marzo 2010 | Edición N°: año 49 No. 1255
Por: Antonio José Sarmiento Nova, S.J. | Pontificia Universidad Javeriana



El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba su eucaristía diaria en la capilla del hospital de la Divina Providencia, fue asesinado monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, en Centroamérica. El crimen lo ordenó un conocido dirigente de la extrema derecha de este país centroamericano y materializado por un comando de los escuadrones de la muerte, similares a los paramilitares de Colombia. al elevar el cáliz en el ofertorio para presentarlo a su Dios también ofrendó su vida haciendo explícito en su relato existencial aquello de que “nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15:13), palabras decisivas de Jesús en el contexto de la Última Cena que determinan la donación redentora[…]