1 de Julio del 2015 | Edición N°: Año 54 N° 1309
Por: Redacción Hoy en la Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



La Facultad de Teología desarrolla desde 2014 un proyecto social para formar en valores y desarrollo integral a un grupo de mujeres que han ejercido la prostitución en la zona centro de Bogotá.

Yoli: «nos enseñaron a creer en Dios,  que  él  siempre  está  con nosotros  así  no  lo  veamos;  a trazarnos nuestras metas y cumplirlas; a  valorarnos  como  personas  y  a  dejar atrás el pasado y mirar un nuevo horizonte lleno de luz y cosas muy lindas”.

Luz: “me ayudaron a manejar los dolores internos y las emociones, enseñándonos que nosotras somos muy valiosas, capaces, que podemos hacer mucho por nuestra familia y salir adelante; no hay limitaciones  cuando  se  quiere  lograr algo con un buen propósito”.

Sandra:  “me  sirvió  mucho  para  mi vida personal, aprendí a perdonarme a mí misma y a los demás, me he sentido mejor emocionalmente, ya no me siento triste, porque Dios me manda personas como ustedes para sanar mis heridas”.

Fernanda: “tocó mi corazón para darme cuenta que a pesar de mis obras y mi actuar en el pasado soy una persona valiosa, cambió mi personalidad y esa for- ma  de  pensar  negativa,  me  reconstruí como persona que tengo sueño, metas y muchos valores”.

Elizabeth: “Aprendí a valorarme como mujer, como madre y como parte de una sociedad y aprendí a perdonarme a mí misma, que es tan difícil”.

Los testimonios de Yoli, Luz, Sandra, Fernanda y Elizabeth son solo cinco de las 56 respuestas que dieron las beneficiarias  del  plan  de  formación  en  valores y desarrollo integral que adelanta la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad  Javeriana,  con  los  participantes de la Red Misión, para los Grupos  de  Vida  de  mujeres  que  ejercen  o han ejercido la prostitución en la zona centro de Bogotá.

 

La inspiradora

María Stella Rodríguez Arenas, psicóloga y teóloga, profesora de tiempo completo de la Facultad de Teología desde hace más de 20 años, fue la inspiradora  de  este  proyecto,  luego  de  conocer la Red Misión, conformada por laicos y religiosas de varias comunidades como las Hermanas del Buen Pastor y las Hermanas Adoratrices.

“Ellos llevan más de 11 años trabajando en la zona de Santa Fe. Las hermanas del Buen Pastor tienen en el barrio 20 de julio una casa que se llama El Refugio, donde ofrecen talleres de formación en belleza, costura, panadería, bordado y bisutería, con el apoyo del Sena y de otras universidades”, contó María Stella Rodríguez,  quien  de  inmediato  pensó que  la  Javeriana  podría  complementar esta  labor  ofreciéndoles  a  estas  mujeres una formación integral que les de- volviera  a  ellas  una  conciencia  de  su dignidad como mujeres y su capacidad de ilusionarse con nuevas metas, descubriendo otras formas de ganarse la vida.

“Pasé a finales de 2013 a la Rectoría un  proyecto  de  presupuesto  social  San Francisco  Javier,  y  me  fue  aprobado. Lo  desarrollamos  durante  todo  2014  y lo hemos continuado a lo largo de este

2015 con el aporte de la Facultad, que ofrece los espacios, del grupo de investigación Resilio, de estudiantes voluntarios y de los profesores que entregan su tiempo; de la Red, que a través del Banco de Alimento trae los alimentos, y de las mujeres, que ponen su transporte, su tiempo, su interés y algunos materiales”.

Los talleres

Durante el año pasado se realizaron va- rias sesiones de una mañana y dos convivencias de día entero para las mujeres, en las que se trataron los siguientes temas: “Soy un ser complejo, dinámico y único”; “Tengo una historia”; “La libertad,  toma  de  decisiones  vitales”;  “Soy parte  de  una  comunidad”;  “El  cuidado desde  la  perspectiva  de  la  compasión y  la  misericordia”;  “Autoconocimiento, fortalezas y proyecto de vida”; “De retorno a mi cuerpo”; “El perdón, proceso de  sanación  y  liberación”;  “Solidaridad y fuerza de las mujeres –resiliencia personal”;  y  finalmente  un  “Componente bíblicto-teológico”.

“Hemos visto que ellas ahora sienten que hay otras alternativas, que no están solas, están recuperando el valor de la comunidad,  del  pedir  ayuda,  del  saber que ellas pueden buscar otras alternativas económicas, porque están redescubriendo habilidades que las han llevado a explorar otras opciones distintas a tener que pararse en una calle y transarse por  20 mil  pesos  arriesgando  su  vida”, afirma la profesora.

Los talleres lograron además que las mujeres se sintieran dignificadas al recibir un refrigerio bien servido, al tener profesores universitarios, al poder contarles a sus hijos que van  para  una  clase a   la   Universidad   y al recibir al final del año pasado un diploma de manos del Decano de la Facultad, en   una   ceremonia de grado organizada especialmente   para ellas.   “Muchas   me dijeron:  ‘profe,  esto es   lo   único   bueno que le he podido mostrar a mis hijos, lo único de lo que yo me siento orgullosa’”.

 

Emprendimiento

Este  año  las  mujeres  han  continuado asistiendo a los talleres en dos grupos, uno  los  martes  y  otros  jueves,  donde han recibido además una formación en emprendimiento, que ofrece la profesora  Elvira  Ticora,  de  la  Facultad  de  Arquitectura  y  Diseño,  quien  afirma  que este  taller  potencializa  los  talentos  de las mujeres, “son grandes seres huma- nos con mucha creatividad, son alegres, divertidas…  y  se  han  dado  cuenta  que con poco se puede hacer mucho”.

Hoy   las   mujeres   han   aprendido   a construir exhibidores, cajitas, empaques y  se  dio  el  caso  por  ejemplo  de  Claudia  Patricia,  quien  ya  montó  un  salón de  belleza  que  llamó  Patricias  y  ofreció  venderles  a  las otras  sus  productos allá.  “Queremos  que se  animen  a  pensar como     empresarias, desde  la  asociación productiva”,   agregó Elvira Ticora.

Por  ahora  se  sabe que  el proyecto  social  continuará  hasta finalizar el 2015. “Dios dirá, de año en año vamos viendo las posibilidades”, manifestó María Stella Rodríguez, agregando  que  el  deseo  es  acompañar  el programa con un proyecto de investigación práctica, que valide el proceso de formación que se ha ejecutado.

Equipo de profesores

  • María Stella Rodríguez: Formación integral: Soy un milagro maravilloso
  • Ángela María Sierra: De retorno a mi cuerpo – Encuentro y Sanación –
  • Susana Becerra: El cuidado desde la perspectiva de la compasión y la misericordia
  • Oscar Arango: Tengo una historia
  • David Eduardo Lara: Soy parte de una comunidad
  • Ricardo Acero: Autoconocimiento, fortalezas y proyecto de vida
  • Juan Alberto Casas: Componente bíblico-teológico de la formación integral
  • P. Hermann Rodríguez, S.J. (Decano de Teología)
  • Elvira Ticora (Facultad de Arquitectura y Diseño): Creatividad y habilida- des para la vida: Fundamentos de emprendimiento y diseño.

 

“Ellas  ahora  sienten  que hay otras alternativas, que no están solas, están recuperando  el  valor  de la  comunidad,  del  pedir ayuda, del saber que ellas pueden  buscar  otras  alternativas económicas, porque están redescubriendo  habilidades  que las han llevado a explorar otras opciones distintas”