En el Teatro Colón, el 27, tuvo lugar la solemne sesión final. En su brillante discurso el R.P. Emilio Arango, Vice-Gran Canciller, recalcó los deberes y el significado del abogado católico en nuestra sociedad actual. La conclusión más sobresaliente fue la de solicitar del Congreso Nacional un Código de Trabajo que regule las relaciones laborales y estabilice sus principios e instituciones.