1 de Marzo del 2015 | Edición N°: Año 54 N° 1305
Por: Redacción Hoy en la Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



Se le excluyó de la sociedad y esto lo llenó de gran tristeza. Ahora que se ha encontrado personalmente con el Papa gracias a su invitación en enero 24, 2015, se siente muy sereno y  reconciliado  con  el  Espíritu.  Estos  son  los  sentimientos  de Diego Neira, transgenerista, quien con su prometida han sido excluidos en su medio social español a causa de su definición sexual. En agosto 2014, Francisco llamó a un joven de Granada (España) que le había relatado por carta los abusos que sufrió por  parte  de  varios  curas.  “Buenas  tardes,  hijo,  soy  el  padre Jorge”, le dijo antes de pedirle perdón.

“Mi señora, por desgracia en la Iglesia hay unos padres más papistas  que  el  Papa,  tranquila,  usted  ama,  luego  comulgue con su marido en otro lugar que no sea su parroquia para evitar  escándalos.  Dios  la  bendiga”.  De  esta  manera  y  llena  de alegría Jacqueline Lisbona, argentina de nacimiento y residencia, describió la llamada telefónica de abril 24, 2014, que Francisco le hizo en persona, cuando ella vía correo electrónico le había contado su gran dolor porque es muy católica pero en su iglesia no la dejaban comulgar, ya que tiene un feliz matrimonio con dos hijos desde hace 19 años, luego de que el primero le fracasara.

Lampedusa es una isla en el mar Mediterráneo, el territorio más meridional de Italia, donde a diario llegan cantidades de migrantes africanos famélicos buscando algún futuro. Muchos de ellos perecen porque la travesía marítima la hacen en medios muy rudimentarios. Dolorosamente con frecuencia se nos informa de 200 y 300 ahogados en medio de todo este vórtice. Y fue precisamente Lampedusa el primer lugar que nuestro Papa argentino visitó fuera de Roma luego de haber sido elegido el Sucesor de Pedro. Francisco quería solidarizarse con estos parias víctimas de la indiferencia social, ya que para él los pobres y abandonados se hallan en el centro de su vida, como en el caso de cualquier cristiano fiel al evangelio. Como lo dijo muy conmovido allá, la situación de estos migrantes “es una espina que tengo clavada en medio del corazón causándome gran dolor”.

Durante la homilía en Lampedusa Francisco avoca la mencionada indiferencia social, verificando que se trata de “la cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos vuelve insensibles a los gritos de los demás, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bellas, pero no son nada, son la ilusión de lo fútil, de lo provisorio, que lleva a la indiferencia hacia  los  demás,  es  más,  lleva  a  la  globalización  de  la  indiferencia.  En  este  mundo  de  la  globalización  hemos  caído  en la  globalización  de  la  indiferencia.  ¡Nos  hemos  habituado  al sufrimiento del otro, no nos concierne, no nos interesa, no es un asunto nuestro!”.

Siempre en lo hondo del corazón de Bergoglio han estado y están los excluidos, los marginados. “¿Quién soy yo para juzgar a los gays?” ha declarado a la prensa, ganándose el título de personaje del año 2013, por parte de la revista homosexual más importante de los Estados Unidos: The Advocate, la cual llenó su portada con la foto del Papa. Siendo pastor de Buenos Aires se enfrentó en público a los presidentes de su país censurándoles su indiferencia con los desvalidos y la corrupción de sus gobiernos. Por ello él constata cómo quien manda hoy no es el hombre, es el poder y el dinero, el dinero. Vivimos una sociedad con  una  economía  y  unas  finanzas  sin ética,  donde  la  persona  no  cuenta  para nada,  es  basura.  Este  es  un  sistema  que mata gente, injusto de raíz, que debemos cambiar,  en  el  cual  se  halla  una  minoría absurdamente  rica  que  genera  una  gran parte de la humanidad en las condiciones más abyectas. El hambre es criminal.

Jesús no tuvo problema de enfrentarse a los grandes políticos corruptos de la época, afirmando  abiertamente  del  rey  Herodes: “cuídense de esa raposa”, el más peyorativo de los apelativos en el contexto semántico de la época. Asimismo, Francisco no tiene agua en la boca y sin dudar asevera: “Si viene uno de estos estafadores políticos que tenemos, corruptos, a hacer de padrino y está bien casado por la Iglesia, usted lo acepta? ¿Y qué testimonio le va a dar al ahijado? ¿Testimonio de corrupción?  O  sea  que  tenemos  que  volver  a  cambiar  un  poco  las cosas, en las pautas valorativas”.

El  Sucesor  de  Pedro  llevado  por  el  Espíritu  Santo  le  está dando a la Iglesia y al mundo lo que tanto necesitan: ternura, generosidad, entrega, alegría, desinterés, espiritualidad, todos ellos bienes tan escasos en la sociedad contemporánea. Es claro que el Obispo de Roma implementa un estilo absolutamente novedoso, el cual está sacudiendo al mundo actual. Definitivamente Francisco cambió el canal y pidámosle a Jesús que su índice de sintonía sea cada vez mayor.

Este  es  un  sistema  que mata gente, injusto de    raíz,  que  debemos cambiar, en el cual se halla una minoría absurdamente   rica   que   genera   una gran  parte  de  la  humanidad  en  las  condiciones más  abyectas.  El  hambre es criminal.