Dios en la Novela Latinoamericana
Del 14 al 18 de Octubre se han celebrado en la Universidad Javeriana las primeras jornadas sobre LA PROBLEMÁTICA DE DIOS EN LA NOVELA LATINOAMERICANA. He tenido el privilegio de participar en este encuentro que, al decir de Marino Troncoso, S. J., es «un punto de partida para un proyecto de investigación que debe adquirir aquí sólidos fundamentos». Marino Troncoso es, no hace falta decirlo, el dinámico Director del Departamento de Literatura de la Javeriana.
Que él considere estas jornadas como punto de partida —criterio que comparto plenamente— ya suscita en mí una preocupación de entrada: y es que por primera vez, que yo sepa, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) promueve una reunión de este tipo, en la que estudiosos de la literatura latinoamericana se ponen a debatir sobre la problemática religiosa en la novela de nuestro continente.
No es que falten trabajos de «francotiradores» por aquí y por allá. Lo que faltaba era una MANIFESTACIÓN explícita y elocuente de la Iglesia Latinoamericana, de su afán por mostrar con hechos el movimiento que el Vaticano II y las dos mayores asambleas episcopales de Medellín y Puebla enunciaron con tanto entusiasmo: el diálogo entre la Iglesia y la Cultura. Nunca es tarde …
Pienso que si la Iglesia somos nosotros (obispos, curas, monjas, científicos, políticos, artistas, universitarios, trabajadores, campesinos, grandes y chicos), nosotros tenemos que hacer realidad las ilusiones del Concilio y las de las dos asambleas del CELAM: No hay diálogo si alguien concreto no pronuncia una réplica, al ser interpelado: y el mundo de la literatura hace tanto que está interpelando a la Iglesia…
Las jornadas de Bogotá han sido el comienzo de un camino que hay que caminar. Ojalá no se detengan nuestros pasos…
No se van a detener, porque hay quien nos anima y nos estimula con su ejemplo: Monseñor Antonio Do Carmo Cheuiche, Obispo responsable de la sección Iglesia y Cultura, del CELAM, ha sido el gran animador de este encuentro. Además, no se ha perdido una sola reunión y en todas ha participado activamente: con sencillez de pastor cristiano ha mostrado su convicción y su entusiasmo por la empresa, convicción y entusiasmo avalado por su experiencia de profesor de Filosofía de la Cultura, y su bagaje de vastísimos conocimientos de la realidad y de la teoría.