«Aprendí a perdonarme, a valorarme como mujer»
La Facultad de Teología desarrolla desde 2014 un proyecto social para formar en valores y desarrollo integral a un grupo de mujeres que han ejercido la prostitución en la zona centro de Bogotá.
Yoli: «nos enseñaron a creer en Dios, que él siempre está con nosotros así no lo veamos; a trazarnos nuestras metas y cumplirlas; a valorarnos como personas y a dejar atrás el pasado y mirar un nuevo horizonte lleno de luz y cosas muy lindas”.
Luz: “me ayudaron a manejar los dolores internos y las emociones, enseñándonos que nosotras somos muy valiosas, capaces, que podemos hacer mucho por nuestra familia y salir adelante; no hay limitaciones cuando se quiere lograr algo con un buen propósito”.
Sandra: “me sirvió mucho para mi vida personal, aprendí a perdonarme a mí misma y a los demás, me he sentido mejor emocionalmente, ya no me siento triste, porque Dios me manda personas como ustedes para sanar mis heridas”.
Fernanda: “tocó mi corazón para darme cuenta que a pesar de mis obras y mi actuar en el pasado soy una persona valiosa, cambió mi personalidad y esa for- ma de pensar negativa, me reconstruí como persona que tengo sueño, metas y muchos valores”.
Elizabeth: “Aprendí a valorarme como mujer, como madre y como parte de una sociedad y aprendí a perdonarme a mí misma, que es tan difícil”.
Los testimonios de Yoli, Luz, Sandra, Fernanda y Elizabeth son solo cinco de las 56 respuestas que dieron las beneficiarias del plan de formación en valores y desarrollo integral que adelanta la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana, con los participantes de la Red Misión, para los Grupos de Vida de mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución en la zona centro de Bogotá.
La inspiradora
María Stella Rodríguez Arenas, psicóloga y teóloga, profesora de tiempo completo de la Facultad de Teología desde hace más de 20 años, fue la inspiradora de este proyecto, luego de conocer la Red Misión, conformada por laicos y religiosas de varias comunidades como las Hermanas del Buen Pastor y las Hermanas Adoratrices.
“Ellos llevan más de 11 años trabajando en la zona de Santa Fe. Las hermanas del Buen Pastor tienen en el barrio 20 de julio una casa que se llama El Refugio, donde ofrecen talleres de formación en belleza, costura, panadería, bordado y bisutería, con el apoyo del Sena y de otras universidades”, contó María Stella Rodríguez, quien de inmediato pensó que la Javeriana podría complementar esta labor ofreciéndoles a estas mujeres una formación integral que les de- volviera a ellas una conciencia de su dignidad como mujeres y su capacidad de ilusionarse con nuevas metas, descubriendo otras formas de ganarse la vida.
“Pasé a finales de 2013 a la Rectoría un proyecto de presupuesto social San Francisco Javier, y me fue aprobado. Lo desarrollamos durante todo 2014 y lo hemos continuado a lo largo de este
2015 con el aporte de la Facultad, que ofrece los espacios, del grupo de investigación Resilio, de estudiantes voluntarios y de los profesores que entregan su tiempo; de la Red, que a través del Banco de Alimento trae los alimentos, y de las mujeres, que ponen su transporte, su tiempo, su interés y algunos materiales”.
Los talleres
Durante el año pasado se realizaron va- rias sesiones de una mañana y dos convivencias de día entero para las mujeres, en las que se trataron los siguientes temas: “Soy un ser complejo, dinámico y único”; “Tengo una historia”; “La libertad, toma de decisiones vitales”; “Soy parte de una comunidad”; “El cuidado desde la perspectiva de la compasión y la misericordia”; “Autoconocimiento, fortalezas y proyecto de vida”; “De retorno a mi cuerpo”; “El perdón, proceso de sanación y liberación”; “Solidaridad y fuerza de las mujeres –resiliencia personal”; y finalmente un “Componente bíblicto-teológico”.
“Hemos visto que ellas ahora sienten que hay otras alternativas, que no están solas, están recuperando el valor de la comunidad, del pedir ayuda, del saber que ellas pueden buscar otras alternativas económicas, porque están redescubriendo habilidades que las han llevado a explorar otras opciones distintas a tener que pararse en una calle y transarse por 20 mil pesos arriesgando su vida”, afirma la profesora.
Los talleres lograron además que las mujeres se sintieran dignificadas al recibir un refrigerio bien servido, al tener profesores universitarios, al poder contarles a sus hijos que van para una clase a la Universidad y al recibir al final del año pasado un diploma de manos del Decano de la Facultad, en una ceremonia de grado organizada especialmente para ellas. “Muchas me dijeron: ‘profe, esto es lo único bueno que le he podido mostrar a mis hijos, lo único de lo que yo me siento orgullosa’”.
Emprendimiento
Este año las mujeres han continuado asistiendo a los talleres en dos grupos, uno los martes y otros jueves, donde han recibido además una formación en emprendimiento, que ofrece la profesora Elvira Ticora, de la Facultad de Arquitectura y Diseño, quien afirma que este taller potencializa los talentos de las mujeres, “son grandes seres huma- nos con mucha creatividad, son alegres, divertidas… y se han dado cuenta que con poco se puede hacer mucho”.
Hoy las mujeres han aprendido a construir exhibidores, cajitas, empaques y se dio el caso por ejemplo de Claudia Patricia, quien ya montó un salón de belleza que llamó Patricias y ofreció venderles a las otras sus productos allá. “Queremos que se animen a pensar como empresarias, desde la asociación productiva”, agregó Elvira Ticora.
Por ahora se sabe que el proyecto social continuará hasta finalizar el 2015. “Dios dirá, de año en año vamos viendo las posibilidades”, manifestó María Stella Rodríguez, agregando que el deseo es acompañar el programa con un proyecto de investigación práctica, que valide el proceso de formación que se ha ejecutado.
Equipo de profesores
- María Stella Rodríguez: Formación integral: Soy un milagro maravilloso
- Ángela María Sierra: De retorno a mi cuerpo – Encuentro y Sanación –
- Susana Becerra: El cuidado desde la perspectiva de la compasión y la misericordia
- Oscar Arango: Tengo una historia
- David Eduardo Lara: Soy parte de una comunidad
- Ricardo Acero: Autoconocimiento, fortalezas y proyecto de vida
- Juan Alberto Casas: Componente bíblico-teológico de la formación integral
- P. Hermann Rodríguez, S.J. (Decano de Teología)
- Elvira Ticora (Facultad de Arquitectura y Diseño): Creatividad y habilida- des para la vida: Fundamentos de emprendimiento y diseño.
“Ellas ahora sienten que hay otras alternativas, que no están solas, están recuperando el valor de la comunidad, del pedir ayuda, del saber que ellas pueden buscar otras alternativas económicas, porque están redescubriendo habilidades que las han llevado a explorar otras opciones distintas”