1 de Mayo del 2015 | Edición N°: Año 54 N° 1307
Por: Tatiana Prada Collazos | Egresada de Ciencia Política y Estudiante de Historia



El primer semestre de 2015 transcurrió de la mano de la cuarta versión del seminario De la Javeriana a La Habana, iniciativa que surgió hacia mediados de 2013 en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

Entre  febrero  y  abril,  estudiantes de 12 instituciones educativas de Bogotá se encontraron en la Universidad para asumir el reto de pensar su  lugar  como  jóvenes  y  como  individuos en una Colombia en post-acuerdo. Durante  cuatro  jornadas,  aproximadamente  50  estudiantes  de  instituciones  públicas  y  privadas  de  la  ciudad, aceptaron la invitación de la Universidad  Javeriana  a  conocer  varios  rostros de   la   juventud   en el   conflicto   armado,  pero  también  a reconocerse      como la  sociedad  que  recibirá   al   país   de post-acuerdo    y    a quienes por décadas han reconocido en la guerra una forma de vida.

En  la  apertura  del  seminario,  los  jóvenes    escucharon    a    representantes de  la  Coalición  Contra  la  Vinculación de  Niños,  Niñas  y  Jóvenes  al  Conflicto Armado  en  Colombia  (COALICO)  y  de la  Agencia  Colombiana  para  la  Reintegración (ACR). El escenario se prestó para generar varias reflexiones sobre el protagonismo de la juventud en un conflicto que siempre ha sonado a cosa de adultos; algunos son sujetos activos en los  escenarios  violentos,  mientras  que muchos  otros,  como  nuestros  participantes, conviven en un país que a medida que avanzan los diálogos de paz, se aproxima más y más a la sociedad que se discute y sueña a puerta cerrada en La Habana.

De  la  Javeriana  a  La  Habana  se  ha concebido  como  un espacio para que los jóvenes  se  acerquen a nuevas voces sobre el  conflicto  colombiano  y  una  paz  en construcción,   voces distintas  a  las  que están    acostumbrados a escuchar a través de los medios de comunicación  y  de  sus  contextos  más cercanos.  Es  también  una  invitación  a reflexionar y exponer sus impresiones e ideas en torno al país en el que viven, del cual se sienten distantes frecuentemente por su misma juventud, pero con el  cual  están  dispuestos  a  comprometerse desde sus posibilidades cotidianas. A lo largo de las cuatro jornadas del seminario y acompañados de estudiantes  voluntarios  de  la  Carrera  de  Ciencia  Política,  los  jóvenes  participantes conversaron en torno a cuál es su lugar ante  un  posible  acuerdo  de  paz  y  las dinámicas, tanto retadoras como esperanzadoras,  de  un  escenario  de  reconciliación.

“Reintegración”, “reconciliación”, “post-acuerdo”,  “jóvenes”  y  “cotidianidad”,  fueron  algunos  de  los  conceptos sobre los cuales los jóvenes dialogaron para así poder descifrar de qué manera, cada uno desde quien es, pueda ser parte  activa  de  los  desafíos  que  traerá  la firma del acuerdo de paz de La Habana. Comprometidos   con   la   sociedad   y consigo mismos, los jóvenes demostraron que tanto el conflicto como la paz, no son asunto exclusivo de los poderosos  sino  también  de  quienes  día  a  día nos hacemos llamar colombianos.

 

En los colegios

Como  es  costumbre,  la  tercera  de  las jornadas  del  seminario  tuvo  lugar  en cada una de las instituciones educativas participantes; es así como logramos que la reflexión se expandiera a un número más amplio de estudiantes de bachillerato de los colegios Agustiniano Norte, Alfredo Iriarte, Bertrand Russell, Cafam, Divino Maestro, Emilio Valenzuela, Fe y Alegría – San Ignacio, Gimnasio Colombo  Británico,  IDIPRON,  Salesiano  León XIII, San Bartolomé de la Merced y Santa Luisa.

Tras estas jornadas, cada colegio realizó un producto en el cual se expresó su postura y compromiso con la paz y la terminación del conflicto, haciendo énfasis constante en que la construcción de paz en nuestra sociedad debe pasar necesariamente  por  las  acciones  cotidianas y el arte, medios fundamentales para generar reconocimiento del otro y visibilizar la importancia del compromiso de cada persona.

Fue así como en la jornada de cierre se escucharon en el auditorio Santiago Páramo frases como “no te hagas el de las  gafas”  y  “hoy  todos  le  decimos  al mundo  que  Colombia  es  paz”,  que  de la  mano  de  graffitis,  carteles,  videos  y fotografías, proclamaron un mensaje de responsabilidad con la paz; cada quien desde su edad, su colegio, su barrio o familia, reafirmó un compromiso que apenas  empieza.  Los  jóvenes  asumieron  el reto de esperar lo que traiga consigo el acuerdo de paz, uno que si bien se discute y firma en escenarios distantes física y simbólicamente de donde cada uno de ellos se sitúa, les tocará de una manera u otra y ahí estarán a la espera de cómo se ve dicha escena para cada uno.

Como Universidad Javeriana, el compromiso  se  encuentra  en  generar  la reflexión  entre  los  jóvenes  y  en  hacer resonar esas voces en los espacios a los que  como  institución  podemos  llegar. Es así como en la jornada de cierre, los jóvenes  hicieron  entrega  de  una  carta conclusiva  así  como  de  sus  productos al director del Instituto Pensar, Roberto Vidal, y a Omaira Orduz, en representación del equipo de la senadora Ángela Robledo.  Fueron  también  testigos  de este  evento  y  receptores  del  mensaje, el director del Departamento de Ciencia Política, Andrés Dávila, y el Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones  Internacionales,  Padre  Edwin Murillo, S.J.

Al  concluir  la  cuarta  versión  del  seminario  De  la  Javeriana  a  La  Habana, queda cada vez más claro para quienes trabajamos en su organización y en su desarrollo  que  los  jóvenes  son  pieza fundamental  en  una  construcción  de paz realista para Colombia. La discusión y  firma  de  un  acuerdo  es  sin  duda  un pilar fundamental en la sola idea de una Colombia en la cual el conflicto armado no sea la única historia que conocemos quienes nacemos en este territorio. Sin  embargo,  si  apuntamos  a  la  consolidación  de  una  sociedad  donde  la convivencia, la tranquilidad y el reconocimiento del otro en la diferencia sean valores   fundamentales,   es   necesario distanciarnos de la idea de un acuerdo político como alternativa única. Es aquí donde  la  comunidad  javeriana  debe, como los jóvenes de nuestro seminario, comprometerse con la paz que está en lo cotidiano y en la relación con el otro. Concluimos  una  vez  más  el  seminario con la satisfacción de la labor que se ha hecho  con  corazón,  pero  también  con una responsabilidad superior a la que se tenía antes.

“Como   Universidad   Javeriana,   el   compromiso   se encuentra en generar la reflexión entre los jóvenes y en hacer resonar esas voces en  los  espacios  a  los  que como institución podemos llegar”.