La IA en la educación superior jesuita: guiar la innovación con ética, diálogo y misión

Durante la sesión plenaria “Inteligencia Artificial: beneficios y desafíos” de la Asamblea 2025 de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU), que se llevó a cabo el 2 de julio en la Universidad Javeriana, líderes de universidades jesuitas de todo el mundo se reunieron para reflexionar sobre los profundos cambios que la IA está generando en la educación.

Los panelistas hicieron un llamado a responder de manera proactiva, ética y alineada con la misión institucional frente a la integración de la IA en la enseñanza, la investigación y la estrategia universitaria.

Liderazgo ético y estrategia institucional

El Dr. Diego Alejandro Patiño Guevara (Pontificia Universidad Javeriana, Colombia) enfatizó que la IA no representa solo un cambio tecnológico, sino una transformación cultural y educativa. Propuso un marco estructurado para su integración, basado en un liderazgo intencional. Una estrategia sólida, sostuvo, debe comenzar desde la alta dirección —definiendo la visión— y extenderse a través de procesos inclusivos que involucren a profesores, personal administrativo y estudiantes. La implementación de proyectos piloto, la identificación de líderes internos y la alineación con la misión y los valores institucionales son claves para el éxito.

El moderador, Dr. Brian Patrick Green (Universidad de Santa Clara, EE. UU.), reforzó estos principios desde una perspectiva teológica, recordando que la doctrina social de la Iglesia exige un discernimiento ético por encima de la eficiencia. Documentos eclesiales como Antiqua et Nova y los Diálogos de Minerva ofrecen modelos para reflexionar y actuar frente a las nuevas tecnologías.

Alfabetización digital y pedagogía

El Dr. Pablo Garaizar Sagarminaga (Universidad de Deusto, España) recalcó que la alfabetización digital debe convertirse en un componente esencial de la educación jesuita. Las respuestas del profesorado ante la IA oscilan entre la evasión y la dependencia excesiva, pero el discernimiento crítico —saber cuándo y cómo usar la IA— es fundamental. Recomendó un enfoque educativo por etapas: los primeros años universitarios deben enfocarse en desarrollar habilidades cognitivas sin IA, mientras que en los últimos años debe incentivarse el uso de la IA en sintonía con la práctica profesional. El uso adecuado requiere atención a la pedagogía, la salud mental y la ética de los datos.

El Dr. Patiño respaldó esta visión con hallazgos de la Encuesta Global de Estudiantes sobre IA del Consejo de Educación Digital (2024), según la cual el 86 % de los estudiantes ya usa IA en sus estudios y el 72 % espera recibir formación formal sobre su uso ético. Las instituciones jesuitas deben responder con políticas claras, formación pertinente y espacios para una apropiación crítica de la IA.

Innovación responsable e investigación

La Dra. Annick Castiaux (Universidad de Namur, Bélgica) subrayó la necesidad de innovar con responsabilidad. Expuso tres etapas en la reacción institucional ante la IA: prohibiciones iniciales, adopción cautelosa y una reflexión ética más profunda. Basándose en directrices de la UE, propuso desarrollar sistemas propios de IA que garanticen la transparencia y la protección de datos, y advirtió sobre los riesgos de las “monoculturas” tecnológicas que frenan la innovación.

El Dr. Renato Cerqueira (Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, Brasil) resaltó el potencial de una “IA epistémica y gobernable” para potenciar el descubrimiento científico y el impacto social. En el Instituto Behring de IA, su equipo aplica un modelo transdisciplinario para diseñar herramientas que amplíen la capacidad humana de generar conocimiento. Presentó un nuevo programa de licenciatura en IA que combina formación técnica y humanística, ofreciendo un modelo replicable para otras universidades.

Educación centrada en la persona

El Dr. Green devolvió el foco a la persona humana. Advirtió sobre una “educación individualizada” impulsada por IA que diluye la relación esencial entre docente y estudiante. Con una analogía elocuente, preguntó: ¿queremos que los estudiantes desarrollen su fuerza (como levantar pesas) o que simplemente deleguen el esfuerzo (usando una grúa)? La IA debe asistir, no reemplazar el aprendizaje humano. La verdadera educación forma el carácter, no solo los resultados. Las universidades jesuitas, sostuvo, deben redoblar su apuesta por lo “radicalmente humano”: compasión, creatividad, integridad y vínculo.

Colaboración en la red jesuita

Los panelistas coincidieron en que la IA está transformando la educación con demasiada rapidez como para que cada institución actúe por separado. La diversidad de contextos jesuitas es una fortaleza que debe aprovecharse mediante una colaboración más estrecha. La Dra. Castiaux propuso el desarrollo conjunto de sistemas de IA con valores jesuitas. El Dr. Patiño sugirió construir un marco compartido de política digital. El Dr. Cerqueira planteó que la red funcione como un laboratorio de innovación. El Dr. Green concluyó que, aunque no podemos frenar el ritmo de la IA, sí podemos acelerar el diálogo y la acción coordinada.

Conclusión

A medida que la IA sigue evolucionando, las universidades jesuitas tienen tanto la responsabilidad como la oportunidad de liderar. Promoviendo un liderazgo ético, fortaleciendo la alfabetización digital, innovando responsablemente, centrando la educación en la persona y trabajando en red a nivel global, estas instituciones pueden hacer que la IA sirva al bien común y fortalezca —en lugar de debilitar— su misión.