“La autoridad se gana con saber”: Germán Mejía Pavony
Estudió con jesuitas toda su vida. Empezó en el colegio San Ignacio en Medellín, estuvoc2 años en Pereira y cuando llegó a Bogotáccontinuó sus estudios en el Colegio San Bartolomé de la Merced, donde se graduó como bachiller, para luego incorporarse por 3 años en la compañía de Jesús.
Ingresó en 1975 a la Pontificia Universidad Javeriana, de donde se graduó como Licenciado en Filosofía y Letras. Se especializó
en Historia y luego hizo un doctorado en Historia de América Latina en la Universidad de Miami (Coral Gables).
Esta es a grandes rasgos la hoja de vida de Germán Mejía Pavony, profesor Titular del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales, a la cual ha estado vinculado durante décadas desarrollando principalmente sus cátedras en historia urbana. Es además profesor honorario de la Universidad Nacional de Colombia y profesor visitante en otras universidades del país y del exterior.
Fue director del Archivo de Bogotá y actualmente es el director del Archivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco, S.J. Fue
miembro fundador de la Academia de Historia de Bogotá y Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Historia. Ha sido director del Departamento de Historia y de la Maestría en Historia de la Universidad Javeriana; asistente del vicerrector académico de la misma universidad; y asesor del Ministerio de Cultura para la conmemoración del Bicentenario de la Independencia.
Sobre su vida docente, que ya completa 37 años, ofreció una entrevista para la revista Hoy en la Javeriana.
¿Cuál fue su primera experiencia como docente?
Fue en Florencia (Caquetá), frente a grupo de profesores de primaria, en donde se daban cursos de capacitación para obtener
el bachillerato en el 75. En realidad nunca tuve miedo, y hablar en público no se me dificulta, he dictado cursos en la Universidad
Central para grupos de 600 y 700 estudiantes, el número no incide, es lo mismo, el problema es tener la atención de todos y eso
es ya trucos y experiencia.
Son las condiciones en las que uno se forma, es haber tenido cinco años dedicado exclusivamente a estudiar, pagado por hacer eso, es tener la posibilidad de tener acceso a biblioteca con 3 millones de libros, y tener el tiempo para leerlos. Salir del país es siempre importante, hoy en día es más fácil
¿Qué lo incentivó para dictar clase?
Mi Incentivo fue fortuito. La experiencia en Florencia fue sin pensar, se dio la oportunidad y después la necesidad de conseguir
plata de bolsillo mientras estudiaba, pero uno sabe que nació para eso, es difícil no verme ahí. Cuando los grupos son desconocidos uno llega con aprensión, pero no temeroso, a la expectativa de qué va a suceder cada semestre, pues todos los grupos son distintos, con unos se agradece que se acabó, y con otros hay una gran empatía.
¿Cuáles son los elementos de una buena cátedra universitaria?
Los elementos de una buena cátedra universitaria son de muy variado tipo, los estudiantes deben creer en su profesor y aunque
es muy difícil precisar eso, uno lo siente en el respeto; no debe haber una imposición con poder, sino ganarse la autoridad con saber, con conocimiento y sabiendo acercarse a los estudiantes. No por eso puede ser uno bravo, ni convertirse en íntimo amigo de ellos, cruzar límites es complicado.
El profesor debe entender razones de estudiantes, porque no los trata mal, porque crea un clima tranquilo y agradable en el salón de clase, sin que por ello ese espacio se convierta en una fiesta, ni un martirio.
En general, depende del grupo, pero siempre debe haber reglas de juego claras desde el comienzo. Es necesario tener en claro que todo hablando se puede arreglar, y si las reglas son fáciles y funcionan, será mas fácil transmitir el conocimiento. Lo otro es hacer la clase atractiva, sin bajar la guardia.
La influencia que ejerce un profesor en la cotidianidad del alumno es importante, ¿qué trata usted de transmitir o de incentivar en el alumnado?
Lo primero es la imagen de seriedad, demostrar que uno está hablando de lo que sabe, que uno no esta tonteando. Ciertamente
uno llega con fama a cualquier clase por los comentarios de los antiguos alumnos, pero siempre debe mantenerse el respeto
por la persona que esta al frente.
¿Cuál es la metodología de enseñanza que usted utiliza?
Eso va un poco en el olfato, dependiendo del nivel de cambio. Pero digamos, tengo un curso para primíparos, un taller de inducción a la escritura de la historia, y el método que utilizo son ejercicios semanales, algo muy conversado, pero a punta de ejercicios. Por otro lado, en mi cátedra sobre Historia de Bogotá prefiero divertirme, los estudiantes escuchan, se usan imágenes, pero la cátedra es formal. Es importante el trabajo de los estudiantes, sin embargo depende mucho del escenario y el profesor debe acomodarse a eso.
Usted es graduado de la Universidad de Miami, ¿cuál es la importancia de estudiar en el exterior y cómo puede incidir esto en el método de enseñanza que se usa?
Es definitivo. Los que hemos sido becados en el exterior, sabemos que es una magnifica experiencia. Muchos pueden estudiar,
leer, eso es lo que forma, pero si sólo por pisar Harvard se volviera uno genio, sería costosísimo asistir a dichos espacios. Son
las condiciones en las que uno se forma, es haber tenido cinco años dedicado exclusivamente a estudiar, pagado por hacer eso,
es tener la posibilidad de tener acceso a biblioteca con 3 millones de libros, y tener el tiempo para leerlos. Salir del país es siempre importante, hoy en día es más fácil. Conocer otras culturas te abre la mente, ser amigo de personas distintas en muy enriquecedor,
yo tuve grandes amigos turcos, de Indonesia, de Estados Unidos, españoles, franceses y eso te abre la perspectiva para ver la posibilidad de que todos somos iguales y con mucha riqueza cultural en el mundo
*Estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas.