abril 2010 | Edición N°: año 49 No. 1256
Por: Redacción Hoy en la Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



Para asegurar su existencia, los pueblos y las instituciones han creado a lo largo de la historia diversos sistemas de gobierno. Todo conglomerado humano, para poder permanecer como tal y ser reconocible por otros, requiere de un mecanismo que, no sólo recoja las aspiraciones e intereses de sus integrantes, sino también señale rumbos y defina medios para el desarrollo del grupo. De esta forma, el gobierno constituye un factor sustancial de unidad, pues él reúne voluntades, recursos y esfuerzos de los gobernados y sus gobernantes y los dirige a propósitos que por lo general se orientan al bien común y el interés de todos. ahora bien, así como se habla de buenos o malos gobiernos para referirse a la labor de los gobernantes, también se habla a veces de pueblos o instituciones ingobernables cuando las dificultades tienen origen en los gobernados. Todo esto afecta la gobernabilidad, término de uso cada vez más amplio, que dice relación con las calidades y posibilidades reales de gobernantes y gobernados, así como también con las herramientas disponibles para el ejercicio de las responsabilidades que a unos y otros corresponde. De esta forma la gobernabilidad está asociada a la efectividad del aparato de gobierno de una organización. en este contexto, no hace mucho tiempo se empezó a hablar de “prácticas de buen gobierno”, y se promulgaron en empresas y corporaciones códigos de buen gobierno que ahora son muy conocidos e incluso exigidos por entidades contratantes y financieras.

En relación con la Javeriana, debe recordarse que en los estatutos hemos hablado de dirección y gobierno de la institución como un todo, -en este caso se trata del gobierno general de la universidad-, lo mismo que de las seccionales y las Facultades que son sus unidades constitutivas. Tal es el esquema de gobierno de la Javeriana, con autoridades colegiadas y personales en cada uno de esos ámbitos que se rigen según las disposiciones de los estatutos y los reglamentos. Podemos afirmar que al establecer las normas correspondientes así como en las reformas que se les han introducido, siempre se ha querido promover el buen gobierno de la universidad. Pues bien, recientemente hemos dado un paso adelante. Después de un riguroso análisis, el Consejo Directivo universitario aprobó el Código de Buen gobierno de la Javeriana. el tiempo dedicado a su elaboración nos aseguran la calidad de un documento que obviamente podrá perfeccionarse en el futuro de acuerdo con lo que nos indique la experiencia y con las nuevas circunstancias que se presenten. Durante el proceso surgieron preguntas al respecto: ¿Por qué adoptar en la universidad un código de buen gobierno? ¿No corresponde esta decisión a una medida de corte empresarial que riñe con la naturaleza académica de un centro de educación superior? ¿No bastan los estatutos y reglamentos para asegurar un buen gobierno en la universidad? a partir de las respuestas que encontramos preparamos un breve texto que precede al Código y recoge los “criterios para su formulación”. sea lo primero advertir que el buen gobierno como propósito es apropiado también para las entidades educativas. ejemplos tenemos de “instituciones de educación superior de diversos países que han adoptado este tipo de formulaciones para estipular o hacer referencia a los principios que las rigen, a la forma como procuran su plena observancia y a los mecanismos previstos para responder por su labor ante la sociedad en general y ante los diversos grupos interesados en su quehacer”. entre estos están, por supuesto, “nuestros estudiantes; los padres de familia; las personas, naturales y jurídicas, con las cuales establecemos relaciones comerciales, de colaboración o de cualquier otro tipo; nuestros benefactores; las autoridades del país; y, en general, la sociedad en la medida en que como institución de educación superior prestamos un servicio público cultural”. en este contexto, el Código de Buen gobierno permite conocer la institución en sus elementos esenciales y en particular en lo relativo a su gobierno.

Se trata de “un texto original de la universidad, que por una parte refleja el carácter y los principios propios de ella, y por otra, reconoce las dinámicas empresariales que debemos asumir como organización, sin que esto implique el desconocimiento o menoscabo de la naturaleza específica que nos corresponde como Institución de educación superior”. además de reunir en un solo documento disposiciones estatutarias y reglamentarias que tienen directa relación con el gobierno de la universidad y las buenas prácticas, el Código nos ha permitido adoptar nuevas medidas orientadas al mismo fin. Confiamos, pues, que todos los miembros de la Comunidad educativa, tengan o no funciones directivas, renueven el compromiso de procurar que en el quehacer cotidiano de la institución se reflejen plenamente los lineamientos recogidos en estas disposiciones.