Llegar a ser emérito
La labor educativa siempre ha tenido en el magisterio un punto de apoyo fundamental, que por supuesto hace referencia a la relación formal entre maestros y estudiantes, expresión clásica que se halla en el origen mismo de la institución universitaria. Debe recordarse que en los sellos de los primeros centros de Educación Superior se leía sigillum • universitatis • magistrorum et scholarium.
En la Historia Universal podemos encontrar muchos ejemplos de hombres y mujeres que se han destacado en el arte de enseñar y que han dejado huella perdurable en personas más jóvenes que han recibido sus lecciones. Si bien es convencional la diferencia que se puede establecer entre maestro y profesor, términos que en general se usan indistintamente, resulta interesante advertir cómo en el lenguaje común se ha hablado en un caso de maestro de escuela, y en otro, de profesor de colegio, y no al revés. además, es frecuente asociar la palabra maestro a un grado de mayor excelencia en la labor desarrollada por un profesor. Casi se podría decir que profesores hay muchos, maestros no tantos, y que estos se reconocen porque han sobresalido especialmente por su saber o su método, por su dicción y cuidado, por su calidad humana, en fin, porque han alcanzado niveles superiores en una o todas las variables que permiten evaluar su desempeño, no sólo por parte de sus superiores, sino también y de manera especial por los alumnos que tienen la oportunidad de juzgar continuamente su labor.
En la Universidad, la vida de un profesor transcurre entre esas horas que dedica a la docencia y aquellas que lo ocupan en trabajos de investigación. El estudio, no sólo con el fin de preparar sus clases, sino también de profundizar en sus conocimientos y procurar el avance de la ciencia, hacen parte integral del quehacer de un profesor universitario. Y qué decir de sus escritos, de la expresión formal de su pensamiento, de sus conclusiones y propuestas, lo cual constituye una acción de gran importancia porque de esta forma se expone, facilita el diálogo y la discusión, se hace parte de una comunidad académica que más allá de fronteras institucionales, sabe de límites en el horizonte del quehacer científico.Esta vida intelectual que caracteriza la labor del profesor universitario, pivote del dinamismo propio de la Universidad como academia, requiere a la vez de estabilidad y renovación. así lo ha entendido la Javeriana al buscar, por una parte, las mejores condiciones posibles para que sus profesores puedan desempeñar sus funciones cabalmente, con tranquilidad; y por otra, al facilitar la vinculación de nuevos profesores que con su juventud y reciente formación, impulsen el desarrollo académico alrededor de sus respectivas áreas del conocimiento. así las cosas, es necesario asegurar un buen balance entre estabilidad y renovación.
Solo en este amplio contexto es posible apreciar bien la figura del Profesor Emérito, aquel que “demostró a través de su trayectoria académica excelencia en su trabajo y un alto compromiso con la Universidad”. Este singular reconocimiento institucional puede hacerlo el Rector por petición del respectivo Consejo de Facultad, previo cumplimiento de las condiciones para la jubilación del Profesor, según la figura contemplada en el Reglamento del Profesorado, ya no como una distinción académica o condecoración que otorga la Javeriana, sino como título excepcional que acompañará su nombre en el porvenir. En este sentido lo que la Universidad hace es solamente reconocer las condiciones que ha alcanzado el propio Profesor, lo que él mismo, gracias a su esfuerzo, ha llegado a ser y el nuevo rol que le corresponde desempeñar en la tradición académica.
Hacer parte de los Profesores Eméritos de una universidad constituye, pues, un inmenso honor, no sólo para el individuo, sino también para la propia institución. al repasar la lista de sus Profesores Eméritos una universidad también acredita su excelencia y su vigor académico. La reciente proclamación de ocho Profesores Eméritos de la Universidad Javeriana nos ha permitido repasar en casos concretos, en personas que han estado junto a nosotros en los últimos tiempos, esas condiciones que hacen excepcional la labor de un Profesor. a ellos toda la gratitud de la Universidad y a todos nosotros el mensaje de continuar por el sendero de la excelencia de tal forma que estemos a la altura de nuestros ascendientes.