1 de Septiembre del 2015 | Edición N°: Año 54 N° 1311
Por: Andrés Javier Goyes Guerrero | Especialista en Gerencia de Mercadeo de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá



Es  necesario  iniciar  este  análisis de coyuntura económica con una caracterización  del  fenómeno fronterizo  en  el  municipio  de  Ipiales, entendiendo  que  Colombia  tiene  frontera con Ecuador en el Pacífico, el Amazonas y la que nos compete, que es la zona Andina.

El  municipio  de  Ipiales  constituye  la frontera  con  la  República  de  Ecuador con un mayor dinamismo de intercambio  comercial,  tanto  a  nivel  regional como internacional.

En efecto, las unidades económicas regionales  que    se extienden  a  ambos lados    de    nuestra frontera,  a  diferencia de lo que ocurre en el interior de los dos países, constituyen zonas de intersección  de  las  dos  economías,  sometidas  a  las  influencias  de  dos  conjuntos de precios y de dos políticas económicas. Este hecho hace que el comportamiento  de  los  agentes  económicos  en áreas de frontera tenga características peculiares  y  que  las  actividades  estén sometidas  a  mayores  riesgos,  favoreciendo  negocios  especulativos,  particularmente  el  negocio  de  divisas  y  la compraventa de bienes y servicios.

A principios del año 2000 el presidente de Ecuador Jamil Mahuad y su equipo económico  deciden  iniciar  un  proceso de  dolarización  oficial,  sin  olvidar  que en  1999  se  presentó  una  crisis  económica  mundial  que  afectó  a  Ecuador y  Colombia.  En  el  caso  de  Ecuador,  su economía tuvo un crecimiento negativo del PIB y una devaluación del Sucre de más del 500 %.

A finales de 1999 el comercio de Ipiales estaba totalmente quebrado, puesto que con una devaluación del Sucre tan alta,  los  productos  que  se  ofrecían  en Ipiales  no  eran  competitivos  en  precio y, efectivamente, los consumidores preferían  ir  a  comprar bienes  y  servicios  a Tulcán (Ecuador).

La  dolarización  de la   economía   ecuatoriana, mientras se  tenía  un  tipo  de cambio  estable  e  incluso  en  algunas épocas  con  revaluación,  trajo  muchos beneficios para Tulcán, puesto que generó que productos ecuatorianos fueran muy competitivos en precio, en especial lo subsidiados por el Gobierno como el gas  licuado  de  petróleo  y  la  gasolina. Esto generó durante muchos años altos niveles de contrabando.

De  acuerdo  con  información  de  la Superintendencia Financiera de Colombia,  la  Tasa  Representativa  del  Mercado (TRM) para el 27 de agosto de 2015 fue   de   $3.238,51,   valor   considerado de  carácter  histórico,  que  comparado con  la  TRM  del  1º  de  enero  de  1999 ($1.542,11)  generó  un  incremento  nominal  de  $1.696,40  y  un  incremento porcentual de 110,01 % (Devaluación).

Gracias  a  la  devaluación  del  Peso frente  al  Dólar,  la  realidad  que  antes vivió Tulcán ahora la vive Ipiales, donde hoy  se  presenta  un  flujo  comercial  de bienes y servicios, nunca antes visto en la historia del principal puerto fronterizo con Ecuador. Se suma a lo anterior, que el Gobierno de Ecuador implementó en el año 2014 una política de sustitución  de  importaciones,  lo  que  provocó que los bienes y servicios que se comercializan  en  Ipiales  sean  supremamente competitivos en precios, incrementando su demanda.

Según  la  Secretaría  de  Tránsito  del Municipio  de  Ipiales,  en  promedio  los fines de semana entran 20000 vehículos  provenientes  de  Ecuador,  lo  que  si bien ha traído ingresos ha traído también  caos  vehicular,  el  uso  de  las  calles  como  parqueaderos  improvisados y aglomeración en centros comerciales, provocando  que  la  Alcaldía  Municipal tome  medidas  especiales  como  permitir el parqueo de vehículos ecuatorianos en  calles  intermedias,  estudiar  la  implementación de pico y placa y definir planes de seguridad con la Policía Nacional. Una bonanza que trae sus consecuencias.

Gracias  a  la  devaluación del  Peso  frente  al  Dólar, la realidad que antes vivió  Tulcán  ahora  la  vive Ipiales,    donde    hoy    se presenta  un  flujo  comercial de bienes y servicios, nunca antes visto.