mayo 2012 | Edición N°: año 51, No. 1277
Por: Pedro Pablo Mejía Salazar* | Comunicador Social y Periodista. Editor de la revista Hoy en la Javeriana.



En la Panadería del Centro Hogar San Jorge, perteneciente al Albergue Infantil “Mamá Yolanda”, se hacen más que panes. 60 niños remitidos por Bienestar Familiar, por estar en situación de vulneración de derechos, también encuentran allí un espacio para aprender cosas nuevas, para compartir y ser mejores personas cada día.
Allí un equipo interdisciplinario de Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil y la socióloga de la Facultad de Ingeniería ejecutó durante el 2011 uno de los proyectos sociales que fueron seleccionados en la convocatoria “San Francisco Javier” que anualmente realiza la Rectoría de la Pontificia Universidad Javeriana.
El proyecto “Propuesta de Mejoramiento y Desarrollo Sostenible del Proyecto Panadería del Centro Hogar San Jorge- Albergue Infantil Mamá Yolanda” lo lideraron la ingeniera Giovanna Fiorillo, profesora de planta del Departamento de Ingeniería Industrial;
la socióloga Blanca Cecilia Pérez, coordinadora de Proyección Social de la Facultad de Ingeniería; la ingeniera Sandra Méndez Fajardo, profesora de planta del Departamento de Ingeniería Civil; la ingeniera Mabel Olano Parra, profesora cátedra del Departamento de Ingeniería Industrial; y Camilo Merchán, profesor cátedra del Departamento deIngeniería Industrial.
El trabajo se hizo con el apoyo de estudiantes de la Universidad, y de los integrantes del Albergue que actualmente lo dirige Zulay Rodríguez López.
El albergue “Mamá Yolanda” es una institución sin ánimo de lucro fundada por Yolanda Pulecio Vélez en 1958 que hoy ofrece programas de atención integral que involucran profesionales en áreas de la salud y de la educación.
Entre sus componentes cuenta con una Panadería en la cual los niños aprenden sobre este oficio.
La Panadería, aunque está equipada con un horno alemán, cabezaleros, latas, mesones, batidora, cortadora, mezcladora,
entre otros utensilios, estaba siendo subutilizada y se vio en ella una posibilidad de generar ingresos para el Albergue.
Aprovechando que la carrera de Ingeniería Industrial llevaba cinco años trabajando en el Albergue con la asignatura Proyecto Social Universitario se inició el contacto para apoyar su deseo de fortalecer la producción de la Panadería.
El diagnóstico inicial fue una capacidad de infraestructura y unos equipos subutilizados, la producción de panes sólo para el consumo interno, la falta de mantenimiento, la ausencia de planeación, la necesidad de realizar control a la producción, la no documentación y estandarización de los procesos y la falta de estudio sobre las mejores ofertas del mercado para la compra de insumos.
Con esta información el proyecto social se enfocó en trabajar en las áreas de Planeación, Producción, Procesos, Calidad e Investigación de Mercados. Entre muchas otras actividades, se determinó el mercado meta; se diseñó un plan de mercadotecnia para ampliar el portafolio de productos ofrecidos, establecer las estrategias de producto, precio, distribución y comunicación, así
como las estrategias de orientación y posicionamiento al mercado. Finalmente, se elaboró un formato y manual de metodología para selección y evaluación de proveedores.
En el área de planeación estratégica y mapa de procesos se determinó los requerimientos que debe cumplir la panadería para realizar contratos; se elaboró el mapa de procesos; se documentaron los procesos de gestión humana, gestión contable y gestión de inventarios, como los procesos fundamentales y de apoyo críticos.
En el área de Producción y análisis de procesos se elaboró documentación de los procesos de compras y recepción técnica de materiales de la panadería; las fichas técnicas de los productos; y se compararon precios con otras instituciones.
Todo lo técnico se complementó con un trabajo de tipo académico con responsabilidad social, es decir con componente
humanístico, pues se hizo un acompañamiento vivencial y de talleres teórico-prácticos para niños y jóvenes,explicó la ingeniera Giovanna Fiorillo.
Este aporte javeriano le permitió a la Panadería ampliar su portafolio de productos para ofrecerlos a cada una de las sedes con que cuenta el albergue al igual que a los Centros Amar Kennedy y Corabastos y a otras empresas con las cuales ya están comercializando refrigerios.
La institución está ahora en el proceso de obtener el registro Invima, lo que permitiría contratar con muchas más entidades del Estado la venta de sus panes y a su vez mejorar los ingresos, para de esta forma pensar en ser un albergue autosostenible, pues su funcionamiento depende actualmente un alto porcentaje de las donaciones.
“Nosotros no fuimos a enseñarle al panadero (Alejandro Cortés) cómo hacer el pan, lo que le dijimos es que lo que hace es tan importante para que lo hagamos de la misma manera muchas veces vamos a hacer una ficha técnica, pero él fue el que nos dio toda la información”, explicó la ingeniera Mabel del Pilar Olano Parra, quien agregó que una de las fortalezas del proyecto fue que todo se hizo de forma participativa.
Ahora el Albergue continuará aplicando todo el aprendizaje que les dejaron los ingenieros javerianos para seguir ofreciendo no sólo más y mejores panes sino también mucho amor a los niños.                                                                                          “Cuando salimos a ofrecer nuestros panes lo hacemos con el convencimiento de que no estamos vendiendo sólo refrigerios, estamos vendiendo un proyecto social y de impacto social”, concluyó Zulay Rodriguez López, director de “Mamá Yolanda”
*Comunicador Social y Periodista Editor revista Hoy en la Javeriana