Emprendedor javeriano en tratamiento de aguas con lombrices
Juan Carlos Guáqueta Hernández, fundador y gerente de AcuaCare, se graduó de Ingeniero Industrial en la Pontificia Universidad Javeriana en 2010 y luego realizó en Chile una Maestría en Gerencia de Empresas Constructoras.
En dos años la empresa AcuaCare, fundada y gerenciada por el ingeniero industrial javeriano Juan Carlos Guáqueta Hernández, ya ha obtenido el reconocimiento y el aval de importantes instituciones en el mundo.
Primero sus fundadores fueron becados por la Fundación Ardila Lulle para ir a Georgetown a recibir formación en liderazgo y desarrollo para Latinoamérica. Luego, el World Environment Center seleccionó a AcuaCare como una de las dos empresas más sustentables de la región. Posteriormente, el Departamento de Estado de Estados Unidos la seleccionó como la única empresa colombiana representante para ir al Global Entrepreneurship Summit (GES2014) en Marrakech, un evento global de emprendimiento que se hizo en Marruecos, donde fueron ganadores de la Mención de Honor en Agricultura. Y el Banco Interamericano de Desarrollo junto con Pepsico les otorgó el premio como una de las empresas que puede mejorar la vida de las personas en la base de la pirámide.
¿En qué consiste la empresa?
Lo que nosotros hacemos es descontaminar agua utilizando lombrices, que se comen la contaminación que viene en el agua de origen orgánico de una comunidad o de una industria. Y trans- formamos toda esa contaminación en abonos de jardín. El agua después sale por gravedad de un filtro y se puede reutilizar para riego. Permite tener sistemas cerrados de producción totalmente sostenibles, sin ningún tipo de residuo después del proceso.
¿Cómo nació la idea?
Desde que estaba en el colegio yo producía abonos con lombrices. Ese era mi negocio de los 15 años. Cuando ya estaba haciendo la Maestría en Chile me gané una beca para irme a Silicon Valley a capacitarme en innovación tecnológica. Allá conocí a otras personas y un día en un desayuno me enteré que las mismas lombrices que yo utilizaba para producir abonos servían también para descontaminar agua. Volví a Chile y comencé a aprender de la tecnología.
Regresé a Colombia y empecé a investigar sobre climas y alturas para ajustar la tecnología a las condiciones del país y finalmente generar una solución tanto para las viviendas rurales como para grandes comunidades. Ahora estamos con productos para el sector lácteo, para el sector de alimentos, para constructoras…
¿Cuánto lleva la empresa?
La empresa en funcionamiento lleva dos años. Nosotros comenzamos con las uñas. No buscamos inversión desde el momento cero. La hemos guerreado. Los proyectos que hemos realizado han sido con casas rurales, proyectos de sostenibilidad, jardines de producción orgánica, reutilización de aguas lluvia, reutilización de aguas negras con los sistemas de tratamiento… La empresa ha ido creciendo bastante bien y ahora estamos con el reto de darle un nuevo paso a construcciones muchos más grandes.
¿Quiénes conforman la empresa?
Cuando llegué de Chile me asocié con un ingeniero civil javeriano, Juan Manuel Gutiérrez, experto en tratamiento de aguas, y creamos un grupo con Alberto Pardo, otro ingeniero industrial javeriano. Ahora también contamos con otro ingeniero civil y una ingeniera ambiental. Tenemos alianza con una constructora para el desarrollo de proyectos rurales y con otra empresa para dar soluciones al manejo de lixiviados y gases. Nuestro plan es crear otro tipo de alianzas por sectores.
¿Cómo se proyectan a futuro?
Estamos proyectando a ser un proveedor de servicio, más que a vender plantas de tratamiento. Queremos volvernos una solución que preste servicio de tratamiento de agua para empresas o que pueda ayudar a financiar compañías que actualmente no tiene capacidad de comprar plantas de tratamiento y que por ley lo deben hacer. Queremos darles facilidades de pago o modelos de arrendamiento.
¿Qué dice la Ley al respecto?
En Colombia el 90 por ciento del agua contaminada termina en los ríos sin hacérsele nada. Eso además de ser un crimen ambiental es castigado en Colombia, porque hay una ley que es el decreto 3930 donde dice que todo emisor de aguas contaminantes debe retirar un porcentaje de la contaminación. El tema porcentual es muy ambiguo, porque al- guien que contamine mucho y retire el 80%, ese 20% que queda sigue siendo muy grave. Esta ley está en la sexta revisión y lo que se plantea es que no va a ser un porcentaje sino un número al que hay que llegar por industria. Todo condominio y toda empresa tendrán por ley que tratar sus aguas. Es una revolución muy importante en el país sobre el manejo ambiental, especialmente en aguas.
¿Qué le aportó su paso por la Universidad para ser ahora el gerente de AcuaCare?
En la Universidad mi énfasis fue en creación de empresas, siempre tuve esa vena de ser independiente. Lo que hice en la Universidad fue que cada proyecto que yo hacía lo aplicaba en mi pro- pio negocio, eso me permitió tener una educación paralela entre la teoría y la vida práctica empresarial. Al salir de la Universidad ya tenía un trayecto importante recorrido.
“Lo que nosotros hacemos es descontaminar agua utilizando lombrices, que se comen la contaminación que viene en el agua de origen orgánico de una comunidad o de una idustria. Y transformamos toda esa contaminación en abonos de jardín”.