El reconocimiento de los derechos de las personas en el ámbito de la salud mental es un paso fundamental hacia una atención más humana, digna y libre de estigmas. La ley garantiza que toda persona tiene derecho a recibir información clara, atención integral, acompañamiento psicoterapéutico, tratamientos basados en evidencia científica y condiciones de respeto que promuevan su bienestar emocional y social.
Estos derechos también aseguran la no discriminación, la confidencialidad, la autonomía y la inclusión en los entornos educativos, laborales y comunitarios. Promover su conocimiento fortalece la participación activa de las personas en su proceso de recuperación y fomenta una cultura de empatía, respeto y equidad en salud mental.
