Compartir en las redes:

Las redes sociales pueden ser un espacio valioso para compartir experiencias, encontrar apoyo y acceder a información sobre salud mental. Sin embargo, también pueden convertirse en una fuente de desinformación, comparaciones o mensajes que generan confusión y angustia. Aprender a identificar contenido confiable es fundamental para proteger el bienestar emocional y tomar decisiones informadas.

Uno de los riesgos más comunes es el autodiagnóstico: interpretar los síntomas personales a partir de lo que se ve en videos o publicaciones sin una evaluación profesional. Aunque las redes pueden despertar interés por la salud mental, es importante recordar que solo un profesional puede orientar adecuadamente cada caso.

Usar las redes de manera crítica y responsable implica verificar las fuentes, hacer pausas digitales y buscar acompañamiento cuando sea necesario. Las redes son un complemento, no un reemplazo del cuidado profesional. Informarte con criterio también es una forma de cuidarte

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