
La desnutrición como marcador prónostico en personas con demencia
La demencia es una afección frecuente que provoca discapacidad, morbilidad y muerte, además de costos elevados. Existen amplias variaciones en el curso de la enfermedad y varios factores contribuyen a su curso heterogéneo, entre estos está incluido el estado nutricional.
Una nutrición adecuada es necesaria para el funcionamiento y reparación de los órganos, incluido el sistema nervioso. La ingesta baja de proteínas conduce a atrofia muscular, reducción de la movilidad, fragilidad y aumento de la inflamación crónica. La desnutrición es una condición común en los adultos mayores que viven en la comunidad y aún más en los hogares geriátricos.
Sabemos que un estado nutricional deficiente está relacionado con resultados adversos como aumento de la morbilidad, hospitalizaciones y mortalidad. Aunque el estado nutricional influye en el pronóstico de la demencia, conocemos poco acerca de si la desnutrición contribuye a la progresión del deterioro cognitivo y funcional, en particular en otros tipos de demencia diferentes al Alzheimer como lo es la demencia con cuerpos de Lewy (LBD).
La pérdida funcional es la vía común de múltiples enfermedades, incluida la demencia. Por tanto, mantener un buen estado funcional se ha convertido en un objetivo importante de intervención. El estado funcional depende de múltiples factores, siendo muchos prevenibles y reversibles, incluida la desnutrición. Por tanto, el objetivo de nuestra investigación fue analizar la asociación de la desnutrición con el curso del deterioro cognitivo y funcional en personas que tienen demencia.

Se analizaron los pacientes del Estudio longitudinal de la demencia del oeste de Noruega con una evaluación anual, excluyendo aquellos con otras condiciones graves que podrían afectar significativamente la cognición, la función o la participación en el estudio. Se llevaron a cabo evaluaciones anuales integrales. Inicialmente, la muestra estaba compuesta por pacientes que vivían en la comunidad. No obstante, durante el seguimiento, el 64% de los pacientes ingresaron a hogares geriátricos. El abandono de los participantes se debió principalmente a la muerte, y muy pocos se perdieron durante el seguimiento o el retiro.
Se estudiaron personas diagnosticadas con enfermedad de Alzheimer (EA) (n = 101), LBD (n = 74) y otras demencias (n = 25). Los criterios de Liderazgo Global sobre Desnutrición (GLIM, por sus siglas en inglés) se utilizaron para determinar el estado nutricional. Además, se evaluaron las actividades de la vida diaria (AVD) y la cognición, utilizando el Minimental state examination. Para analizar la asociación entre el estado nutricional funcionalidad y cognición se realizó un modelo lineal mixto ajustado por sexo, edad, comorbilidades y síntomas neuropsiquiátricos. Fusionamos los dos grupos de desnutrición en uno para proporcionar grupos más grandes y más poder estadístico, y llevamos a cabo un análisis de Kaplan-Meier para evaluar un posible efecto de la des- nutrición en el estado de mortalidad durante el seguimiento.
Resultados: desnutrición vs deterioro funcional
En el diagnóstico, la prevalencia de desnutrición fue del 28,70%, con un 17,32% clasificada como desnutrición moderada y un 11,38% como desnutrición grave. La proporción con desnutrición fue similar en EA (28,16%) y LBD (28,38%), pero el grupo de EA presentó una mayor prevalencia de desnutrición grave (14,29%), en comparación con LBD 9,72%.
La desnutrición se asoció significativamente con el deterioro funcional durante el seguimiento en comparación con no tener desnutrición, siendo éste un resultado relevante. En cuanto a la cognición, no hubo asociación estadísticamente significativa entre el deterioro cognitivo y la desnutrición durante el estudio.
Además, la desnutrición al inicio del estudio fue un predictor significativo del deterioro funcional. Por lo tanto, tener desnutrición al inicio del estudio se asoció con un deterioro de la puntuación de la escala funcional en 8%, en comparación con no tener desnutrición, lo cual no ocurrió con la cognición y la desnutrición basal. Es de resaltar que los sujetos con desnutrición tuvieron una mayor mortalidad en comparación con aquellos sin desnutrición.
Discusión y conclusiones:
Este es uno de los primeros estudios que exploran la asociación longitudinal de la desnutrición con la cognición y la función en la demencia, y que incluye las personas diagnosticadas no solo con Alzheimer sino con demencia con cuerpos de Lewy. La desnutrición ocurrió en más de una cuarta parte y se asoció con un declive funcional más rápido durante el curso de los cinco años de seguimiento. Presentar desnutrición al inicio del estudio se asoció con una disminución en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria AVD del 8% y tener desnutrición durante el seguimiento con una disminución del 4%. Este efecto de la desnutrición encontrado sobre las AVD, especialmente en el momento del diagnóstico, llama la atención para tomar medidas que permitan detectar precozmente la desnutrición y actuar desde etapas tempranas.
La desnutrición es común en los adultos mayores, y más aún en aquellos con demencia, por una variedad de razones que incluyen olvido, falta de apetito, apatía, depresión, cambios en el gusto y el olfato, pérdida dental, mala higiene bucal y trastornos de la deglución. En la demencia, la disminución de la capacidad para realizar las AVD es un parámetro de diagnóstico y pronóstico importante. Nuestros resultados muestran que, en las personas que viven con demencia, la desnutrición juega un papel independiente en el pronóstico funcional.
Hay varias explicaciones posibles para nuestros resultados. Dado que al inicio del estudio la prevalencia de desnutrición ya era alta mientras que el compromiso de las actividades funcionales era bajo, creemos que, al menos inicialmente, la direccionalidad es que la desnutrición empeora la función. Sin embargo, el deterioro funcional también puede potenciar la desnutrición. Por ejemplo, la pérdida funcional genera barreras para el acceso a comprar y cocinar.
Además, las personas con trastornos de la deglución pueden necesitar cambiar a alimentos con una consistencia diferente, lo que puede conducir a una dieta mal equilibrada.
Este es uno de los primeros estudios que exploran la asociación de la desnutrición con la demencia.
Este estudio aclara la importancia de la nutrición para el pronóstico funcional de los pacientes con demencia. Se necesitan estrategias para una evaluación integral, incluida la evaluación nutricional, y las intervenciones para garantizar una nutrición adecuada para mejorar el pronóstico en las personas que viven con demencia.
Artículo Original: Borda, M. G., et al. (2021). “Association of Malnutrition with Functional and Cognitive
Trajectories in People Living with Dementia: A Five Year Follow-Up Study.” J Alzheimers Dis.