septiembre 2010 | Edición N°: año 49 No. 1261
Por: Álvaro J. Ruiz | Pontificia Universidad Javeriana



“La investigación es a la docencia lo que el pecado es a la confesión. Si no se hace nada de lo primero, no se tendrá nada qué decir en lo segundo”. Ezra Cornell, fundador de la Universidad de Cornell

Puede buscarse un profesor de una manera fácil: alguien que tenga amor por su área y que enseñe a sus estudiantes la solución a los problemas que les plantea. es fácil, pero incorrecto. No es amor por el conocimiento la característica más importante que deba buscarse en un profesor. Deben buscarse profundidad y madurez en su relación con el conocimiento, capacidad para disfrutar su área, habilidad para integrarla con su entorno y con el contexto histórico y social en el que se desempeña, actitud proactiva para la búsqueda de conocimiento nuevo generalizable, destreza para interactuar de manera correcta con los estudiantes… Son muchas más cosas. Y si se busca una destreza, no debe ser la de podermostrar claramente la solución a problemas específicos. Lo más importante debe ser su capacidad para transmitir actitudes y destrezas para enfrentar futuras y potenciales situaciones, con alta probabilidad de éxito en el análisis, evaluación y generación de soluciones.

Por supuesto, conocimientos, destrezas y habilidades deben acompañarse de cultura amplia, sensibilidad social, elevados valores éticos y un ágil espíritu crítico. La Pontificia Universidad Javeriana tiene una reconocida tradición en la búsqueda permanente de la formación integral, y estimula las actividades que la promueven. Y ha tenido maestros de una importancia capital, no sólo en su profundidad sino en su capacidad para transformar a sus pares, a sus estudiantes y el entorno. ¿Quién podría olvidar el legado espléndido del Padre Félix Restrepo mejía, S.J., escritor, pedagogo y humanista? ¿Y cómo podría concebirse a la Universidad Javeriana sin las enseñanzas del Padre Alfonso Borrero cabal, S.J., que sentó las bases sólidas para la concepción de la universidad como institución, y que a través de sus escritos y seminarios de universitología ayudó a la comprensión del verdadero concepto del profesor universitario?

La universidad debe buscar apoyar a sus profesores en la búsqueda de los estilos apropiados para descubrir y fortalecer los rasgos innovadores, y concentrar los esfuerzos en actividades como interacción grupal, aprendizaje mediante solución de problemas. Igualmente debe buscar promover la búsqueda activa de preguntas por parte de los estudiantes. Una universidad es el laboratorio ideal de un profesor. La verdadera universidad le brinda su hospitalidad, lo apoya, lo estimula para que crezca y le reconoce su esfuerzo, al tiempo que le exige y lo evalúa críticamente. La universidad debe ofrecer al profesor la confianza de que nunca va a dejar de valorar su entrega, su carácter único y generoso, su combinación de actitudes intrínsecas hacia la docencia con la preparación cuidadosa y laboriosa de sus actividades.

Debe demostrar que, por encima de aspectos administrativos o meramente financieros, un profesor vale para la universidad por su capacidad para hacer lo que es su esencia universitaria: estímulo a otros para la búsqueda de la verdad, para la formulación de preguntas que deben luego ser bien respondidas, con objetivos claros y relevantes: una mejor calidad de vida, un país más grande y una mente más libre, con más capacidad de vuelo y de imaginación. La universidad ofrece la mágica opción de la interdisciplinariedad, de la interacción con otras áreas y disciplinas, no solamente para una yuxtaposición de actividades, sino para una verdadera fusión de actitudes, que enriquezcan el quehacer diario y la formación integral de los estudiantes, que les permitan valorar la importancia del entorno y de los aspectos no estrictamente disciplinares. El profesor verdadero es cercano a los estudiantes, los respeta y alienta sus intereses, se preocupa por sus debilidades y dudas, se entretiene con sus cuestionamientos y estimula su iniciativa, su crítica y su trabajo. Se entristece al verlos confusos, desanimados o desorientados, se alegra profundamente con su cariño, muchas veces distante. Una frase de despedida de un graduando tiene a veces más valor que mil cosas materiales. el profesor les debe agradecimiento profundo y debería ser más explícito en el beneficio que de ellos recibe y en cómo engrandecen a la universidad con sus mentes frescas, irreverentes y curiosas.

El profesor proyecta la Universidad hacia el exterior. todo lo que se haga debe tener impacto en un mundo atribulado, con necesidades de salud y económicas pero con necesidades más importantes y apremiantes de tolerancia, de respeto, de paz y de armonía. más que transmitir conocimentos, se deben generar actitudes y despertar sentimientos. Siempre con el ejemplo. Debe recordarse que el profesor mediocre habla, el buen profesor explica, el profesor superior se constituye en un modelo de imitación. Pero el verdadero profesor, el maestro, es el que inspira. El compromiso de un profesor es iluminar el camino de los demás, sin fijarse en si lo necesitan o no… Llevar luz y no oscuridad… Si todos encendiéramos una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad. el profesor debe dar ejemplo. Hay un enorme poder en ser profesor: hablemos, expliquemos, seamos modelos de imitación, Pero, sobre todo, busquemos ejercer el bello arte de inspirar. Luz… demos luz… tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer… está en nosotros saber usarla…está en nosotros ser luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas…

*Fragmento editado tomado del libro 80 años Pontificia Universidad Javeriana. Restablecimiento 1930-2010