octubre 2009 | Edición N°: año 48 No. 1252
Por: Pedro Mejía Salazar | Pontificia Universidad Javeriana



Elinor Ostrom, quien acaba de obtener el Premio Nobel de Economía, estuvo en agosto de 2006 como conferencista en el auditorio Marino Troncoso, S.J., de la Universidad Javeriana. La invitación la hizo María Claudia López, quien trabaja con la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales.

Elinor Ostrom visitó la Universidad Javeriana en agosto de 2006, invitada por María Claudia López Pérez, economista vinculada a la Facultad de Estudios Rurales y Ambientales, quien hizo con ella un posdoctorado en Indiana (Estados Unidos).

¿Quién es María Claudia López, qué estudios ha hecho y dónde ha trabajado? soy economista de la Javeriana, hice mi Maestría en Desarrollo Rural en la Javeriana y trabajé como asistente de investigación dos años hasta que decidí presentarme a la Fulbright para hacer un doctorado en Recursos Naturales en estados unidos, me gané la beca y me fui para la universidad de Massachusetts. Después de estar cinco años allí, presenté una solicitud y fui aceptada para trabajar con Elinor Ostrom durante dos años, desde agosto de 2007 a julio de 2009, en mi postdoctorado en el Workshop in Political Theory and Policy analysis, que ella maneja, en la universidad de Indiana.

¿Cuánto tiempo lleva vinculada a la Universidad Javeriana? Yo me considero javeriana desde la cuna. Mi familia toda es javeriana. Yo hice mi pregrado y cuando terminé la carrera, en 1999, empecé a trabajar en la Facultad de estudios ambientales y Rurales hasta el 2002 mientras hacía simultáneamente mi maestría en Desarrollo Rural. Me fui siete años a hacer el Doctorado y el Postdoctorado, y me reincorporé en julio de este año.

¿En qué trabajó con Elinor Ostrom durante esos dos años? el postdoctorado de la universidad de Indiana es diferente a otros postdoctorados  ya que no sólo es un proceso de investigación sino que también se toman materias. en mi primer semestre yo vi dos materias con ella, una clase de análisis institucional y otra sobre temas forestales. estas dos clases se relacionan mucho con el trabajo de los bienes comunes que Elinor Ostrom ha realizado durante su carrera y el motivo por el cual le dan el premio Nobel.

Ella creó una red de institutos en el mundo que trabajan temas forestales, integrada por 12 países, y uno de sus sueños es que Colombia se vuelva el décimo tercer país, entonces estamos trabajando en desarrollar ese instituto en Colombia y en buscar financiación. Lo otro que estamos haciendo es un artículo sobre los cambios que se han dado durante los últimos 15 años en cinco comunidades de Indiana que trabajan en el manejo forestal en esta región de estados unidos. en noviembre ya se manda a publicación. También adelanto algunos proyectos de investigación con personal académico que la apoya en su trabajo en el Workshop, tales como un proyecto en Mallorca (españa) sobre cómo financiar proyectos verdes en destinos turísticos, otro de acompañamiento a planes de manejo pesquero en tres comunidades del amazonas y estoy escribiendo un par de artículos con algunos de sus colaboradores y estudiantes.

¿Cómo fue su primer encuentro con Ostrom? La primera vez que la vi fue en el aeropuerto el Dorado, cuando ella llegó a una conferencia a la que yo la estaba invitando. Yo estaba con Juan camilo cárdenas, ingeniero industrial de la Javeriana, que hoy es profesor en la universidad de los andes. Él fue mi jefe durante mis primeros años de trabajo con la Facultad de estudios ambientales y Rurales, él regresaba de hacer su posdoctorado con ella, y por él tuve la oportunidad de conocer su trabajo y realizaciones. Desde que supe de ella quise conocerla y trabajar con ella, pues sus condiciones intelectuales y sus orientaciones investigativas  coinciden con mi visión de la disciplina económica. Nos escribimos un par de veces, es una mujer que contesta todos los correos que uno le envía, aún ahora después del Nobel, y en algún momento tuve un dinero para organizar una conferencia y la invité con un año y medio de anticipación, contándole que había un grupo en la Javeriana que trabajaba sus temas. aceptó y en agosto de 2006 estuvo en Bogotá.

¿Cuál fue la percepción que se llevó de ella? es una mujer extremadamente dulce, sensible, que a pesar de sus 76 años, tiene una gran vitalidad y está lejos de pensar que se va a jubilar. además dedica su vida a sus estudiantes y a las personas que están cercanas a ella, que son su familia, pues no tiene hijos. va a trabajar todos los días de la vida, es muy responsable y sencilla.

¿Qué anécdota recuerda de Elinor Ostrom en Bogotá? hay una anécdota que ella ha repetido en otros escenarios académicos que quisiera resaltar, y es que nosotros hemos trabajado con mujeres piangüeras del Pacífico colombiano, la piangua es un molusco que las mujeres sacan del manglar, y nos pareció interesante traerlas para que contaran cómo ha cambiado su vida a partir del trabajo de la Javeriana y de otras fundaciones que las han apoyado. Y doña honoria, que tenía unos 70 años, se para y empieza diciendo “a mí el trabajo que ha hecho esta gente me cambió la vida, por eso soy capaz de pararme en frente de todos estos gringos, y decirles que ahora valoro más los recursos naturales, ahora sé que yo como mujer valgo”. La Ostrom no lo podía creer, me miraba y me decía “esto es en serio, para mí cualquier investigación del mundo no vale nada comparado con que a uno alguien le diga eso”. ahora lo menciona cada vez que se lo preguntan.

Grupo de javerianos que acompañó a la nueve Premio Nobel de Economía durante su visita de tres días a Bogotá.

Después, ¿cuándo se reencontró con Ostrom? cuando presenté uno de los capítulos de mi disertación del doctorado ella estuvo presente y me preguntó que qué pensaba hacer después del doctorado y yo le dije que debía regresar a la Javeriana y me planteó la posibilidad de ir a Indiana a hacer el postdoctorado. Me dijo que las inscripciones eran en marzo y que esperaba mi aplicación. en febrero me escribió su secretaría para recordarme que enviara los papeles y para decirme que era muy poco probable que me financiaran. Yo le respondí que no tenía probabilidad de pagarlo, nos turísticos, otro de acompañamiento a planes de manejo pesquero en tres comunidades del amazonas y estoy escribiendo un par de artículos con algunos de sus colaboradores y estudiantes. ¿Cómo fue su primer encuentro con Ostrom? La primera vez que la vi fue en el aeropuerto el Dorado, cuando ella llegó a una conferencia a la que yo la estaba invitando. Yo estaba con Juan camilo cárdenas, ingeniero industrial de la Javeriana, que hoy es profesor en la universidad de los andes. Él fue mi jefe durante mis primeros años de trabajo con la Facultad de estudios ambientales y Rurales, él regresaba de hacer su posdoctorado con ella, y por él tuve la oportunidad de conocer su trabajo y realizaciones. Desde que supe de ella quise conocerla y trabajar con ella, pues sus condiciones intelectuales y sus orientaciones investigativas  coinciden con mi visión de la disciplina económica. Nos escribimos un par de veces, es una mujer que contesta todos los correos que uno le envía, aún ahora después del Nobel, y en algún momento tuve un dinero para organizar una conferencia y la invité con un año y medio de anticipación, contándole que había un grupo en la Javeriana que trabajaba sus temas. aceptó y en agosto de 2006 estuvo en Bogotá. ¿Cuál fue la percepción que se llevó de ella? es una mujer extremadamente dulce, sensible, que a pesar de sus 76 años, tiene una gran vitalidad y está lejos de pensar que se va a jubilar. además dedica su vida a sus estudiantes y a las personas que están cercanas a ella, que son su familia, pues no tiene hijos. va a trabajar todos los días de la vida, es muy responsable y sencilla.

¿Qué anécdota recuerda de Elinor Ostrom en Bogotá? hay una anécdota que ella ha repetido en otros escenarios académicos que quisiera resaltar, y es que nosotros hemos trabajado con mujeres piangüeras del Pacífico colombiano, la piangua es un molusco que las mujeres sacan del manglar, y nos pareció interesante traerlas para que contaran cómo ha cambiado su vida a partir del trabajo de la Javeriana y de otras fundaciones que las han apoyado. Y doña honoria, que tenía unos 70 años, se para y empieza diciendo “a mí el trabajo que ha hecho esta gente me cambió la vida, por eso soy capaz de pararme en frente de todos estos gringos, y decirles que ahora valoro más los recursos naturales, ahora sé que yo como mujer valgo”. La ostrom no lo podía creer, me miraba y me decía “esto es en serio, para mí cualquier investigación del mundo no vale nada comparado con que a uno alguien le diga eso”. ahora lo menciona cada vez que se lo preguntan.

Después, ¿cuándo se reencontró con Ostrom? cuando presenté uno de los capítulos de mi disertación del doctorado ella estuvo presente y me preguntó que qué pensaba hacer después del doctorado y yo le dije que debía regresar a la Javeriana y me planteó la posibilidad de ir a Indiana a hacer el postdoctorado. Me dijo que las inscripciones eran en marzo y que esperaba mi aplicación. en febrero me escribió su secretaría para recordarme que enviara los papeles y para decirme que era muy poco probable que me financiaran. Yo le respondí que no tenía probabilidad de pagarlo, pensé que no iba a realizar mi sueño de trabajar con ella, y la secretaria me dijo que de todas maneras enviara todo, y el 6 de marzo me respondió una carta diciéndome que me financiaban para estar un año con ellos. Llegué a Indiana en agosto de 2007 y estuve dos años.

Finalmente, ¿qué sintió cuando se enteró que Ostrom se ganó el Nobel? Para qué lo niego, lloré. Para mí fue muy emocionante no sólo porque ella se lo merece sino porque es un rayo de luz para la ciencia económica. ella no sólo es la primera mujer que se gana el Nobel de economía, sino el primer Nobel de economía concedido a temas ambientales. Introduce nuevos temas de economía institucional que ofrecen nuevas posibilidades de desarrollo para comunidades e instituciones. Los temas que trabaja son de especial relevancia para colombia, en donde existen territorios colectivos (tanto de comunidades negras como de comunidades indígenas), reservas de la sociedad civil y parques Nacionales habitados por comunidades. elinor ostrom nos dice que en todos estos casos se debe hacer un esfuerzo porque las políticas públicas estén en sincronía con las lógicas y prácticas de uso locales.