septiembre 2010 | Edición N°: año 49 No. 1261
Por: Alberto Gutiérrez, S.J.* | Pontificia Universidad Javeriana



El 9 de septiembre de 1924, fiesta de San Pedro Claver, el entonces General de la compañía de Jesús, P. Wladimiro Ledochowski, se encontraba en Oña (España), colegio máximo de la Provincia de castilla, a la cual pertenecía la misión colombiana. ese día, el General firmó el decreto de restauración de la Provincia de Colombia. Para el Padre Ledochowski, entre muchos argumentos, dos merecían ser tenidos en cuenta en el momento de ejercer un acto de gobierno que tenía como pasado muy significativo el de la Provincia del Nuevo Reino, existente desde 1610 hasta la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de España en 1767: el primero era el grado de desarrollo jesuítico al que había llegado la misión, gracias al trabajo de padres y hermanos que, sin temor a destierros y a tener que volver a empezar de cero, habían preparado y hecho fecundar el terreno para reiniciar una vida jurídica propia; el segundo, la generosidad y ejemplo de la provincia madre de castilla que había destinado excelentes jesuitas a estas partes de la américa, antes colonias y ahora repúblicas que estaban en proceso de estabilizarse religiosa y políticamente.

El 8 de diciembre de 1924, día de la Inmaculada concepción de maría, fue la fecha señalada por el P. General para que la erección de la Provincia entrara en vigor. el P. Uldarico Urrutia, eximio orador, por otra parte, leyó el decreto y la carta adjunta del P. Ledochowski “a los padres y hermanos de la Provincia de Colombia”. Igualmente la patente del primer Provincial, Padre Jesús maría Fernández, quien, desde septiembre de 1920 se había desempeñado como Superior de la misión. No faltaron en la ocasión ni el arzobispo de Bogotá, Mons. Bernardo Herrera Restrepo, ni el Presidente de la República, general Pedro Nel Ospina, ni un nutrido conjunto de jesuitas, clérigos y amigos de la compañía. el primer catálogo de la Provincia colombiana es de 1926 y está impreso el 6 de marzo. Figuran en él 303 jesuitas, de los cuales 91 son sacerdotes, 108 escolares y 103 hermanos coadjutores. era una Provincia sólida, con gran futuro y que, sin tenerlo todo, sí podía responder a las ilusiones que se hacía el General respecto de ella.

En pocos años se completará el marco apostólico con la restauración de la Universidad Javeriana. Los creadores de grandes obras en la Provincia estaban en formación y pronto llegarían a la Provincia a aportar lo que habían aprendido en el exterior. Un solo ejemplo: Félix Restrepo, en Madrid, se perfeccionaba como educador, escritor y experto en cuestiones universitarias. Hoy podemos decir que se alistaba para darle fisonomía a una academia Javeriana que esperaba las circunstancias propicias para renacer. el P. Fernández reunió en 1930 la consulta de Provincia y, con base en las últimas decisiones del recién instaurado gobierno liberal de Olaya Herrera en materia universitaria, planteó el trascendental tema de la restauración de los programas universitarios en una institución que llevaría el nombre de Universidad Javeriana, “como lo fue desde sus comienzos la institución universitaria de los jesuitas fundada en 1622”.

El acto se concretó el 1 de octubre de 1930, día que marca un hito en la historia de la Provincia y del “alma mater”. eran por entonces consultores de la Provincia, los Padres Félix Restrepo, José Salvador Restrepo, Gabriel Lizardi y Ricardo calderón y del colegio de San Bartolomé, Santiago Sádaba, Elías Botero y Luis R. David. el temario de la reunión se refería a “la deliberación sobre la fundación de estudios universitarios en la Provincia”. El P. Fernández designó al P. Félix Restrepo para que, bajo su dirección y de acuerdo con el P. Rector, José Salvador Restrepo, se ocupara de la organización de todo lo referente a la apertura de las clases en el año siguiente, 1931. El historiador Cacua Prada consigna así los inicios de la Javeriana: “en una oficina contigua a la rectoría del colegio de San Bartolomé funcionó la secretaría de la nueva Facultad de ciencias económicas y Jurídicas. cien alumnos y tres asistentes se inscribieron para el primer año, en 1931.”

COLOFÓN: La compañía de Jesús creó el espacio universitario javeriano que, ideado desde los comienzos de la presencia jesuítica en 1604 en que se fundó el colegio de la compañía, sufrió el ocaso de la expulsión en 1767, pero tuvo el renacer de 1930: todo ese proceso de ocasos y nuevos amaneceres tiene un solo nombre aunque con matices coyunturales. Se llama Universidad Javeriana, con un solo ideal universitario y un solo patrón: el sacerdote jesuita
universitario de París y cofundador de la compañía, San Francisco Javier. Al cumplir 80 años desde su restauración, la Universidad se orienta hacia el renovado “ejercicio de la solidaridad” que postula Juan Pablo II como condición necesaria para la paz. Colombia la necesita y, al celebrar los 200 años de su independencia nacional, clama por ella. La Javeriana, como Universidad, está en el centro del proceso pues, según su principio fundamental, propende por que “hombres, mujeres y ciencia estén al servicio del País”

*Fragmento editado tomado del libro 80 años Pontificia Universidad Javeriana. Restablecimiento 1930-2010