Agosto 1980 | Edición N°: Año 19 No. 710
Por: Facultad de Comunicación Social | Pontificia Universidad Javeriana



La Orden de San Pedro Claven nació en la Compañía de Jesús en para distinguir con ella a quienes en forma eminente han hecho suyo el espíritu del Patrocinio de las misiones entre los negros y del Patrono de nuestra Asistencia y de nuestra Provincia.

Pedro Claver afirma su Santidad Juan Pablo II en su Mensaje enviado a los colombianos con motivo de las presentes festividades centenarias estuvo animado por el y universal que distingue al verdadero seguidor de Cristo. Y dentro de este espíritu, el «esclavo de los esclavos» consagró sus mejores energías a los pobres en defensa de sus derechos como personas y como hijos de Dios.

La humanidad, la Iglesia y  dentro de ella y con ella, la Compañía de Jesús tienen necesidad de signos que con la fuerza del Espíritu hagan presentes con toda claridad la con del Hijo de Dios «consagrado para llevar buena noticia a Los pobres  (LC 4, 18). San Pedro Claven Fue, sin duda alguna uno de esos signos.

Su Eminencia Reverendísimo se ha hecho eco de ese mensaje en nuestros días en nuestra propia patria, Quienes tuvimos la gracia de compartir con Su Eminencia los inolvidables días transcurridos en Cartagena pudimos comprender la autenticidad y las exigencias evangélicas de un mensaje que es el del Santa Padre, Su inmenso afecto y entrega para con los pobres y, entre ellos, para quienes Puebla considera «los más pobres entre los pobres» (Puebla ,34) constituyen para todos nosotros un ‘motivo de gratitud y de compromiso con la verdad del Evangelio. La doctrina de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y la invitación que tanto el Padre General de la Compañía de Jesús como yo mismo dirigimos recientemente a toda la Provincia Colombiana con miras a un trabajo por la justicia que nace de la fe, se han mostrado, gracias a Su Eminencia, no solo posibles sino absolutamente necesarios .

Su Eminencia dejó de lado en Cartagena cualquier tipo de actividad, justificada sí, pero menos urgente. Lo hizo para ir al pobre sin ahorrar ningún esfuerzo. Su visita a la Misión, a la Cárcel, a la Casa del Niño, al Ancianato de San Pedro Claver, su encuentro con el pueblo de Cartagena delante de nuestra residencia en la noche del 25 de junio, las Eucaristías que presidié, las palabras que dirigió a tantas personas, indicaron, sin La menor duda, que Jesús es y debe seguir siendo el Emmanuel, el Dios con su Pueblo.

Al imponerle en esta tarde a Su Eminencia la Orden de San Pedro Claver quiero con ello decirle sencillamente : ‘gracias» Y, al hacerlo, quiero también, como Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, renovar el compromiso de todos mis hermanos, de nuestras Obras apostólicas y el de todos nuestros colaboradores seglares por trabajar al servicio de la Iglesia. Lo hacemos de acuerdo con el espíritu que Su Eminencia afirmó no solo con sus palabras sino con obras de amor. Ellas son las Únicas que hacen que la «luz delante de la gente, para que viendo el bien, todos alaben al Padre que está en el cielo» (Mt. 5,16).

RESPONDE MONSEÑOR GANTIN

Existe en la ciudad de en. España, de Pedro Claven, una lápida que dice: «Aquí el apóstol de los negros, San Pedro Claver. Fue en la Iglesia parroquia de esta villa el 26 de junio de 1580. Murió en Cartagena de Indias el 8 de septiembre de 1654. Fue solemnemente canonizado por León el 1 de enero de 1888. Esta inscripción en piedra es fría elocuente. Habla de la historia de un Santo que encienda a su vez, muchas otras historias: La de un pueblo y la de un estirpe. Esta historia comienza en las costas de África: De Senegal, Costa de Oro, Nigeria, Congo y Angola, sigue y se desarrolla en toda América, cuando faltaban brazos para el trabajo y se expandían tas colonias y las conquistas de tierras, se laboraban las se intensificaban los cultivos y las grandes metrópolis empezaron a comerciar con las personas para satisfacer tales requerimientos. Así fue como la trata de esclavos por los colonos y comerciantes de varios países: Los portugueses, ingleses , holandeses, franceses y españoles. Portobelo y Cartagena los dos mas grandes mercados de esclavos en América, al decir de los historiadores, y se acepta que de los quince millones de esclavos traídos, por lo menos un milIón vino a Cartagena. Pero aquí no se trata de narrar las Inmensas dificultades de los esclavos, sino de resaltar la gran obra Pedro Claver. A mi modo de ver una de las grandes lecciones que nos dá el Santo es 12 del respeto a los derechos fundamentales de las personas. Siempre la Iglesia ha tenido esta actitud pero a manera de ejemplos podernos citar ante todo a San Pablo que nos dice: Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre esclavo y libre, el hombre y la mujer, todos son uno en Jesucristo». Contra la esclavitud y contra la posesión Sn del hombre por el hombre, hablaron claramente los Padres de la Iglesia, entre ellos, Juan Crisóstomo y Gregorio Niceno. Y muchos años más tarde algunos Papas como Urbano VIII, condenaban enérgicamente el mercado e esclavos, el 22 de abril de Después la Congregación de Propaganda fide intervino en el mismo sentido en 1741 y Benedicto XIV hablaba a las autoridades del Brasil en iguales términos. Pero la Iglesia no se contenta sólo con hablar, sobre todo en la práctica actual para logran que se reconozcan tales derechos efectivamente. Por esta, hombres de la calidad de Alonso Sandoval y su discípulo Pedro Claven, se entregaron por entero al servicio de las esclavos.

Muy recientemente, en nuestros días el Papa Juan Pablo II (Segundo) ha sido uno de los grandes adalides de los derechos humanos. Casi en todos sus documentos podemos hallar una o más referencias a este tema y otras veces ha dedicado documentos íntegros a hablar del terna.

Dirigiéndose a la ONU el 2 de octubre de 1979, hace una de sus más espléndidas exposiciones sobre los derechos humanas. con él podemos enumerar ante todo algunos de los principales. Dice:

‘La declaración universal de los Derechos del Hombre y los instrumentos jurídicas, tanto a nivel internacional como nacional, en un movimiento que es de desean progresivo y continuo, tratan de crear una conciencia general de la dignidad del hombre y definir al menos algunos de los derechos inalienables del hombre

Séame permitido enumerar algunos entre los más importantes, que son universal mente reconocidos: El derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona; el dey-echo a los alimentos, al vestido, a la vivienda, a la salud, al descanso y al ocio; el derecho a la libertad de expresión, a la educación y a la cultura; el derecho a la libertad de pensamiento, de ciencia y de religión, y el derecho a manifestar la propia religión, individualmente o en común, tanto en privado corno en público; el derecho a elegir estado de vida, a fundar una familia y a gozar de todas las condiciones necesarias para la vida familiar; el derecho a la propiedad y al trabajo, a condiciones equitativas de trabajo y a un justo; el derecho de reunión y de asociación; el derecho a la libertad de movimiento y a la emigración interna y externa; el derecho a la nacionalidad y a la residencia; el derecha a la participación política y el derecho a participan en la libre elección del sistema político del pueblo a que se pertenece. El conjunto de los derechos del hombre corresponde a la sustancia de la dignidad del ser humano , entendido integralmente, y no reducido a una sola dimensión; se refieren a la satisfacción de las necesidades esenciales del hombre, al ejercicio de sus relaciones con otras personas; peno se refieren también, siempre y Conde quiera que sea, al hombre, a su plena dimensión humana». (O. R. español, 14 . IO 1979, pág. 14).

Me siento muy contento y satisfecho al recibir las dos condecoraciones con que me han honrado esta tarde la Universidad Javeriana y la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, y agradezco con toda el alma las palabras tan estimulantes del Padre Rector y del Padre Provincial , miembro de la Misión Pontificia que he venido presidiendo por la bondad del Santo Padre.

La universidad Javeriana, que inició tareas acad6mlcas en 1623 (mil seiscientos veintitrés),  Pedro Claver llevaba años de apostolado entre los Negros esclavos, ostenta el nombre insigne del Apóstol de las Indias Orientales. Sus aulas atrajeron un principio a multitud de estudiantes granadinos y su fama traspasó las fronteras patrias. Se encontraba en el esplendor de su gloria -científica, cuando la Compañía expulsada de España y de sus dominios por fatal Orden de Ca (Tercero) de (mil setecientos sesenta y siete), con catastróficos para la cultura americana. Restablecida hace 50 años y decorada con el título de Pontificia, continua su labor educativa con éxitos que todos celebrarnos. Hag o votos por que siga siempre Fiel al humanismo cristiano que ha profesado, y anhelo que tanto los Sacerdotes como los seglares, educadores y alumnos sean apóstoles de la Cruzada Pontificia en favor de los derechos humanos, porque sabemos muy bien que ellos son la base de toda convivencia social y cristiana.

Al dar por terminada la misión que se digno confiarme el Papa Juan Pablo IT (segundo) , permanezca que por las entrañas de San Pedro Claven, haga dos ruegos a la meritísima Compañía de Jesús: En primer lugar, que fortaleza y proteja generosamente la remisión entre los negros que he visitado en Cartagena con la más profunda emoción de mi alana cristiana y africana; y que la enseñanza de alta cultura entra las clases dirigentes, vaya acompañada de educaci6n y ayuda a los marginados que sufren esclavitud de la ignorancia y la pobreza, dentro de las líneas trazadas por el magisterio de la Iglesia.

Me voy de Colombia con el corazón colmado de gratitud y con el deseo íntimo de poder regresar a esta tierra, bella y buena que ha sido tan bendecida pon la Providencia de Dios.