IV. Comunicación, política y cambio social

Percepciones de la ciudadanía del Oriente antioqueño frente al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC: realidades, propuestas y medios de información

Paula Andrea Arango Cardona

Estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social de la Universidad Católica de Oriente.

Robinson Henao Londoño

Estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social de la Universidad Católica de Oriente.

Resumen

Conocer las percepciones de la ciudadanía frente a los acuerdos de paz permite descubrir qué factores interpelan al ser humano a la hora de tomar partido en coyunturas históricas como la que hoy vive Colombia. A partir del proyecto de investigación Estrategias de comunicación para el cambio social: cómo acercar a la ciudadanía del altiplano del Oriente antioqueño a comprender el proceso de paz entre el Gobierno nacional y las Farc, en la fase inicial se propuso indagar las percepciones ciudadanas frente a los acuerdos, al analizar variables como el conocimiento y la aprobación/rechazo de los acuerdos, los factores que interpelan a la población, el rol de los medios de información y las propuestas de la misma ciudadanía. En esta ponencia presentamos los resultados de esta fase, que corresponde a nuestro primer objetivo. El análisis se hizo con base en encuestas de percepción realizadas en tres municipios: El Carmen de Viboral, El Retiro y La Unión. Esta muestra es relevante por sus condiciones y su vivencia del conflicto. Además, durante esta fase y para darle contexto a estas percepciones ciudadanas, en la investigación se consultaron seis expertos, profesionales en derecho, trabajo social, filosofía, comunicación social y teología.

Palabras clave: proceso de paz, percepciones, medios de comunicación, ciudadanía.

Contexto

El Oriente Antioqueño es una región que comprende 23 municipios y se divide en 4 zonas, Embalses, Bosques, Páramo y Altiplano, considerablemente importantes en la configuración histórica, política y económica del departamento y el país.

El proceso histórico que se ha vivido en el Oriente Antioqueño de poblamiento, urbanización, desarrollo y ocupación del territorio a lo largo de las últimas décadas ha configurado una ocupación desequilibrada en términos de distribución, vocaciones productivas, actividades económicas y usos del suelo; factores que influyeron en la consolidación de la violencia y la guerra desmedida entre los actores armados: tres ilegítimos, FARC, ELN y Autodefensas y uno legítimo, el Estado.

El Oriente Antioqueño, considerado un punto geoestratégico para los diferentes actores armados, ha sido un territorio que ha sufrido directa e indirectamente en sus zonas el conflicto armado entre los diferentes grupos. Las FARC junto al ELN, las AUC y en algunas ocasiones el Estado, perpetraron innumerables violaciones a los derechos humanos que marcaron a los habitantes de esta región e influyeron en las dinámicas sociales del territorio.

Es la tercera región más afectada por la guerra, después de Montes de María y el Catatumbo. En cifras, “desde antes de 1997 y hasta el 30 de noviembre de 2012, se habían producido 167.167 víctimas en el Oriente Antioqueño” (Restrepo, 2015). La población de la región se estimaba en 378,343 habitantes. Durante este tiempo ocurrieron 1.608 actos violentos, 14,997 homicidios, 1777 desapariciones forzadas, entre muchos más casos que acrecentaron las cifras de las víctimas en el territorio.

Hoy, Colombia intenta dar fin al conflicto interno mediante las salidas negociadas con los actores armados. Ya en el período 2003-2006 el gobierno de Álvaro Uribe desmovilizó a las AUC cuyo proceso, Justicia y Paz, ha sido objeto de múltiples reparos. Luego de que el Estado reconociera la existencia de un conflicto armado interno, su responsabilidad en diferentes sucesos ocurridos en el marco del conflicto y su imposibilidad para ganar por la vía militar; y de que la guerrilla aceptara que la única vía legítima para defender sus ideales era la vía política-democrática y no la lucha armada, Colombia se piensa en transiciones futuras hacia un posacuerdo general determinado por la posibilidad de entablar mesas de diálogo con las diferentes insurgencias.

Con la guerrilla de las FARC y luego de casi cuatro años de negociación el gobierno colombiano logró un acuerdo para el fin del conflicto, este acuerdo discutió una agenda orientada a políticas de desarrollo agrario integral, participación política del grupo armado, solución al problema de las drogas ilícitas, víctimas, implementación verificación y refrendación de los acuerdos y el punto final, fin del conflicto. El acuerdo no fue legitimado por el pueblo colombiano en las urnas, como se demostró el 2 de octubre.

Se sabe que con el ELN ya existe una agenda de negociación en torno a desarrollar puntos como participación de la sociedad en la construcción, la democracia y las transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado e implementación; y que por su carácter de reincidencia las Bacrim o células del paramilitarismo no podrán acceder a una mesa en las condiciones que tienen las FARC y el ELN.

Influencia de los medios de comunicación

La manera en la que el pueblo colombiano asimila las coyunturas que se dan en los diferentes ámbitos está determinada por diferentes factores sociales, económicos, políticos, culturales, ideológicos en general. La recepción y decodificación de los mensajes depende, en gran medida, de la ideología, que no se encuentra solo en los medios de comunicación, pero estos interpelan tanto el rol del individuo en la sociedad al punto de conseguir que se apropien de la ideología del medio. Según Van Dijk (2005) “Las ideologías son una clase especial de sistemas de creencia sociales, almacenados en la memoria de largo plazo que se comparten por los miembros de grupos sociales específicos o “comunidades ideológicas”. Las ideologías implican no sólo la reproducción o comprensión de un discurso, sino que también hacen explícitas o al menos expresan los intereses que mueven determinados discursos.

En este sentido, “La ideología opera, entonces, en el nivel de preservar un orden, un orden que es el orden de un sistema y que se hace pasar como si fuese el mejor Orden Social” (Revilla, 1996.).Este interés por preservar cierto orden está condicionado por las instituciones sociales que buscan legitimarse mostrándose a la defensiva o en contra, aunque no tan directamente, de todo lo que representa una fisura o una transformación de las ideologías que imperan en las instituciones sociales.

Así, los medios de comunicación son la herramienta principal para transmitir esa sostenibilidad ideológica de las diversas instituciones y sus posturas frente a acontecimientos importantes como un proceso de paz influyendo en las percepciones ciudadanas. En el caso específico del proceso con las Farc, algunos medios, los más consumidos por las audiencias, tomaron posturas polarizadas; olvidándose de asentar a un lenguaje común el fondo de los acuerdos. Fueron pocos los medios responsables que abarcaron las diferentes miradas al proceso, la de las víctimas, la oposición, las dudas del colombiano común. El resultado, una ciudadanía general que estuvo bombardeada por múltiples mensajes que falaces o reales, poco comprendió o se abstuvo de decodificar.

Metodología y criterios

En el Altiplano, si bien no se presentaron acciones del conflicto con la intensidad de otras zonas como Embalses y Páramo, si se registró la presencia de actores armados. En el oriente cercano, particularmente en el eje de El Carmen de Viboral, La Ceja, La Unión y El Retiro se registraron masacres con un alto grado de regularidad y especificidad. La Unión y El Carmen de Viboral concentraron el mayor número de acciones violentas. En La Unión se registraron dos masacres en abril de 2000 en el corregimiento de Mesopotamia y en agosto de 2001 en las veredas San Miguel y Buena Vista donde asesinaron a varias personas por presuntos vínculos con el ELN. En El Retiro se produjeron dos masacres entre julio y agosto de 2001 en veredas como Pantanillo, Nazaret y El Chuscal. La población de El Carmen de Viboral, ha sido la más victimizada por las autodefensas. En 2001 en la vereda Los Garzones y el corregimiento de Aguas Claras, fueron asesinadas 11 personas; en 2002, en la vereda La Chapa, otras 4 personas fueron secuestradas y posteriormente asesinadas.

En la vereda La Esperanza del Carmen de Viboral en 1997 el grupo al mando de Carlos Castaño por medio de una masacre, cobró la vida de 14 personas. El mismo año se vio amenazado de muerte el alcalde de turno en el municipio de La Unión. Aunque la estrategia de los grupos de autodefensa encaminada a afectar a la guerrilla se dirigió principalmente a golpear a los civiles, también se presentaron algunos enfrentamientos contra las estructuras armadas de la guerrilla en el oriente cercano, principalmente en El Carmen. En este municipio se registraron dos enfrentamientos, el primero en marzo de 2001 en vereda La Madera y el segundo en enero de 2002 en el área urbana con subversivos de las Milicias Bolivarianas de las Farc. En La Unión se registró un enfrentamiento en diciembre de 2000, en el sitio San Miguel, donde chocaron miembros de las AUC y subversivos del frente 9.

Por sus condiciones y vivencia del conflicto, de los 9 municipios que conforman el Altiplano, en septiembre, se realizaron 428 encuestas de 17 preguntas a hombres y mujeres con edades entre los 18 y los 80 años en El Carmen de Viboral, La Unión y El Retiro. Además, durante esta fase y para darle contexto a estas percepciones ciudadanas, en la investigación se consultaron seis expertos, profesionales en derecho, trabajo social, filosofía, comunicación social y teología.

Resultados

Conocer las percepciones de la ciudadanía frente a los acuerdos de paz, permite descubrir qué factores interpelan al ser humano a la hora de tomar partido en coyunturas históricas como la actual. A partir de las encuestas a la población y las entrevistas a expertos, profesionales en derecho, trabajo social, filosofía, comunicación social y teología; analizamos en conjunto los resultados mediante las variables que a continuación se desarrollarán:

Información, desinformación

Para los expertos consultados el conjunto de la población sabe muy poco, tanto en lo urbano como lo rural. Gran parte de la sociedad colombiana tiene acceso a la información que generan los medios masivos pertenecientes a grupos económicos que defienden sus intereses.

Sí la única vía por la que se recibe información son los medios de comunicación; entonces, hay percepciones que están sesgadas por la transmisión de posturas determinadas por las doctrinas políticas; no hay una concepción certera e imparcial de lo que está sucediendo. Sin embargo, también hay otra parte de la población que se ha informado en medios independientes, y espacios académicos y ciudadanos para tener una reflexión individual.

Teniendo en cuenta que esta fase de la investigación se realizó ad portas del 2 de octubre de 2016, fecha en la que los colombianos tuvieron la posibilidad de expresar en las urnas su apoyo o su desaprobación a los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC a través del Plebiscito por la Paz, los expertos consideraron (al momento de la entrevista) que debido a los diferentes factores que interpelan al ser humano, la población del Oriente Antioqueño y la población colombiana en general aún no estaba preparada para votar si está de acuerdo o no con el proceso de paz, ya que fue muy poco el tiempo que se dispuso para transmitir los acuerdos de forma eficaz, aun cuando el gobierno colombiano desde que inició la negociación hasta la semana en la que se llevó a cabo la fase final, realizó publicaciones frecuentes, comunicados conjuntos, enfáticos y claros conforme avanzaban y esto facilitó a algunos el análisis de los mismos. En síntesis, el proceso de divulgación del acuerdo final y el contrarreloj para la refrendación, hicieron accidentado el ejercicio de información.

Las encuestas de percepción arrojaron que de las 428 personas encuestadas el 75% afirma conocer en qué consiste el proceso de paz y ese mismo porcentaje sabe quiénes son los actores que se encuentran negociando. Igualmente, se encontró que aunque ese porcentaje afirme saber quiénes se encuentran negociando, en realidad muchos no tienen claro que el proceso de paz se adelanta con las Farc y no con otros grupos al margen de la ley encontrando respuestas como que este proceso se adelantaba con los paramilitares y otras respuestas que reconocían que este era un proceso entre el gobierno, las FARC y las víctimas del conflicto. El 54% conoce los acuerdos desde que inició el proceso y el 49% sabe cuáles son los puntos de negociación.

De los 428 encuestados, 232 son víctimas (54%). De estas, el 78% presume saber en qué consiste el proceso, el 79% conocer quiénes son los actores que negociaron, el 62 % conoce los acuerdos desde que inició el proceso, el 11% desde hace dos años, el 12% desde hace algunos meses y el 7% se abstuvo de responder. Además, el 54% afirma conocer los puntos de negociación y el 44% desconocerlos.

Aprobación o rechazo a los acuerdos

Al gran grueso de la población no le gusta informarse de estos temas, la mayoría de las personas son muy dadas a la apatía política y consideraron por encima de todo, que este era, un acuerdo político que concierne a las élites y no un asunto público de ejercicio popular.

Los expertos afirman que gran parte de la población no da trascendencia a la coyuntura lo que los lleva a asumir una postura indiferente o negativa, sin embargo, sí los procesos de información y socialización de los acuerdos mostraran las condiciones de bienestar que posiblemente tendría el país en un contexto de posconflicto, las personas avalarían las salidas negociadas, aunque sin dejar de lado el sentido crítico que necesita cualquier proceso de paz.

Entonces, en el estudio de percepción se encontró que el 33% del total de la población está de acuerdo con lo que se negocia en La Habana, el 58% no está de acuerdo y el 9% se abstuvo de responder. El 37% cree que estamos cerca del fin del conflicto y el 39% cree en las salidas negociadas, el 50% no cree en ellas. Frente a la pregunta de sí la sociedad civil está preparada para el posconflicto el 21% respondió afirmativamente y el 75% cree que la sociedad no está preparada.

El 31% cree que las negociaciones están en buen camino, el 31% en mal camino y el 36% afirmaron no saber. El 47% cree que se llegara a un acuerdo este año y el 23% respondió que la paz es cuestión de una negociación, el 72% que no lo es y el 5% se abstuvo de responder.

Por su parte, de la población víctima un porcentaje del 30% está de acuerdo con las negociaciones, el 35% considera que estamos cerca del fin del conflicto y el 62% que no; el 36% cree en las salidas negociadas al conflicto. Además el 18% considera que la sociedad está preparada para el posconflicto y el 79% que no lo está.

Es evidente que existe una notable desaprobación hacia el Acuerdo de Paz y hacia las salidas negociadas al conflicto resaltando que la misma sociedad reconoce no estar preparada para el posconflicto. Para los encuestados, la paz no es cuestión de una negociación por ende, reconocen que es un ideal que va más allá de la firma de un acuerdo.

Medios de comunicación

Los expertos destacan la labor de los medios independientes y alternativos, esos que han tratado de dar una mirada más imparcial al proceso, una mirada reflexiva y crítica que poco o nada fue la de los medios masivos de comunicación del país.

Los medios de comunicación que más consume la población encuestada son la televisión (47%) y los medios virtuales (26%), la radio (9%) y la prensa (4%) y al ser cuestionados acerca de sí son los medios el método más eficaz para informarse acerca del proceso de paz, el 59% respondió que sí lo son y el 37% que no los consideran el más eficaz.

Por otro lado, los medios de comunicación que la población víctima consume son televisión (52%), radio (8%), prensa (3%), y medios virtuales (20%). De esta población el 61% considera que los medios de comunicación son el método más eficaz para informarse acerca del proceso.

Lo anterior, es clave, para hacer un llamado de atención a los medios en general, alternativos y masivos, que puedan estar faltando a los principios de veracidad e imparcialidad, pilares fundamentales de procesos eficaces de comunicación, máxime, en acontecimientos determinantes para el rumbo de las sociedades.

Factores que interpelan al ser humano para tomar postura frente a algo

Además de los medios de comunicación, existen otros factores que han interpelado a la población del Oriente Antioqueño. ¿Por qué la mayoría de los ciudadanos encuestados rechaza estas negociaciones? Quizá la desinformación, la polarización, el desconocimiento puntual de cada acuerdo y la manera parcializada en la que los medios de comunicación que más consume la comunidad han presentado la información han sido claves para que el territorio desapruebe el acuerdo con las Farc.

Otro factor preponderante es la escalada del conflicto en la región, pues los tres actores armados legítimos (Farc, ELN y Autodefensas) y el mismo Estado, cometieron innumerables violaciones a los derechos humanos y los crueles enfrentamientos y retaliaciones entre los grupos afectaron terriblemente a la población civil. A diferencia de otras regiones, las Farc no consiguieron controlar y asentarse en el Oriente antioqueño, debido -en gran medida- a la expansión paramilitar en el territorio.

Los expertos coincidieron en que otros factores que influyen para que un ciudadano esté a favor o en contra del proceso de paz son algunos mitos que se generaron y fueron replicados en las calles y en redes sociales generando zozobra y miedo en la sociedad civil. Además, la influencia de la política en los medios de comunicación permite que exista una brecha inmensa entre la información que se replica y el conocimiento dado por las lecturas personales y el seguimiento del acuerdo. En el Oriente antioqueño se percibe una gran carga mítica y política, impuesta a un grupo insurgente a partir del discurso de la seguridad democrática, del enemigo, de la obligación de “combatirlo”, de la guerra con un otro que es, en últimas, un colombiano más.

Ahora bien, existen factores dados por las instituciones sociales y la educación recibida, que tendrán que entrar a replantearse si este país quiere realmente alcanzar una paz estable y duradera, donde la expresión de ideas, la diferencia y la educación converjan y contribuyan a la formación social y política de los ciudadanos.

Propuesta ciudadana y conclusión parcial

Según los resultados, el 59% de la población encuestada se ha informado acerca del proceso de paz a través de la televisión, la radio y la prensa, el 13% lo ha hecho por internet y el 4% a través de las universidades y eventos académicos. Al ser interrogados acerca de cómo les gustaría informarse de los contenidos del proceso de paz, el 37% respondió que a través de los medios de comunicación, el 12% de internet, el 5% por medio de eventos universitarios y el 24% a través de eventos ciudadanos.

El 61% de la población víctima se ha enterado por televisión radio y prensa, el 12% a través de internet, el 5% por eventos académicos y universidad. A esta población le gustaría informarse por medios de comunicación (41%), internet (9%), eventos universitarios (3%) y eventos ciudadanos (24%).

En las encuestas realizadas se cuestionó también acerca de quiénes deberían construir paz en el territorio. El 86% de la población total y el 83% de la población víctima coinciden en que la paz se construye entre la ciudadanía, el Estado, las organizaciones públicas, privadas y los actores en desarme.

Si analizamos estas variables, podemos afirmar que la sociedad civil es consciente de su rol y se reconoce como protagonista en la construcción de paz, por esto también propone que los acuerdos se socialicen desde medios de comunicación imparciales y alternativos, encuentros comunitarios, eventos ciudadanos, conferencias sin intereses políticos y espacios académicos, acompañados de testimonios de expertos, víctimas, entes gubernamentales, actores sociales y los mismos integrantes de los grupos insurgentes, espacios en los que converjan el universo de realidades de todos los involucrados.

La sociedad es consciente que la desinformación impide que la ciudadanía se acerque siquiera a comprender el proceso. La población considera que la socialización y la pedagogía cara a cara son el medio por el que les gustaría estar informados. Ahora bien, estos espacios de socialización se han generado por parte del gobierno, movimientos sociales e iniciativas civiles y oposición y habría que entrar a determinar bajo qué condiciones realmente llegan a las comunidades y permiten a los asistentes reflexionar y construir un criterio propio.

La construcción de paz hace parte del proceso de desarrollo, la apuesta hoy es al desarrollo territorial y sí consideramos que en general se descuida la escala local, es necesario plantear esta estrategia para ámbitos comunitarios y locales. Para los expertos, hay varios aspectos que posibilitan la construcción de paz, algunos: el perdón y la reconciliación: convivir, perdonar y trascender; reconocer la incidencia propia en los procesos de desarrollo y construcción de paz; reconocerse como garante de la implementación de cualquier acuerdo que contribuya a finalizar el conflicto pues cada ciudadano tiene un papel activo que le permite ser veedor del proceso; comprender y tolerar la diferencia, la diversidad y la importancia del diálogo; y el fortalecimiento de espacios democráticos en los que cada ciudadano pueda pensarse en clave de construcción de paz desde el territorio.

Si tenemos en cuenta las percepciones de la población frente al proceso, los factores que han interpelado a la ciudadanía, el papel de la comunicación y de los medios de información y la propuesta ciudadana, podemos formular a partir de este análisis una estrategia de comunicación en la que el empoderamiento colectivo sea el protagonista, se desmitifique la concepción de política y sea posible acercar a la comunidad a la comprensión de los acuerdos, las oportunidades y los puntos álgidos que estos contengan, pues socializar e informar, no significa no hacer una lectura crítica de los mismos con la sociedad.

Referencias

Dijk, T. A. (2005). Política, ideología y discurso. Quórum académico, 15-47.

Observatorio del programa presidencial de derechos humanos y DIH refugiados. Panorama actual del oriente Antioqueño. Recuperado de https://www.acnur.org/t3/uploads/media/632.pdf?view=1

Restrepo, N. E. (2015). Provincia del Oriente Antioqueño. Territorio en construcción. Corporación Conciudadanía. Recuperado de https://conciudadania.org/images/contenidos/libros/Provincia.compressed.pdf

Revilla, M. A. (1996). Ideología y medios: comunicación conservadora. Recuperado de https://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n1/revilla.html


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