Hace muchos años, en Colombia cobró fuerza hablar, por una parte, del ‘país político’, y por otra, del ‘país nacional’. De esta forma, se quiso hacer notar la gran diferencia que se había establecido entre dos segmentos de la población, uno minoritario y privilegiado, con alta influencia sobre los destinos de la nación, que sin embargo parecía que solo tenía en mente sus propios intereses y se preocupaba por asegurar su bienestar y progreso, sin ninguna otra consideración; y el otro, que abarcaba a la mayoría del pueblo colombiano, los llamados “ciudadanos de a pie”, que se veían en dificultades para llevar una vida más o menos digna, y que prácticamente no podían tener ni sueños ni esperanzas de un[…]