Bio – Eufonía , un diseño javeriano en Viena
Felipe Romero Vargas, Sergio Riatiga Ibáñez, Jonathan Hernández López y Nicolás Escobar, estudiantes de décimo semestre de Arquitectura, quedaron finalistas en el concurso Viena House of Music en el que participaron 416 proyectos de 30 países.
Con el diseño Bio – Eufonía un grupo de cuatro estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana fue finalista en el concurso Viena House of Music (La Casa de la Música de Viena), convocado por el sitio web ArchMedium de Barcelona (España). El concurso consistía en presentar una propuesta con el diseño de un nuevo edificio: La Viena House of Music, un proyecto con el que se buscaba la creación de un nuevo espacio en el cual se dieran cita las nuevas tendencias de la música clásica contemporánea, y que permitiera la unión entre la historia y el presente de la ciudad. La convocatoria estuvo dirigida a grupos de máximo seis estudiantes de pregrado o postgrado de cualquier parte del mundo, tanto de Arquitectura como de ramas relacionadas. Según las bases de este concurso, se debían elegir 3 proyectos ganadores, 10 menciones de honor y 50 finalistas. El equipo de cuatro javerianos fue uno de los 50 finalistas dentro de una totalidad de 416 proyectos presentados por estudiantes de varias nacionalidades. La recepción de propuestas finalizó el 31 enero y los ganadores se conocieron el pasado 27 febrero en la página web de ArchMedium.
Felipe Romero Vargas, uno de los integrantes del grupo finalista, expresó que “el concurso consistía en crear La Casa de la Música para Viena, en Austria. El concurso en sí era proponer una casa musical en un parque histórico de Viena, teniendo en cuenta el contexto histórico. Ellos nos daban un proyecto arquitectónico que tenía un auditorio, salones para músicos, salas de exposición, cafetería, restaurante. Nos daban unos principios básicos y ya, con base en eso, uno analizaba y sacaba la propuesta”.
Bio – Eufonía: Entre la música y la ecología
Viena es calificada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad; por esta razón, uno de los aspectos más importantes evaluado en este concurso era el del respeto y la capacidad de los proyectos para convivir en armonía con el parque y con la ciudad de Viena.
Esta fue una de las características que más aportó para el posicionamiento del diseño de los javerianos dentro de los finalistas. Según Sergio Riatiga Ibáñez, uno de sus creadores: “Había unos conocimientos básicos aplicados. Acá todos hemos tocado una que otra vez un instrumento y teníamos la idea del pentagrama. Nos basamos mucho en la parte musical, pero también tuvimos en cuenta otros medios importantes que se pedían en el concurso, como la inclusión de los espacios verdes dentro del proyecto”.
Pero por otro lado, la música fue un factor determinante en la concepción de este proyecto, según lo explica Jonathan Hernández López, otro de sus diseñadores: “Bio – Eufonía quiere decir dar vida a una secuencia armoniosa de sonidos, entonces lo que queríamos era darle forma al sonido e intentar encapsularlo en ciertos espacios. Lo que hicimos en el diseño fue sobreponer todo el contexto que teníamos con un pentagrama y empezar a trazar las relaciones y las tensiones para entender en qué tipo de entorno estábamos, y sobre el pentagrama sobreponer unos puntos, suponiendo que estábamos creando una armonía. Luego lo siguiente fue pensar en que este pentagrama se levantaba y le daba vida a unas formas que iban a ser toda nuestra propuesta espacial”.
Trabajo en equipo Otra de las claves para ubicar este proyecto dentro de los 50 finalistas mundiales, fue la combinación del talento de los cuatro estudiantes de Arquitectura y su capacidad para trabajar en equipo, con unas extensas jornadas de trabajo en época de vacaciones. Así lo relata Nicolás Escobar Murcia, otro de los integrantes, quien explica que los diseñadores de la propuesta javeriana se conocen desde primer semestre y ya sabían cómo trabajaban juntos: ‘’Nos demoramos un mes trabajando, más o menos ocho horas diarias, a veces diez,
a veces doce. Los cuatro estábamos en décimo semestre. Trabajamos diciembre y enero, y entregamos el producto a finales de enero. En ese momento estábamos en vacaciones y aprovechamos el tiempo”. Los criterios generales para la evaluación de los proyectos fueron la calidad y claridad en la presentación, la capacidad de relacionarse con el entorno urbanístico, histórico y la vegetación existente, y el diseño arquitectónico de la propuesta, es decir, su capacidad para convertirse en un edificio representativo de la ciudad de Viena. El jurado estuvo compuesto por cinco especialistas, cada uno de ellos encargado de examinar la calidad de sus áreas de especialización en cada proyecto, aunque el concepto final correspondió a la valoración del proyecto en conjunto. Los jurados destacaron la enorme participación de la comunidad de estudiantes, al haber recibido más de 400 propuestas de más de 30 países diferentes.
Nicolás Escobar manifestó que aunque su equipo no quedó entre los ganadores, sí acertaron en muchos de los criterios que valoró el jurado: ‘’La Facultad tiene muy buen plan de estudios porque se enfoca en el tema del diseño y realmente el concurso se centraba más en una idea de diseño, y por el tema ambiental y todo eso, nos fue súper bien. Estamos muy orgullosos de representar a la Universidad y esto es un mérito para nosotros y para los futuros egresados de la Javeriana”