmersos en aquello que se entienden como cibercultura; pero para ser más exactos, retomemos a Pierre Lévy, quien la define como el “conjunto de las técnicas, prácticas, actitudes, modos de pensamiento y valores que se desarrollan conjuntamente en el crecimiento del ciberespacio” (Citado en Barragán, 2013).

Se trata de otras formas de ver, crear, transmitir y reproducir la experiencia humana en un momento de posmodernidad cuyo paradigma centra el poder en el conocimiento, y las tecnologías representan las formas de acceso al poder; justamente “las tecnologías cambian la vida y se puede cambiar las vida a través de las tecnologías” (Molinuevo, 2005); por su parte Manuel Castells (1998), establece que “las culturas virtuales son mediaciones entre cultura y tecnología, y constituyen sistemas de intercambio simbólico en redes virtuales mediante los cuales se configuran sentidos colectivos, formas de representar lo real y nuevas sensibilidades”.

Por consiguiente, más allá de conocer las oportunidades que las tecnologías brindan en diferentes ámbitos de acción social, el interés investigativo radica en comprender el proceso del cómo emerge la construcción de sentidos y cómo se articulan los sistemas sociales en estos escenarios de lo digital; y cuyo objetivo se centra en analizar los sentidos que los docentes directores de curso del programa de psicología de la UNAD atribuyen ante el diseño y uso de los contenidos digitales como recurso de comunicación en los ambientes virtuales de aprendizaje.

El nuevo contexto educativo exige una figura distinta de docente, sobre todo si nos situamos en el plano de la comunicación, del intercambio de ideas y experiencias, cuyos rasgos superen la función transmisora para completarla con una dimensión más dinámica como formulador de problemas, provocador de interrogantes, coordinador de equipos de trabajo, sistematizador de experiencias.”(Pérez, F. y Aguaded 2009, p. 2)

Siendo reiterativos, más allá del uso o apropiación de las tecnologías, se trata del reconocimiento de las nuevas formas de interactividad humana; comprendiendo las funciones de los recursos multimedia , pero especialmente el tema de la actitud abierta, critica y reflexiva ante la información, fuentes y contenidos digitales que se diseñan, recrean o se seleccionan ante la presencia de una red mundial de información, y cuya intencionalidad en los procesos de formación, van más allá de unas competencias profesionales, porque también es hablar, pensar, en un tipo de ciudadano o ser humano participe y dinamizador del conocimiento; un conocimiento que para la sociedad actual representa el mayor valor intangible; en fin, un proyecto de humanidad que pone en “juego los sistemas simbólicos, los sistemas normativos y los sistemas de expresión de las diversas localidades donde están insertas; lo que da a los individuos un arraigo y unos fines, y la universidad como apropiación de sentido”. (Restrepo, 2002).

De manera que un aspecto clave de estas acciones educativas está en la intencionalidad con la que se representan social e individualmente los significados; aquello que lleva a pensarnos en una racionalidad de la modernidad; que desde lo estético dan lectura a lo bello y lo feo; desde lo ético, establecen lo bueno y lo malo; y desde el conocimiento, validan lo cierto o lo falso. Se habla y actúa en contextos y tiempos de códigos binarios donde se comprende la propia experiencia y las comprensiones que no son propias. De ahí que la “cibercultura performa múltiples concepciones del mundo, del ser humano y de la sociedad” (Barragán, 2013).

Evidentemente desde la práctica docente se hace uso de muchos recursos de las TIC, que más allá de mediatizar un proceso de aprendizaje y de comunicación, es sumamente importante señalar que la multimedia posibilita constituir subjetividad; eso que se crea y recrea desde la experiencia humana y queda cuenta de una narrativa, una estética y un conocimiento que se ha reconfigurado a través de la experiencia, de aprendizajes previos, de modas, de costumbres, y que evidentemente nos acercan y nos conecta como seres humanos; e indudablemente se establecen lazos y tejido social cuando participamos, creamos y recreamos un mensaje, una imagen, una voz, que llevan una intencionalidad, en este caso educativa; en consecuencia se atribuye sentido al contenido digital, pero el contenido digital es fiel representación de los sentido que se construyen desde la práctica, de un aprendizaje abierto y de un referente de cultura.

La multimedia, el hipertexto y la interactividad son componente de la cultura digital y aunque se reconfiguran las formas de la comunicarnos y de comprender lo humano, al estar ante nuevos territorios, nuevas reglas y múltiples y constantes cambios; es objeto de las ciencias sociales profundizar sobre el fenómeno de la comunicación digital, que como producto y proceso contiene una intencionalidad ante las estructuras de poder, contiene subjetividad y hace posible que desde ellas se construyan alternativas para el desarrollo humano, tema lo que mantiene debates sobre qué tipo de desarrollo hablamos.

Más que el uso de los aparatos, es lo que se construye comunicativamente en esa dinámica de la convergencia mutimedial, una convergencia que demarca la necesidad de otras dinámicas y relatos, porque se adquieren componentes frente al rol de usuario del sistema y comunidades virtuales, que existen en una cultura y en la cotidianidad y que se reconfiguran dado todo el contexto de lo que hoy se define y comprende de lo digital o de la cibercultura, “las tecnologías de la información y comunicación han operado modificaciones significativas en los modos de ser, estar y hacer en el mundo” ( Marotias et al., en Lago, 2012)

Ciertamente son amplios los campos de comprensión del tema; sin embargo, la propuesta de esta investigación se centra en el componente de la comunicación, no sin ello lo educativo y lo tecnológico son componentes transversales porque como lo establece Claudio Rama (2012) son múltiples los impactos y dimensiones que las tecnologías han generado en los sistemas universitarios y en los modelos educativos; reconoce que la principal ventaja de las tecnologías en la educación es la de posibilitar el acceso a la formación profesional y también señala que el aumento de objetos virtuales de aprendizaje generan mayor interacción en el proceso mismo del aprendizaje. Por su parte, Ardila (2009) define que los nuevos roles y competencias para el ejercicio de la docencia en ambientes virtuales requieren replantear la práctica tradicional; las competencias exigen habilidades y destrezas para la gestión y uso de recursos tecnológicos en los ambientes virtuales de aprendizaje.

Para la UNAD, como ente educativo en modalidad virtual, las tecnologías son un componente que indiscutiblemente han posibilitado el acceso a la educación y ocupan tanto en el discurso como la práctica un lugar relevante y desde la parte académica se viene estableciendo un conjunto de acciones que conlleven al fortalecimiento y articulación de los procesos de comunicación con los estudiantes, las estrategias metodológicas y los propósitos de los cursos y que justamente responde a exigencias de tipo legal, pues el decreto 1295 de 20 de abril de 2011, Artículo 17, define que los programas virtuales, adicionalmente, exigen el uso de las redes telemáticas como entorno principal, en el cual se lleven a cabo todas o al menos el ochenta por ciento (80%) de las actividades académicas” (MEN, 2010).

El abordaje

Al comprender lo digital como una forma de cultura emergente, resulta pertinente, además de coherente, un abordaje investigativo también bajo un método emergente; tal es la etnografía virtual, que se orienta al estudio detallado de las relaciones en línea, bajo la comprensión de que las TIC no solo son un artefacto sino que posibilitan el establecimiento de vínculos y formas de sociabilidad. Aspectos que dentro de la investigación de orden social implica un reto y abre nuevos campos para el análisis de la metodología cualitativa.

Christine Hine (2000) establece que la etnografía virtual permite un “estudio detallado de las relaciones en línea, de modo que Internet no es sólo un medio de comunicación, sino también un artefacto cotidiano en la vida de las personas y un lugar de encuentro que permite la formación de comunidades, de grupos más o menos estables y, en definitiva, la emergencia de una nueva forma de sociabilidad”.

Un proyecto inscrito en la línea de investigación -Narrativas, representaciones y tecnologías mediáticas1-, donde la narración en sí misma, es una tecnología porque representa un nivel de dominio ante el entorno y porque también es un medio que representa y transmite relatos, ámbito de la experiencia humana de docentes con 5 años de experiencia en el rol de director de curso y pertenecientes al programa de psicología de la UNAD.

Los sentidos

Los resultados dan cuenta del sentir, las experiencias y perspectivas de lo humano, aquello que el director de curso desde su práctica ha logrado comprender ante el uso y diseño de los contenidos digitales, en el cual cabe resaltar como aspecto relevante de la comunicación, que como producto, el contenido digital representa un material de orden pedagógico y didáctico creado para que el usuario acceda a él; pero que tiene todo un trasfondo, en tanto el proceso de diálogo de docentes pertenecientes a una red académica, que lo estructuran; un proceso de lenguaje y de cultura que a través de símbolos, colores, estética buscan llamar la atención para hacer entender una idea, conceptos y unas instrucciones; pero lo más relevante ante los hallazgos radica en la dimensión en que contenido digital adquiere como recurso comunicativo a través del cual se logra conectar al estudiante, motivarlo y hacerlo participe de un escenario de aprendizaje.

Es una forma en el que igualmente se pone en juego el sistema de interpretación de lo cotidiano, de lo complejo, de lo posible en el marco de las experiencias y contextos de lo físico y lo virtual. Por un lado, la plataforma MOODLE, representa en los sentidos de la práctica docente la oportunidad de explorar un conjunto de herramientas y recursos para el diseño del curso, la oportunidad de ampliar formas de comunicación a partir del conjunto de códigos, rutas e interfaces que se proponen desde los lineamientos institucionales, pero integrando un toque personal desde su práctica, desde su experiencia, desde el interés de fortalecer la dinámica de cada actividad y contenido, con el fin de que el estudiante encuentre un ambiente amigable y con información suficiente y clara para alcanzar los propósitos de aprendizaje.

La plataforma como el espacio de encuentro que reconfigura los lazos sociales y vínculos afectivos entre personas que establecen otros sistemas de comunidad desde lo digital y que hace necesario el manejo de esos códigos para lograr una estructura coherente y efectiva dentro del proceso educativo. Al desconocer esta estructura, el manejo quedaría como simple operatividad; que es posible y que responde a las lógicas del acceso libre, abierto y gratuito; pero se distancia del acto humano, punto de análisis desde el desarrollo y el cambio social, cuando precisamente desde lo digital se dispone de multiplicidad de datos haciendo precisamente más necesario contar con personas expertas y cualificadas que guíen hacia que fuentes y debates que desde lo científico, desde lo ético y desde los estético comuniquen, acerquen y posibiliten otras redes de tejido social.

Otro aspecto relevante a destacar es el relacionado con la competencia comunicativa cuyo análisis permite identificar que se integra por cinco factores: tecnológico, pedagógico, institucional, afectivo y disciplinar. El primer factor, aboga por el uso y apropiación de las aplicaciones y dispositivos digitales para establecer la comunicación; el segundo, trata de la reconfiguración que se hace para que un material sea más didáctico e interactivo; el tercero que establece el uso del logo institucional y unos parámetros de las formas de comunicarnos en un AVA que se conoce como netiqueta; el afectivo, como un factor muy relevante al hacer sentir el acompañamiento y esto fortalece lo comunicativo en dos sentidos, uno el desarrollo expresivo y otro el de participación; por último, lo disciplinar con el dominio en un área específica y que le permite la selección y diseño desde el área.

Teniendo en cuenta que el sentido es una habilidad comunicativa que permiten captar el contexto en la praxis, estos relatos resaltan las comprensiones que se han construido desde la práctica docente, que con relación al diseño, uso y selección de los contenidos digitales, el principal sentido que se ha construido es el de lograr una comunicación clara, simétrica y coherente; que exige de unas competencias comunicativas, que responde a una acción planeada y enriquecida desde la experiencia, porque se ha aprendido a estar en el lugar del otro, a pensar de qué manera el dato o la información llega a ser funcional para el otro; una tarea que se enriquece gracias a la multimedia porque brinda diversidad, interactividad y aprovechamiento de aplicaciones y recursos para personas también con diversidad cultural, cognitiva y afectiva.

Lo digital como eso abstracto que abre alternativas para dinamizar las realidades concretas, y cuya dimensión para el desarrollo humano aún se desconoce, porque la sociedad posmoderna lo ha establecido de una forma apresurada y cotidiana, pero indudablemente encierra un gran valor ante el tejido social, porque aquella palabra, imagen, video, audio..., más que un material objetivo, está constituido por la subjetividad, y es importante identificar que el director de curso genera sentido ante el otorgarle vida o humanizar ese material didáctico; sentido que impacta en los procesos de conformación de estilos de su práctica docente, que se encamina a la formación de personas y un tipo de ciudadano que genera efectos en los procesos de transformación de grupos, comunidades, regiones. Es por ello, que se propone la categoría frente a las opciones de construcción de tejido social, porque se trata del encuentro de subjetividades, de acompañar la formación, una formación igualmente pensada en el marco culturar; es decir pensada hacia un tipo de profesionales y ciudadanos que se reconocen igualmente dentro de las dinámicas de lo digital.

Los sentidos de la práctica docente ante qué tipo de contenidos digitales se usan, diseñan o seleccionan, no es solo un acto de atribuir a algo ya hecho, sino que se trata del cómo se reconfiguran y se construyen, al comprender que en la Web 2.0 y 3.0 las innovaciones son constantes y los sujetos gestor-usuario son precisamente quienes crean y reproducen los contenidos en una relación tiempo-espacio más abierta. Sentidos en el marco de una cibercultura dónde se performa múltiples concepciones del mundo, del ser humano y de la sociedad. El docente valora y asume su rol como acompañante de un proceso de formación de otros y busca abordar diversas estrategias para comunicarse, una comunicación igualmente abierta al debate y que busca sea efectiva en ese intercambio y consenso de opiniones, las cuales provienen de las formas de ver y vivir las múltiples realidades.

Referencias

Ardila, M. (2009). Docencia en ambientes virtuales: nuevos roles y funciones. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, 28.

Barragán, D. (2013). Cibercultura y prácticas de los profesores. Entre hermenéutica y educación. Bogotá D. C.: Universidad La Salle.

Doueihi, M. (2010). La gran conversión digital. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina, S. A.

González, E. (2005). La tutoría en la Universidad Colombiana: Etapas, procesos y reflexiones. Revista Historia de la Educación Latinoamericana Rhela, 7.

Hine, C. (2004). Etnografía virtual. Colección nuevas tecnologías y sociedad. Barcelona: Editorial UOC.

Lago, M. et al. (2012). Ciberespacio y resistencias. Exploración en la cultura digital. Buenos Aires: Hekht Libros.

Lèvy, P. (2007). Cibercultura: la cultura de la sociedad digital. México: Universidad Autónoma Metropolitana.

Martin-Barbero, J. (2004). Tecnicidades, identidades y alteridades: desubicaciones y opacidades de comunicación en el nuevo siglo. Tecnocultura y comunicación. En X cátedra UNESCO de comunicación social. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana

Pérez, M., Fandos-igado, M., y Aguaded, J. (2009). ¿Tiene sentido la educación en medios en un mundo globalizado? Cuestiones pedagógicas. Sevilla: Universidad de Sevilla.

Restrepo, M. (2002). La docencia como práctica, el concepto, un estilo, un modelo. Bogotá D. C.: Pontificia Universidad Javeriana.

Sánchez Upegui, A. (2005). Las voces de la comunicación: Reflexiones y apuntes para una adecuada interacción en el ámbito de la virtualidad. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, (14).

Unigarro, M., y Rondon, M. (2005). Tareas del docente en la enseñanza flexible (el caso de UNAB Virtual). Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento, 2(1).

Zambrano, W. (2006). Impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el rol del docente y discente en la educación virtual. Revista U.D.C.A. Actualidad & Divulgación Científica.


1 Línea de investigación Maestría En comunicación. Desarrollo y Cambio social. Universidad Santo Tomas.


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