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El envejecimiento saludable es una meta posible para todas las personas, sin importar la edad. La demencia, una de las principales causas de discapacidad en la vejez, puede prevenirse en casi la mitad de los casos modificando factores de riesgo a lo largo de la vida. Promover una buena audición, mantener redes sociales activas, hacer ejercicio regularmente, cuidar la alimentación y reducir la exposición a la contaminación son acciones que contribuyen a mantener la mente y el cuerpo en equilibrio.

Prevenir la demencia es una tarea colectiva. Desde la infancia hasta la adultez mayor, cada etapa ofrece oportunidades para fortalecer la salud cerebral y emocional. Adoptar hábitos saludables, acompañar a las personas mayores y construir entornos inclusivos y protectores son pasos fundamentales hacia una sociedad que valore el bienestar, la autonomía y la dignidad en todas las etapas de la vida.

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