El paisaje no podía ser más imponente: una extensa y árida llanura en la que se localizó la bíblica Ur de Caldea, “madre de todas las ciudades”, donde hace siglos estuvo la capital del imperio sumerio, que en su mayor apogeo cubrió un extenso territorio de Mesopotamia. Allí tuvo lugar el 6 de marzo pasado, dentro de la visita que realizó el papa Francisco a Irak, el encuentro interreligioso en el cual se quiso honrar a Abrahán, el hombre que “mirando al cielo y caminando en la tierra”, desde ese sitio “partió para un viaje que iba a cambiar la historia”. Así lo señaló el Santo Padre. No solo llamó la atención la presencia de los líderes de diversas confesiones[…]