Teología, 80 años de fe y espiritualidad
El 4 de marzo de 1938 diez estudiantes y cuatro profesores iniciaron los primeros cursos de Teología, Facultad de la Javeriana que el 24 de agosto de 1937 recibió la aprobación, por parte de la Santa Sede, de los Estatutos Generales de la Universidad y de los Estatutos propios de las Facultades Eclesiásticas de Filosofía y Teología. Obteniendo por consiguiente el título de pontificia como una universidad de la Iglesia.Hoy la Facultad de Teología cuenta con 87 profesores de planta y cátedra, 41 de ellos con doctorado, quienes acompañan la formación de 412 estudiantes presenciales de más de 20 países, 444 estudiantes en afiliaciones y agregaciones desde el Departamento de Teología y de todos los estudiantes de pregrado de las 18 Facultades de la Universidad, en sus respectivos cursos de teología.La importante trayectoria de esta Facultad fundadora se refleja en su método, enriquecido por las ciencias sociales y humanas; en el contenido, basado en la revelación de Dios a través de Jesu-cristo, que genera una reflexión única y dinámica inagotable; en el contexto, de hacer teología desde la realidad del país, enfocada en este momento en la reconciliación y la justicia; y finalmente en la pedagogía, que está sustentada en el modo jesuítico, donde se destaca de manera especial el discernimiento.
¡A hombros de gigantes!
La celebración del aniversario número 80 estuvo acompañada por el lanzamiento y presentación del libro conmemorativo que lleva por título A hombros de gigantes. Publicación que recoge la historia de las personas que han constituido y reconstruido el edificio de la tradición teológica javeriana a partir de la reapertura de la Facultad de Teología, en 1937. El homenaje es a aquellos jesuitas, profesores, estudiantes, egresados y administrativos que marcaron la vida de quienes son autores de los textos de este compendio. A hombros de gigantes contiene no solo la reseña biográfica o académica de los grandes mentores de la Facultad, también aborda su dimensión personal, el mundo sagrado de sus vivencias y emociones que los hace modelo de humanidad. La publicación contiene un capítulo dedicado a la participación de los laicos en la Facultad de Teología, escrito por el profesor Luis Mario Sendoya Mejía.