“El poder es servicio”, padre Jaime Oraá, S.J.
Estudiantes facilitadores del programa Cultura para la paz se reunieron con el padre Jaime Oraá, S.J., quien les hizo un llamado especial para continuar en la construcción de paz.
Cuando dejas tu destino y el de la nación en manos de aquellos que te pueden manipular y usarlo en su propio beneficio, pierdes la oportunidad de ser humano, pronunció el padre Oraá en reunión con, los facilitadores del programa Cultura para la Paz. Jaime Oraá, S.J., presidente de la Red de Centros Universitarios de la Compañía de Jesús en España (UNIJES), experto en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario compartió sus conocimientos y experiencias en torno al servicio como poder. En Colombia, donde se ha naturalizado la violencia y los derechos han sido continuamente violados, la sociedad ha perdido su capacidad de conectarse con el sufrimiento del otro. El padre Oraá comenta: “tenemos la obligación de velar por los derechos humanos de los demás, el Estado debe garantizarlos”, por lo tanto, para construir paz en Colombia es necesario asumir la responsabilidad de hacer parte de ella. Como dice el Padre “todos somos pecadores, pero no es lo mismo Pinochet que la Madre Teresa de Calcuta”, en consecuencia, todas las personas son responsables, de alguna manera, de mantener el conflicto interno y esto debería movilizarlas hacia la transformación de la sociedad, hacia un nuevo comienzo. Cuando una parte del pueblo, y sobre todo si es el que más sufre la injusticia y la pobreza, no participa, las clases altas, por el statu quo, son las beneficiadas y éstas no tienen ningún interés en cambiar la situación“, afirmó Oraá. ¿Cómo podría aspirar un pueblo a cambiar estas circunstancias? Sin educación esta transformación queda al azar y sus posibilidades se reducen al mínimo. Entonces la educación es la mejor herramienta, porque como sentencia el jesuita, “sin educación, la gente es muy manipulable”, por esta razón la educación en paz, ciudadanía y democracia se convierte en el baluarte de la construcción de una cultura para la paz. Apoyado en las palabras de Ignacio de Ellacuría, S.J., asesinado por los militares salvadoreños durante la Guerra Civil, el padre Oraá invita a “hacernos cargo de la realidad, encargarnos de la realidad y cargar con la realidad”, es decir, analizar la realidad, transformarla y ser capaces de asumir las consecuencias que esto genera. Los facilitadores del Programa Cultura para la Paz, se sintieron movilizados, llamados e invitados al escuchar estas palabras de un jesuita, con la experiencia y sobre todo con la sencillez y el cariño con el que decía “Dios está presente en el mundo, en el rostro de los crucificados, en la gente que sufre, y ahí es donde tenemos que reconocerlo”. Esperanza es el fruto de este encuentro. Es evidente la necesidad de continuar la formación para afrontar los desafíos de ser facilitadores para la construcción de paz en la Universidad y en la sociedad; y la invitación a generar espacios donde los jóvenes enfrenten el reto de ver el rostro del sufriente y encargarse de la realidad que está viviendo el país. ¡La responsabilidad está en nuestras manos!.